Bloomberg Línea — La tasa de interés de política del Banco de la República permanece en 9,25%, nivel que refleja una postura aún restrictiva frente a las presiones inflacionarias que persisten en la economía colombiana.
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De acuerdo con un reciente análisis publicado en un blog del banco central colombiano, la estrategia está alineada con la práctica de otros bancos centrales que operan bajo un esquema de metas de inflación, y busca equilibrar el crecimiento del gasto con la estabilidad de precios.
El documento explica que la tasa de intervención, que sirve de referencia para los préstamos y depósitos de muy corto plazo entre el Banco de la República y los bancos comerciales, es la principal herramienta para mantener la inflación bajo control.
En Colombia, la meta inflacionaria se fijó en 3% desde 2010, y las decisiones sobre el nivel de esta tasa —si sube, baja o se mantiene— buscan guiar las tasas de interés del mercado y, en consecuencia, el consumo, la inversión y el tipo de cambio.
“Cuando el consumo, la inversión y las exportaciones superan la capacidad productiva de la economía, se generan presiones al alza sobre los precios”, señala el documento del Banco. “En esos casos, elevar la tasa de intervención modera la demanda y fortalece el peso, lo que contribuye a reducir la inflación”.
Una tasa real dentro del rango esperado
El análisis compara el desempeño de Colombia con el de otros ocho países de América Latina —entre ellos Brasil, México, Uruguay, Chile y Perú— y concluye que la tasa de interés real del país se encuentra en un nivel consistente con su desviación frente a la meta de inflación.
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Los cálculos muestran que economías con mayores brechas inflacionarias tienden a sostener tasas reales más elevadas. En ese contexto, la tasa real de Colombia es inferior a la de Brasil, donde la inflación se mantiene más alejada de su objetivo, pero mayor que la de países como Chile o Perú, cuyas tasas efectivas ya están cerca de la meta.
El informe también observa que la posición de Colombia no difiere significativamente de la de Uruguay o Costa Rica, pese a que la inflación en esos países se encuentra más controlada. Esta coherencia sugiere que el Banco de la República mantiene una postura prudente, pero no excesivamente restrictiva, en el proceso de convergencia hacia una inflación más baja.
Expectativas, la próxima frontera
Más allá de la inflación observada, el Banco subraya la importancia de las expectativas inflacionarias, ya que estas inciden en la fijación de precios y salarios. Para medir el esfuerzo monetario en ese frente, se utiliza la tasa de interés real basada en la inflación esperada.
En este segundo indicador, Colombia se ubica sobre la línea de tendencia regional, con una tasa real coherente con la brecha entre las expectativas de inflación y la meta. Países como Brasil y Costa Rica presentan tasas reales más altas, mientras que México, Uruguay y Perú están por debajo.
Perspectiva
El análisis del Banco de la República apunta a que la política monetaria actual sigue un patrón típico de economías con metas de inflación, donde el nivel de la tasa responde proporcionalmente al desvío de los precios frente al objetivo. En la medida en que la inflación converja hacia niveles cercanos al 3%, se anticipa un proceso gradual de normalización de tasas.
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En otras palabras, la posición actual del Banco no es excepcional, sino esperable para una economía que aún ajusta su demanda interna y sus expectativas tras un periodo prolongado de presiones inflacionarias. Cuando esas condiciones se estabilicen, añade el informe, “la tasa de intervención también será más baja”.









