Bloomberg — De acuerdo con un estudio publicado por la Reserva Federal, las tarjetas de crédito con recompensas solo son rentables para quienes saben cómo sacar partido del sistema.
Los consumidores con mejores puntuaciones crediticias son los que más se benefician porque tienden a gastar más dinero (con lo que obtienen más recompensas como devoluciones en efectivo o millas) y a pagar puntualmente, según el estudio. Los titulares de tarjetas con puntuaciones crediticias más bajas gastan más de la cuenta para intentar ganar más puntos e incurren en mayores pagos de intereses derivados de los saldos pendientes.
En total, los economistas calculan que cada año se transfieren unos US$15.100 millones de zonas con menos estudios a otras con más, de zonas más pobres a otras más ricas y de zonas con mayor porcentaje de minorías a otras más blancas. Según ellos, los resultados no dependen tanto de los ingresos como del nivel de sofisticación financiera.
“Las recompensas de las tarjetas de crédito se presentan a menudo como un mecanismo ‘Robin Hood inverso’ en el que los pobres subvencionan a los ricos”, escribieron los investigadores. “Nuestros resultados, sin embargo, muestran que esta explicación es, en el mejor de los casos, incompleta”.
Las tarjetas de recompensa son muy populares en Estados Unidos: representan el 60% de todas las tarjetas nuevas en 2019, según el documento. Y las firmas financieras suelen ofrecer tasas de interés más bajas que en las tarjetas sin recompensas para atraer a los clientes.
Los bancos se benefician de las tarjetas de recompensa en todas las puntuaciones de crédito, según los investigadores, pero se benefician más de los titulares de tarjetas casi prime y prime, es decir, aquellos con una situación financiera regular o de buena calidad, según el documento. Con los clientes de baja calificación crediticia, los bancos obtienen ingresos principalmente del pago de intereses.
Según los investigadores, las tarjetas con recompensa inducen a los consumidores de alto y casi bajo riesgo a “gastar más de la cuenta y a endeudarse más” con sus tarjetas de crédito, en comparación con los que utilizan tarjetas sin recompensa.
El estudio fue realizado por economistas de la Universidad Nacional de Singapur, el Fondo Monetario Internacional, el Centro de Investigación Económica y Política y la Junta de la Reserva Federal.
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