Bloomberg Línea — Del 21 al 23 de agosto, los ojos del mundo económico estarán puestos en Jackson Hole, Wyoming, donde se celebra el simposio anual de política económica organizado por la Reserva Federal de Kansas City. Bajo el título “Labor Markets in Transition: Demographics, Productivity, and Macroeconomic Policy”, la edición de 2025 adquiere una renovada importancia.
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Jerome Powell, presidente de la Fed, será el protagonista de la jornada del viernes, con un discurso que podría marcar el inicio de una nueva etapa en la conducción monetaria de Estados Unidos.
Este evento ha servido históricamente como escenario para adelantar cambios en el enfoque del banco central. En 2020, Powell usó este foro para introducir el régimen de objetivo flexible de inflación promedio (FAIT). En 2022, reconoció que combatir la inflación requeriría “algo de dolor” para la economía, y en 2024 dio señales claras del primer recorte de tasas post-pandemia.
Este año, en un contexto marcado por presiones inflacionarias, desaceleración laboral y tensiones políticas, se espera que la Fed revele cambios formales en su marco estratégico, redefiniendo cómo interpreta su doble mandato y cómo comunica sus decisiones.
Los mercados financieros observan con atención porque, en medio de expectativas de recortes de tasas ya descontados, cualquier matiz en el discurso de Powell puede reconfigurar el panorama para lo que resta del año.
“Esperamos que Powell recapitule cómo evolucionaron la economía y la configuración de la política durante su mandato como presidente de la Fed, y qué significan las lecciones aprendidas para la estrategia óptima de política monetaria en los próximos años”, dijeron los analistas Sarah House y Michael Pugliese de Wells Fargo.
¿Cuáles serían los mensajes de Powell?
House y Pugliese consideran que uno de los anuncios más esperados en Jackson Hole es el abandono formal del régimen FAIT, introducido por la Fed en 2020. Este enfoque permitía que la inflación superara temporalmente el 2% para compensar años en los que estuvo por debajo.
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Ahora, Powell podría confirmar un retorno a un objetivo de inflación del 2% más simple y simétrico, sin voluntad de corregir errores pasados. Este giro no sólo implicaría un cambio estratégico, sino también simbólico: representaría el cierre del ciclo post-crisis financiera y la consolidación de una nueva normalidad en política monetaria.
Wells Fargo subraya que este movimiento, aunque importante, no implicaría un cambio radical en la práctica reciente del banco central. De hecho, el Comité ya ha operado en los últimos años bajo un enfoque más ortodoxo, dejando atrás la tolerancia a la inflación elevada.
Sin embargo, para House y Pugliese formalizar este viraje envía una señal clara al mercado: en futuros episodios de inflación, la Fed estará más dispuesta a endurecer condiciones antes de que las expectativas se desanclen, incluso si ello compromete temporalmente el empleo.
En línea con este razonamiento, también se anticipa una revisión del enfoque sobre el mandato de empleo máximo.
Para Wells Fargo, el Comité dejaría de priorizar las “deficiencias” en el empleo, como lo hacía en el marco de 2020, y volvería a centrarse en las “desviaciones”. En términos prácticos, esto se traduciría en una menor tolerancia a estímulos prolongados cuando el mercado laboral esté cerca del pleno empleo.
Esta simetría entre inflación y empleo podría convertirse en la nueva piedra angular del marco de política monetaria de la Fed, reforzando su imagen de independencia frente a presiones políticas, justo cuando el calendario electoral comienza a agitar los mercados.
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¿Qué espera el mercado del discurso de Powell en Jackson Hole 2025?
El equipo de análisis de Deutsche Bank, liderado por Henry Allen, coincide en que el discurso de Powell será el punto más relevante del simposio, tanto por su contenido como por su contexto. Recuerdan que, históricamente, el presidente de la Fed ha utilizado este foro para comunicar giros relevantes en la estrategia monetaria.
En 2024, por ejemplo, Powell anticipó un recorte de tasas desde Jackson Hole, movimiento que los mercados interpretaron como validación oficial de un cambio de ciclo.
Para esta edición, el título del discurso publicado por la Reserva Federal (“Perspectivas económicas y revisión del marco”) refuerza la idea de que se abordarán cambios estructurales.
Deutsche Bank sugiere que el mensaje incluirá proyecciones macroeconómicas a medio plazo, así como ajustes en la narrativa del Comité para alinear su comunicación con la evolución reciente de la economía. El objetivo sería brindar mayor previsibilidad a los mercados sin comprometer la flexibilidad futura del banco central.
En su análisis, Deutsche Bank advierte que “el discurso del presidente de la Fed en Jackson Hole a menudo se ha utilizado para enviar señales importantes sobre la política”, lo que eleva el interés de los mercados ante posibles anuncios o giros en la orientación monetaria.
Además, advierte que el entorno actual es especialmente volátil. Aunque la inflación se ha moderado respecto a sus picos de 2022, las presiones siguen presentes, especialmente en segmentos como los servicios y la vivienda.
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La incertidumbre sobre la fortaleza del consumo, sumada a una posible debilidad en el mercado laboral, complica el margen de maniobra de la Fed. En este sentido, para los expertos del banco alemán, cualquier mención a la trayectoria futura de las tasas de interés será clave y podría tener un impacto inmediato en los mercados financieros globales.
¿Hasta dónde irán las tasas de la Fed?
Para ING, la intervención de Powell llega en un momento especialmente delicado, tanto económica como políticamente. En un informe liderado por James Knightley, el banco destaca tres interrogantes clave. El primero es el rol de los aranceles en la dinámica inflacionaria.
Aunque el temor inicial era que estos actuaran como un nuevo motor de presión sobre los precios, los datos recientes no confirman ese diagnóstico. De hecho, el indicador subyacente no refleja un impacto directo, y muchos minoristas parecen estar absorbiendo los costes mediante inventarios acumulados.
No obstante, el equipo de ING plantea que “la Fed teme que los aranceles –un aumento único de los precios– alimenten un episodio de inflación duradero”.
El segundo tema es el mercado laboral. Powell ha defendido que no hay signos de debilitamiento, pero los datos de nóminas y otras encuestas (como el ISM de servicios o la confianza del consumidor) muestran señales de desaceleración. ING destaca una paradoja: si realmente hubiera escasez de trabajadores, los salarios estarían creciendo más rápidamente, algo que no está ocurriendo.
Por eso, Knightley sugiere que la Fed debería tomar en serio los últimos datos y considerarlos como una señal válida de enfriamiento del empleo, lo que justificaría recortes más agresivos.
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No obstante, ING “imagina que Powell insistirá en su argumento de que la tasa de desempleo es una guía mucho mejor del estado del mercado laboral que las nóminas en este momento”.
El tercer punto es la presión política. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, está promoviendo un recorte de tasas de 50 puntos básicos en septiembre, y el designado interino de Trump para la Junta de la Fed, Stephen Miran, también se inclina hacia posturas dovish.
Aunque su confirmación aún no es segura, la presencia de estos actores genera tensiones dentro del Comité. ING anticipa que la reunión de septiembre podría ser particularmente tensa.
En cualquier caso, el desafío más inmediato de Powell será decidir si contradecir o no al mercado. Para los analistas de ING, “un recorte de tasas en septiembre está completamente descontado por los mercados financieros” y la pregunta es si el presidente del banco central presionará en contra de esto.
El simposio de Jackson Hole 2025 representa mucho más que una discusión académica sobre mercados laborales o productividad.
En el centro del debate está la redefinición del papel de la Reserva Federal en un mundo postinflacionario, con un mercado laboral menos predecible y una presión política creciente desde Washington.