Bloomberg — Las negociaciones de alto al fuego entre Israel y Hamás vuelven a estancarse, según funcionarios israelíes, con grandes diferencias entre las partes sobre los rehenes, los prisioneros y el futuro de Gaza.
Una delegación de negociadores israelíes regresó a última hora del martes de dos días de conversaciones en El Cairo e informó de que Hamás insiste en el fin inmediato de la guerra y en la retirada completa de Israel de Gaza, dijeron los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato para hablar de conversaciones confidenciales.
El grupo respaldado por Irán también quiere que los habitantes de Gaza puedan regresar al norte del territorio, después de que el ejército israelí les instara a desplazarse al sur al comienzo del conflicto, dijeron los funcionarios. Otro punto de fricción, dijeron, es la petición de Hamás de que todos los palestinos sean liberados de las cárceles israelíes.
Según los funcionarios israelíes, esto refleja un endurecimiento de la postura de Hamás en comparación con las conversaciones anteriores, y son exigencias que el gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu no aceptará.
Israel ha propuesto un alto al fuego de 42 días durante el cual se intercambiarían varias docenas de rehenes por varios cientos de prisioneros. Muchos habitantes del norte de Gaza también podrían regresar a sus hogares tras ser examinados por las fuerzas israelíes en busca de armas y vínculos con Hamás.
Los funcionarios dijeron que Hamás cree que su posición es más fuerte debido a la creciente presión internacional sobre Israel a medida que la guerra hace estragos. Así lo puso de manifiesto la decisión de Estados Unidos de no vetar el mes pasado una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigía un alto al fuego inmediato. El Presidente Joe Biden, que tiene previsto hablar por teléfono con Netanyahu el jueves, también se mostró “indignado” por el ataque israelí del lunes, en el que murieron siete cooperantes en Gaza, entre ellos un ciudadano estadounidense.

Hamás tiene la intención de permanecer en el poder en Gaza incluso después de que cesen los combates, dijeron los funcionarios, mientras que Israel insiste en que la guerra continuará hasta que el grupo sea destruido. Hamás irrumpió en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y secuestrando a unas 250.
Más de 32.000 personas han muerto en Gaza desde que Israel comenzó su ataque aéreo y terrestre, según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás. Estados Unidos y la Unión Europea consideran a Hamás una organización terrorista.
Las conversaciones entre Israel y Hamás cuentan con la mediación de Qatar, Estados Unidos y Egipto.
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