Ciudad de México — El Pleno de la Cámara de Diputados desechó la reforma político-electoral que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador en abril para modificar la Constitución en materia del sistema electoral y suprimir al Instituto Nacional Electoral (INE).
El dictamen registró una votación de 269 votos a favor de Morena y sus aliados, una abstención y 225 votos en contra de la oposición integrada por los partidos de Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD) y de Movimiento Ciudadano (MC).
Aunque la mayoría de los votos fueron a favor, no se alcanzó la mayoría calificada de al menos 334 votos que se requieren para aprobar cambios a la Constitución, por lo que la reforma presidencial quedó desechada.
“No hay mayoría calificada, se desecha”, dijo Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Ciro Murayama, consejero del INE, fue de los primeros en reaccionar en su cuenta de Twitter al resultado de la votación. Dijo que al desecharse la reforma electoral presidencial, el instituto mantiene su autonomía, no se le quita el padrón electoral y sigue el Servicio Profesional Electoral.
La reforma electoral de AMLO también planteaba que el INE se convirtiera en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, que se disminuyeran de 11 a siete los consejeros electorales y que desaparecieran los Organismos Públicos Locales Electorales encargados de organizar las elecciones en los estados del país.
Uno de los puntos centrales de esa reforma era que los diputados, senadores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el presidente propondrían una lista de perfiles de la que se elegirán a los consejeros a través el voto popular.
Sin embargo, la oposición rechazó la iniciativa y durante la discusión parlamentaria los diputados opositores recordaron la marcha ciudadana en la que participaron miles de personas que demandaron “no tocar al INE”.
Graciela Sánchez, presidenta de la Comisión de Reforma Política-Electoral y diputada de Morena, dijo que la reforma busca “desterrar la corrupción y los aires autoritarios de un grupo conservador” que se adueñó del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Señaló que es una reforma que busca mayor calidad democrática, aminorar el costo de las elecciones con austeridad y un mejor desempeño institucional.
Alejandro Moreno, presidente de la Comisión de Gobernación y Población y presidente nacional del PRI, dijo que el rechazo de la reforma resultó de una contribución conjunta de la oposición.
“Estoy a favor de una oposición que tenga la capacidad de serlo a partir de razones y principios fundados (...) reivindico la condición democrática de la fórmula coalicionista en la lucha por el poder y del valor de constituir frentes políticos entre fuerzas afines y críticas hacia el gobierno”, apuntó.
Juan Ramiro Robledo, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales y diputado de Morena, dijo que no se pudo explicar a México de lo que trataba la reforma que como eje central tenía la austeridad, por el contrario, la gente pensó que se le iba a quitar su credencial de elector del INE.
Dijo que como consecuencia del rechazo de la reforma, Morena propondrá reformas secundarias “que no van a violar ningún ápice de la Constitución” y que se referirán al tamaño de las estructuras administrativas y jurisdiccionales de la justicia y de las elecciones en México, entre otros puntos.
AMLO, como se le conoce al presidente, envió hoy mismo a la Cámara de Diputados un Plan B de reforma a leyes secundarias para buscar modificar el sistema electoral actual.
La reforma electoral es una de los tres reformas a la Constitución que AMLO se planteó en la segunda mitad de su sexenio.
Las otras dos reformas constitucionales son en materia eléctrica, la cual también fue desechada, y en materia de seguridad para que la Guardia Nacional forme parte del Ejército, la cual sí fue aprobada.
Esta historia fue actualizada a las 21:16 horas a lo largo del texto y se ajusta título.