Adaptarse, mitigar y preservar, lo que puede hacer LatAm ante la crisis climática

En un nuevo estudio, el CAF plantea propuestas de políticas en torno a los objetivos de adaptación, mitigación, preservación del capital natural, ante los desafíos que enfrenta la región

Impacto del clima en la siembra de soja en un campo de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires
07 de septiembre, 2023 | 03:02 PM

Bloomberg Línea — El 4 de septiembre de 2023, Bloomberg Línea publicó un reportaje que muestra cómo los ecosistemas de Latinoamérica pueden estar entre los más perjudicados por el cambio climático, pese a que la región es responsable de menos del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.

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La cantidad de eventos climáticos extremos en América Latina y el Caribe pasó de un promedio de 28 por año durante el período1980-1999 a 53 por año en el período 2000-2021, reveló un informe.

A través del Reporte de Economía y Desarrollo (RED) “Desafíos globales, soluciones regionales: América Latina y el Caribe frente a la crisis climática y de biodiversidad”, lanzado este jueves, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) informó que la población afectada aumentó de 4,5 a 7,2 millones de personas por año en los mismos períodos. Los eventos más frecuentes son las inundaciones, los ciclones tropicales y las sequías.

“El mundo necesita soluciones climáticas, alimentarias y sociales con urgencia, esta realidad nos está afectando a todos y debe ser una prioridad en todos los ámbitos, por eso desde CAF queremos liderar esta conversación como el banco verde de América Latina y el Caribe”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, en la apertura del evento desarrollado en Santa Marta, Colombia.

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El RED presenta propuestas de políticas en torno a los objetivos de adaptación, mitigación, preservación del capital natural, fortalecimiento de la coordinación regional y aprovechamiento de las oportunidades derivadas de la transición energética global.

Entre ellas se encuentran prácticas de agricultura sostenible, soluciones basadas en la naturaleza, inversiones en infraestructura de adaptación, políticas para el manejo de riesgo de desastres, políticas para regenerar y preservar los ecosistemas, y promoción de las fuentes renovables de energía.

”La adaptación climática tiene costos, pero también tiene sinergias positivas con la inclusión social y el crecimiento económico. Esto se debe a que permite evitar pérdidas; por ejemplo, una alerta temprana ante una ola de calor puede salvar vidas”, dijo Ernesto Schargrodsky, coautor del RED23 y director de Investigaciones Socioeconómicas de CAF.

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De acuerdo con el especialista, la adaptabilidad también tiene beneficios económicos debido a la reducción de los riesgos —por ejemplo, construir infraestructura para prevenir inundaciones aumenta el valor de la tierra inundable o introducir el riego por goteo para enfrentar la escasez de agua a la vez mejora la productividad agrícola.

Además, pueden existir beneficios sociales y ambientales, a partir de la protección de recursos naturales que proveen valiosos servicios ecosistémicos, así como la eventual monetización de los esfuerzos de preservación de los recursos forestales. Asimismo, la región puede capitalizar los beneficios económicos de sus reservas de gas natural y minerales críticos contribuyendo a la vez a la descarbonización global durante el proceso de transición energética.

Adaptación climática en la región

Las proyecciones climáticas para América Latina y el Caribe indican que las temperaturas medias seguirán subiendo, para el caso, durante el período 2021-2040 será de alrededor de 1°C más alta que durante 1985-2014. Además, el patrón de lluvias sufrirá crecientes alteraciones y muchas partes de la región se volverán más áridas.

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También se espera una mayor frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos. La magnitud de estos cambios depende de lo que suceda con las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Entre varios cambios climáticos, se espera que las precipitaciones disminuyan en el norte de Sudamérica, el Caribe, Centroamérica, parte del Amazonas, el noreste de Brasil, el centro y sur de Chile y el sur de Argentina. Como consecuencia, se espera que la aridez aumente en casi toda la región, con excepción de las costas de Perú y Ecuador.

Según datos de 2019, América Latina y el Caribe contribuye con el 10% de las emisiones actuales de GEI (Gases Efecto Invernadero), los países en desarrollo de Asia y el Pacífico con el 44% y los países desarrollados con el 23%.

Desafíos globales, soluciones regionales: América Latina y el Caribe frente a la crisis climática y de biodiversidad

El resto lo completan África (9%), Europa del Este y Asia Central y Occidental (6%), Oriente Medio (5%) y el transporte internacional (2%).

A diferencia de los países desarrollados, las emisiones de América Latina y el Caribe provienen en mayor medida de la actividad agropecuaria, principalmente por el cambio en el uso del suelo y, en menor proporción, de los sectores vinculados a la energía fósil.