Bloomberg — Vladimir Putin, ha decidido movilizar a 300.000 reservistas rusos para reforzar su invasión de Ucrania. No obstante, es probable que el efecto de la decisión sea prolongar la guerra en lugar de influir en su resultado.
Ello podría ganarle tiempo para ejecutar una estrategia más amplia (por ejemplo la exacerbación de la crisis energética de Europa y la amenaza de un ataque nuclear contra objetivos no especificados) destinada a socavar el apoyo militar y financiero extranjero a Kiev.
El hecho de que Putin haya ordenado tomado esta decisión está rodeado de interrogantes, incluida la viabilidad de la cifra en sí. Otras incógnitas son la velocidad, la calidad y los objetivos de un ejercicio de entrenamiento masivo que está a punto de comenzar.
Pero las matemáticas básicas sugieren que el programa de reclutamiento por fases demostrará ser más una forma de reconstruir la capacidad y rotar las tropas de combate agotadas que de proporcionar una fuerza fresca capaz de devolver a Ucrania a la defensiva, dicen analistas militares desde Washington a Moscú.
Rusia no sólo ha perdido unos 80.000 soldados en Ucrania (entre muertos y heridos), según las estimaciones de los aliados de Kiev, sino que, al no contar con suficientes efectivos para la rotación, muchas tropas están pasando ahora su octavo mes en el campo de batalla.
“No estoy seguro de que esto equivalga a una escalada, pero sí prolonga el tiempo que tardará Ucrania en ganar”, dijo Igor Levchenko, jefe de modelos estratégicos de New Geopolitics, un think tank con sede en Kiev. Y eso podría ser significativo”.
Uno de los pocos éxitos estratégicos de Rusia ha sido frenar el suministro de armas de EE.UU. y otros aliados a Ucrania amenazando con una escalada. La entrega de cada sistema de armas(desde misiles antitanque Javelin hasta sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS) se ha visto retrasada por el temor a que su transferencia pueda provocar una respuesta rusa, según Levchenko.
Armada con los cohetes de largo alcance ATACMS que Estados Unidos ha titubeado en suministrar, junto con aviones y tanques Abrams, Ucrania podría recuperar su territorio perdido en semanas, según Levchenko. Esas armas se están reteniendo como “resultado directo del pensamiento estratégico de los políticos y militares rusos”, dijo, añadiendo que la reciente amenaza nuclear de Putin corre el riesgo de extender la vacilación en Washington. “Es muy malo para Ucrania”.
Según el portavoz del Pentágono, el general de brigada Patrick Ryder, EE.UU. sigue centrándose en mantener conversaciones abiertas y claras con Ucrania y sus otros aliados sobre sus necesidades, incluidas las de armamento a medio y largo plazo. “No veo que esas conversaciones se vean afectadas por esta situación”, dijo, en referencia a las recientes medidas adoptadas por Rusia, entre ellas las falsas votaciones a partir del viernes en el territorio que posee en Ucrania sobre la anexión.
EE.UU. estudiará “una variedad de capacidades en los próximos días”, añadió, en respuesta a una pregunta sobre si EE.UU. podría enviar aún tanques Abrams.
Por ahora no ha habido ningún cambio de posición entre los aliados de Ucrania ni su apoyo a la contraofensiva de Kiev, según un funcionario europeo, que pidió no ser identificado, aunque indicó que eso podría cambiar.
Analistas militares y funcionarios de fuera de Ucrania también expresaron su escepticismo sobre la capacidad de la movilización parcial de Rusia para transformar la trayectoria de la guerra sobre el terreno.
Los planificadores militares rusos se enfrentarán al dilema de poner en el campo de batalla a fuerzas de muy baja calidad surgidas del reclutamiento, o dedicar tiempo a entrenar a una fuerza de mayor calidad, dijeron los funcionarios occidentales en una sesión informativa. También predijeron que las nuevas unidades estarían mal equipadas.
“300.000 tropas adicionales no son suficientes para que Rusia avance en Ucrania”, dijo Pavel Zolotarev, un general ruso retirado que ahora es analista en el Instituto de Estudios de EE.UU. y Canadá en Moscú. “Esto es lo justo para detener la ofensiva ucraniana y cimentar el control sobre los territorios que las fuerzas rusas controlan ahora”.
Es poco probable que la movilización parcial “genere soldados efectivos” o bloquee las oportunidades de Ucrania para retomar el territorio durante el invierno boreal, concluyó en sus últimas evaluaciones el Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank estadounidense que sigue el conflicto en informes diarios
La ofensiva ucraniana sigue avanzando, pero se ha ralentizado desde los éxitos arrolladores de principios de mes en la región nororiental de Kharkiv.
Mark Hertling, exComandante General del Ejército de EE.UU. en Europa, señaló la limitada capacidad rusa y las graves deficiencias en los métodos de entrenamiento básico que había visto en sus visitas al ejército ruso.
“Fue horrible”, escribió Hertling en un hilo de Twitter. “Familiarización frente a cualificación en los rifles, primeros auxilios rudimentarios, muy pocos simulacros para conservar los recursos y... lo más importante... un liderazgo horrible por parte de los ‘sargentos instructores’”.
Michael Kofman, especialista en el ejército ruso en el think tank de seguridad CNA en Washington, dijo en un podcast que el objetivo de 300.000 era probablemente “nocional”. Los comandantes rusos, dijo, tendrían principalmente malas opciones para decidir qué hacer con los nuevos reclutas.
Una de ellas sería reponer los grupos tácticos de combate rusos existentes en Ucrania, muchos de los cuales cuentan con un 40%-50% de sus efectivos previstos, según Kofman. Pero la mayor parte del adiestramiento ruso tiene lugar dentro de las unidades, lo que resta oficiales escasos y agotados para hacer el trabajo.
Otra vía sería crear unidades grandes, ligeramente armadas y motorizadas para simplemente mantener la línea en posiciones defensivas. Una tercera sería crear unidades capaces de rotar a las tropas agotadas a lo largo del frente, pero eso requeriría un tiempo y una inversión significativos para llevarlas al nivel requerido.
“Las implicaciones de esto son que Rusia puede tratar de frenar el deterioro de su ejército y tratar de abordar el aspecto cuantitativo de la fuerza”, dijo. “Pero no pueden arreglar la calidad porque ya han agotado sus mejores equipos, sus mejores oficiales, sus mejores municiones y la cuestión de la moral va a ser perpetua”.
Con la asistencia de Alberto Nardelli, Tony Capaccio, Roxana Tiron y Emily Ashton.
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