Bloomberg Línea — El sistema financiero colombiano vuelve a moverse. Después de casi dos años de contracción, la cartera de crédito creció en términos reales por primera vez desde 2023.
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Según el Informe Especial de Riesgo de Crédito elaborado por el Banco de la República, “el crédito total se ha acelerado entre febrero y agosto de 2025, alcanzando tasas de crecimiento positivas por primera vez desde abril de 2023”.
El repunte es más que un dato técnico: es una señal de que el crédito está regresando como motor de la economía. “El comportamiento de este indicador ha sido generalizado para todas las modalidades”, señala el informe, “lo que refleja un ciclo financiero positivo después de la contracción observada entre 2023 y 2024”.
La recuperación, sin embargo, no es homogénea. Mientras la cartera de consumo y el microcrédito muestran una mejoría clara, los créditos comerciales y de vivienda avanzan con mayor cautela.
Pese a las diferencias, el tono general del documento del banco central es más optimista que en informes anteriores.
“El deterioro de la cartera ha mostrado mejoras heterogéneas entre modalidades”, precisa el informe, pero los indicadores de mora y riesgo “presentan una leve recuperación entre diciembre de 2024 y junio de 2025”.
El consumo vuelve a moverse
El crédito de consumo, que representa cerca del 28% del total, muestra una recuperación visible. Tras las caídas de dos dígitos en 2023, la cartera se redujo apenas un 3,7% en junio de 2025, con señales de que la tendencia negativa podría revertirse pronto.
“El número de nuevos deudores se incrementó en cerca de 20% respecto al trimestre anterior”, dice el informe, al pasar de 0,28 millones a 0,34 millones. Con ello, el total de personas con créditos de consumo alcanzó los 9,5 millones.
La mejora ocurre en un entorno de tasas de interés más bajas. “Entre abril de 2023 y junio de 2025, la tasa de interés de los desembolsos de consumo disminuyó 13,5 puntos porcentuales”, lo que ha favorecido el acceso al crédito y el repunte de la demanda.
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El banco también destaca una mejora sustancial en la calidad de los préstamos: “La cartera vencida de consumo presentó una contracción de 28,7% a junio de 2025”, con reducciones destacadas en libre inversión (-36,4%) y tarjetas de crédito (-33,6%). Como resultado, los indicadores de calidad por mora y riesgo se ubicaron por debajo del promedio de los últimos cinco años.
Sin embargo, el informe advierte que “los niveles actuales de la tasa de usura aplicables a esta cartera podrían no compensar adecuadamente el riesgo asumido por algunos establecimientos de crédito”. En otras palabras, el espacio para seguir bajando tasas sin afectar la rentabilidad del sistema es limitado.
Microcrédito: inclusión con resiliencia
En el frente del microcrédito, el desempeño ha sido aún más sólido. Este segmento, que representa apenas el 2,9% de la cartera total, alcanzó un crecimiento real del 3,9% anual a junio, “por encima del promedio de los últimos cinco años”.
“El microcrédito se consolida como un instrumento clave para la inclusión y el desarrollo financiero”, señala el informe. Aun así, el número de deudores sigue por debajo del nivel de 2021, lo que el Banco atribuye a “cambios en la metodología de la tasa de usura y a la mayor competencia derivada de la entrada de nuevas ofertas digitales”.
La calidad de la cartera también mejora: el Indicador de Calidad por Mora (ICM) cayó a 7,7%, y el de cubrimiento aumentó a 85,6%. “La recuperación no obedece únicamente a depuraciones contables”, aclara el documento, “sino que refleja una gestión efectiva del riesgo de crédito”.
A futuro, el Emisor anticipa que “la evolución reciente de la cartera de microcrédito permitirá un crecimiento acompañado de una reducción en la cartera riesgosa y vencida”.
No obstante, advierte sobre tres factores a monitorear: la concentración del mercado, los efectos de la tasa de usura y la heterogeneidad sectorial.
Riesgos a la vista
El tono optimista del informe viene acompañado de advertencias. “Existen riesgos relacionados con el deterioro de la situación fiscal local y la persistencia de la incertidumbre sobre la política comercial y los conflictos geopolíticos”, enfatiza el Banco de la República.
Estos factores, dice el documento, podrían afectar la confianza de las empresas y, por ende, la demanda de crédito. Los conflictos internacionales —como los de Rusia y Ucrania o Medio Oriente— también pesan sobre el costo del crédito externo.
Pese a ello, la entidad considera que los establecimientos de crédito “cuentan con niveles adecuados de provisiones y capital para afrontar escenarios extremos y poco probables de materialización de riesgo de crédito”.
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El crédito colombiano empieza a despertar. Las señales de mejora en la mora, el repunte del consumo y la fortaleza del microcrédito sugieren que la economía retoma el impulso.













