Bloomberg — El Banco Central Europeo (BCE) se encuentra ahora en un punto en el que puede hacer una pausa y evaluar el impacto de su endurecimiento monetario, según su presidenta, Christine Lagarde.
“Ya hemos hecho mucho”, dijo Lagarde. “Dada la cantidad de munición que hemos utilizado, podemos observar muy atentamente los componentes de nuestra vida, como los salarios, los beneficios, como los desarrollos fiscales, como los geopolíticos y, desde luego, la forma en que nuestra munición está impactando en nuestra vida económica para decidir cuánto tiempo tenemos que permanecer ahí y qué decisión tenemos que tomar: al alza o a la baja”.
El BCE mantuvo los tipos de interés el mes pasado, afirmando que ahora están en un nivel que ayudará a que la inflación vuelva al objetivo del 2% si se mantiene el tiempo suficiente.
Cada vez hay más pruebas de que la campaña de endurecimiento sin precedentes que comenzó a mediados de 2022 está afectando a la economía. La producción de la Zona Euro, integrada por 20 países, se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre, aunque la Comisión Europea declaró la semana pasada que probablemente evitará una recesión porque la mejora del poder adquisitivo de los consumidores impulsará un modesto repunte.
Tras una inflación del 2,9% en octubre, es probable que este mes se registre una nueva desaceleración, pero los funcionarios han advertido de que puede volver a repuntar a corto plazo debido a efectos estadísticos. Sólo se prevé que alcance el objetivo del BCE en la segunda mitad de 2025.
“La batalla no ha terminado y, desde luego, no vamos a declarar la victoria”, dijo Lagarde en un acto para jóvenes del Bundesbank celebrado el viernes en Fráncfort, prometiendo que el crecimiento de los precios al consumo volverá a alcanzar el objetivo.
Un informe sobre la última reunión de política monetaria publicado el jueves reveló que los responsables del BCE estaban de acuerdo en que debían estar preparados para volver a subir los tipos si fuera necesario, aunque no fuera su escenario de referencia.
El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, reafirmó este punto de vista el jueves, afirmando que sería “un error” empezar a relajar la política monetaria demasiado pronto. Del mismo modo, Gabriel Makhlouf, miembro del Consejo de Gobierno, dijo que no descarta “otro escalón” y que es “demasiado pronto” para empezar a hablar de bajadas de tipos.
El mercado no está de acuerdo y apuesta por reducciones de tipos ya en abril. Para materializarse, ello requeriría probablemente una grave desaceleración de la economía de la Eurozona.
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