Bloomberg — Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva intercambiaron insultos y críticas en el último debate televisivo antes de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en Brasil el domingo, y en la que las encuestas muestran el segundo a la cabeza por un amplio margen.
Ambos candidatos pasaron a la ofensiva desde el comienzo del debate: Bolsonaro llamó a Lula “mentiroso”, “ex convicto” y “líder de pandilla”. Ello generó una fuerte respuesta del ex mandatario, que lanzó sus propias acusaciones de corrupción al decir que este “debe mirarse en el espejo y saber lo que pasa en su propio gobierno”.
El intercambio se extendió durante varios minutos, dado que ambos recibían tiempo para responder a acusaciones antes de que el debate continuara. Ello sucedió en distintas ocasiones a lo largo del evento.
“Me siento mal por disrumpir el debate cuando podríamos estar discutiendo el futuro de este país”, dijo Lula en un momento, luego de otorgársele un nuevo momento para responder acusaciones.
En sus discursos finales, Lula enumeró sus logros económicos pasados, mientras que Bolsonaro repitió eslóganes de campaña y citó temas ideológicos, desde el aborto hasta las drogas y la religión.
El encuentro, celebrado en Río de Janeiro y retransmitido a nivel nacional por Globo TV, comenzó a última hora del jueves y duró unas tres horas y media. Fue el más seguido de este ciclo electoral, llegando a millones de brasileños a pocos días de la primera vuelta de las elecciones, el 2 de octubre, y fue el tema de más de 200 millones de menciones en las redes sociales, según Felipe Nunes, director de la encuestadora Quaest.
La relevancia parecía aumentar antes de la votación, ya que una encuesta publicada por Datafolha, la encuestadora más influyente de Brasil, mostraba a Lula cada vez más cerca de una victoria absoluta en la primera ronda, para la que necesita más del 50% de los votos.
El candidato cuenta con el 50% de los votos válidos en la primera vuelta, que excluye los votos nulos y en blanco, según el sondeo publicado el jueves por la noche. Datafolha entrevistó a 6.800 personas en todo Brasil entre el 27 y el 29 de septiembre, y la encuesta tiene un margen de error de 2 puntos porcentuales.
La final de la Copa del Mundo
Lula está centrando sus esfuerzos en atraer a los votantes de otros candidatos. Ha comparado el debate con una final de la Copa del Mundo de fútbol, según un asesor de la campaña.
El ex presidente canceló todos los actos públicos antes del debate para descansar la voz y, como hizo antes de otros debates electorales, recibió entrenamiento para los medios de comunicación en un hotel de Río, según el asesor que pidió no ser identificado para hablar de la estrategia. El ex presidente fue diagnosticado con cáncer de garganta en 2011, lo que a veces le da un tono ronco.
Mientras tanto, Bolsonaro había planeado intensificar sus ataques a Lula, recordando a los votantes los escándalos de corrupción que ocurrieron durante sus ocho años de gobierno, en un intento por asegurar que la elección vaya a una segunda ronda el 30 de octubre, dijeron dos personas familiarizadas con sus planes antes del debate.
La última vez que Bolsonaro y Lula se enfrentaron en un debate televisado, Lula tropezó al responder a las acusaciones de que bajo su mandato la corrupción proliferaba en la petrolera controlada por el Estado, Petrobras.
Una o dos rondas
Una victoria absoluta de Lula depende en gran medida de su capacidad para arrebatarle votantes a los candidatos con menos chances de ganar.
El apoyo a otros candidatos que no sean Lula o Bolsonaro representa alrededor del 12% de las intenciones de voto, según la encuestadora Quaest. De ellos, casi una cuarta parte estaría dispuesta a cambiar su voto para garantizar la victoria de Lula en la primera vuelta, según Nunes, director de Quaest.
El ex presidente obtendría el 50,5% de los votos válidos, dijo Quaest el miércoles tras entrevistar a 2.000 brasileños entre el 24 y el 27 de septiembre. Bolsonaro, por su parte, obtendría algo más del 36%. El margen de error del sondeo fue de más o menos 2 puntos porcentuales.
-- Con la ayuda de Andrew Rosati.
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