Alquileres de NYC son demasiado caros para los recién graduados de la universidad

Con los precios por las nubes, los ingresos de esta generación, criada con las redes sociales y que se niega a renunciar a lujosas salidas, se están reduciendo

Foto: Allison Hess/Bloomberg
Por Paulina Cachero
18 de junio, 2023 | 09:40 AM

Bloomberg — En TikTok, la vida de Macy Hung parece un sueño. A los 21 años, la oriunda de California tiene un buen trabajo en marketing y vive en un penthouse con vista al Brooklyn Bridge. Los fines de semana y sale de compras y organiza cenas suntuosas con sus amigos.

Sin embargo, lo que no se ve en sus redes es lo que necesita para llevar ese estilo de vida. Tiene 4 compañeros de departamento, trabaja 10 horas por día además de otros trabajos paralelos y usó parte de sus ahorros trabajando a tiempo completo en la universidad para mudarse.

“Sabía que las cosas eran caras en Manhattan, pero mi sueño era vivir en la ciudad”, dice Hung. “Si no ganas seis cifras, es difícil salir adelante”.

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Vivir en Nueva York siempre ha exigido sacrificios y compensaciones a los que acaban de empezar, sobre todo a los que quieren mantener estilos de vidas de clase alta (o al menos emularla). Pero como los precios de los alquileres crecen casi el doble que los sueldos de los principiantes, los ingresos de la actual generación de graduados universitarios, muchos de los cuales se criaron con las redes sociales y se niegan a renunciar a lujosas salidas nocturnas y a vivir en el corazón de la Gran Manzana, se están reduciendo.

Hoy en día, los inquilinos necesitan ganar más de US$135.000 para permitirse un apartamento típico en Nueva York por su cuenta, según StreetEasy. Se trata de la cifra más alta según los datos de los últimos 16 años, según el análisis, que sigue la regla empírica de que los particulares no deben gastar más del 30% de sus ingresos en vivienda.

Los recién licenciados que no pueden reforzar sus ingresos iniciales con el “banco mamá y papá” están adoptando una actitud de “lo que haga falta”. A veces eso significa tener que compartir piso con varios compañeros para vivir en un lugar privilegiado, o encontrar trabajos secundarios para cubrir esos caros momentos dignos de Instagram y TikTok.

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Los arrendatarios deben ganar casi US$136.000 al año para poder costear un apartamento típico

Ese desfase entre el crecimiento salarial y el costo de vida está exacerbando la disparidad entre los jóvenes que pueden confiar en la riqueza familiar y los que tienen que hacer más sacrificios para permitirse vivir en la tierra de las oportunidades, dijo Lisette Nieves, presidenta del Fondo para la Ciudad de Nueva York.

“Estamos en una crisis de la vivienda que sólo se produce una vez en una generación”, afirmó Nieves, cuya institución se encarga de aplicar políticas para impulsar el funcionamiento de los servicios sociales y las organizaciones sin ánimo de lucro.

El mercado de alquiler de la ciudad es de escaso inventario y gran demanda. En mayo, los pisos de Manhattan salieron volando del mercado tras una media de 35 días, el ritmo más rápido en casi un año, mientras que el alquiler medio de los contratos recién firmados alcanzó los US$4.395, según Douglas Elliman. Es el tercer mes consecutivo en que los precios de los alquileres alcanzan una cifra récord. Los alquileres en Brooklyn alcanzaron los US$3.550, un segundo récord mensual consecutivo, mientras que las unidades en el noroeste de Queens, incluyendo Astoria y Long Island City, alcanzaron los US$3.402.

En total, los alquileres crecieron un 20% durante el período de 12 meses que finalizó en diciembre, alcanzando una mediana de US$3.392 en mayo, según el economista de StreetEasy Kenny Lee. Esto supone casi el doble del crecimiento del 11% experimentado por los salarios de entrada en el mismo periodo, según datos de Glassdoor.

El crecimiento de los salarios para los recién contratados se está desacelerando

Hung se enfrentó a ello de frente cuando ella y dos amigas empezaron a buscar un apartamento de tres habitaciones tras graduarse en la Universidad de Cornell la primavera pasada. Al no encontrar algo que se ajustara a su presupuesto, el trío se dio cuenta de que tendrían más suerte buscando una casa para cinco. Después de casi mes y medio y 100 listados de apartamentos, las chicas consiguieron en noviembre un piso de cinco dormitorios, lo que ellas llaman una “casa de hermandad de Manhattan”.

La búsqueda de vivienda fue sólo la mitad de la batalla. Con un alquiler neto mensual de US$11.333, tuvieron que esforzarse por demostrar que tenían unos ingresos combinados de casi medio millón de dólares (la mayoría de los caseros exigen que los inquilinos ganen 40 veces el alquiler mensual). Unos pocos afortunados pueden recurrir a avalistas, que suelen ser familiares que ganan 80 veces el alquiler mensual.

Para muchos, como Jordan McKinney, vivir en Manhattan está totalmente fuera de la ecuación. Este ayudante de estilista de 22 años se desplaza a pie desde Flatbush (Brooklyn), donde paga US$935 por una habitación, para asistir a sesiones fotográficas en Manhattan. Aunque no lleva el estilo de vida que imaginaba, es la única forma de tener una oportunidad en una industria con “nepo babies” (jóvenes que consiguen sus puestos gracias al nepotismo) que no tienen que preocuparse por ganar sólo US$20 la hora.

“Si pagara US$1.500 por vivir más cerca, eso no incluye comida, transporte ni salir a tomar un buen mai tai”, explica McKinney, que hace trabajillos entre actuación y actuación para llegar a fin de mes. “Necesito US$2.000 al mes sólo para sobrevivir”.

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Will Hobick, Piper Phillips, y Vivi Armacost en su apartamento

Para Piper Phillips, de 22 años, sus prioridades eran vivir en un lugar privilegiado y mantener una vida social activa. A veces, eso significa desembolsar cantidades desorbitadas por los cócteles de los “miércoles del Ritz”, que superan los US$20, en el bar de la azotea Nubeluz y las cenas de US$90 en Scarpetta con sus amigos, que tienen trabajos bien pagados en la banca.

Aunque el precio de esas experiencias le da escalofríos, los dos trabajos paralelos de la directora de marketing le hacen sentirse “menos culpable” y le garantizan que no vive por encima de sus posibilidades. Cuando Phillips deja de trabajar, publica TikToks en su cuenta personal, donde cobra US$1.000 por posts patrocinados, o crea contenidos para otras empresas. Según Phillips, sus actividades paralelas le permitirán ganar unos US$100.000 este año.

También es lo que le permite vivir en un apartamento de US$6.000 en Hell’s Kitchen. Con la ayuda de dos compañeros de piso y una pared flexible.

“Trabajé muy duro para llegar aquí, no quería comprometer la vida que quería vivir”, dijo Phillips, cuyo TikTok da consejos a los jóvenes sobre cómo relacionarse en Nueva York. “El costo de vivir aquí es una inversión en mí misma. Parece una locura justificar 25 cócteles, pero estar aquí abre puertas a mi carrera. Eso merece la pena”.

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