Bloomberg — Si cree que es preciso transportar con precisión el pavo perfecto de Acción de Gracias desde el cubo de salmuera hasta el plato de la cena, debería escuchar a Chris Bland explicar la proeza necesaria para garantizar que casi 50 millones de aves se mantengan suficientemente frías en su viaje a las tiendas cada mes de noviembre.
El codirector general de First Call Logistics, con sede en Indianápolis, pasa las semanas previas a las fiestas pegado a los monitores que muestran datos sobre la disponibilidad de furgonetas y camiones frigoríficos. Una medida especialmente útil es la tasa de rechazo de licitaciones, es decir, la proporción de ofertas que las empresas de transporte rechazan cuando se quedan sin capacidad.
Una tasa de cero a 5% es normal, y de 6% a 10% muestra un mercado tenso. A principios de esta semana, en Indiana, el cuarto estado productor de pavo del país, los rechazos alcanzaron el 12,8%.
“Eso me dice que si un envío no está planificado de antemano y se notifica con retraso, va a ser sin duda más difícil de cubrir”, afirma Bland.
Mientras los estadounidenses se adentran en su primera temporada navideña en tres años con cadenas de suministro funcionando con normalidad, la fiesta anual del pavo de la nación muestra cómo los vínculos logísticos entre productores y consumidores pueden hacer frente a una gran sacudida de la demanda, aunque controlada y muy predecible en comparación con las sorpresas de Covid.
“Tanto si transportamos productos agrícolas como pavos o lo que sea, en cuanto se cosechan o fabrican y se cargan en un camión, el tiempo corre en su contra”, afirma Bland.
Golpeado durante años por la escasez de conductores, el sector del transporte por carretera de EE.UU. ha luchado durante gran parte de 2023 con un exceso de capacidad y una menor demanda. Esto ha ejercido una presión financiera sobre los transportistas, ya que las empresas que envían productos buscan tarifas más bajas en el mercado al contado de servicios de transporte de mercancías, alejándose de las tarifas contratadas.
El declive del transporte de mercancías en el país ha dejado fuera de juego a operadores nuevos y antiguos. Convoy Inc, una nueva empresa de transporte por carretera con sede en Seattle, cerró el mes pasado. Yellow Corp. de Nashville, la tercera empresa de transporte de mercancías por carretera, se declaró en quiebra en agosto.
Lee Klaskow, analista senior de logística de Bloomberg Intelligence, dijo en una nota de investigación esta semana que no ve que las tarifas de camiones contratados bajen mucho “ya que el mercado al contado parece haber tocado fondo y las condiciones de transporte por carretera están a punto de cambiar de cara a 2024″.
Consolidación de la cadena de frío
La capacidad de carga refrigerada -utilizada sobre todo para transportar alimentos perecederos y productos farmacéuticos a través de una red de vehículos e instalaciones de almacenamiento denominada “cadena de frío”- puede ser más volátil que el espacio de carga no refrigerada porque es más caro invertir en ella y más costoso mantenerla. También se trata de un negocio con mayores márgenes, cuya demanda es más estable que la del transporte de artículos de consumo más discrecionales.
Además, últimamente se está produciendo una gran consolidación.
“En mercados como Norteamérica y Europa, se han llevado a cabo bastantes adquisiciones, por ejemplo, de empresas de capital riesgo que se han lanzado al mercado y han adquirido empresas de almacenamiento frigorífico”, según un artículo publicado este mes en el blog de A.P. Moller-Maersk A/S, el segundo transportista de contenedores del mundo.
En esta época del año, el transporte de pavos exprime tanto la capacidad de los frigoríficos porque los alimentos de temporada necesitan permanecer fríos para mantener la seguridad alimentaria. El deterioro es el último fallo del sistema, por lo que los camiones más nuevos están equipados con sensores que transmiten a los despachadores información que va desde las fluctuaciones de temperatura hasta si un conductor hizo un giro demasiado brusco.
Según cifras recopiladas por First Call Logistics, este mes se necesitarán 46 millones de pavos para satisfacer el apetito de los estadounidenses. Eso equivale a unos 29.000 camiones cargados, una procesión de aves de corral que se extendería de Boston a Baltimore si se alinearan parachoques con parachoques.
Pero para Bland, Acción de Gracias no siempre es la temporada más volátil para ayudar a los clientes a transportar sus alimentos congelados de forma segura. El 4 de julio absorbe mucho espacio de los camiones frigoríficos, al igual que los tres días de cada año -conocidos como la semana DOT- en los que se realizan inspecciones de seguridad vial.
“Mucha gente se toma esa semana libre”, afirma.
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