Bloomberg — Australia estudiará endurecer las leyes sobre armas de fuego después de que un padre y su hijo mataran a 15 personas en el atentado terrorista más mortífero del país, abriendo fuego contra miembros de la comunidad judía que celebraban el inicio de Hanukkah en la emblemática playa Bondi de Sídney el domingo por la noche.
El primer ministro, Anthony Albanese, dijo el lunes que la necesidad de leyes más estrictas sobre la tenencia de armas estaría en la agenda de una reunión del Gabinete Nacional más tarde el lunes. Eso podría incluir revisiones de las licencias existentes para particulares.
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“Las circunstancias de la gente pueden cambiar”, dijo Albanese. “La gente puede radicalizarse durante un periodo de tiempo”.
El comisario de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, confirmó el lunes la identidad de los presuntos autores de los disparos, un hombre de 50 años y otro de 24, procedentes de los suburbios del oeste de la ciudad. La Australian Broadcasting Corp. nombró a los pistoleros como Naveed Akram y su padre Sajid, citando fuentes policiales.
El padre, que murió durante el ataque, había llegado como titular de un visado de estudiante en 1998, dijo el lunes el ministro del Interior, Tony Burke, sin decir de dónde había llegado. Confirmó que el hijo era un ciudadano nacido en Australia.
El hijo había sido examinado por la agencia de inteligencia interior australiana ASIO en 2019, confirmó Albanese, sin nombrarlo. Lanyon dijo antes, también sin identificarlo, que un hombre de 24 años permanecía hospitalizado y que probablemente se enfrentaría a cargos penales.
El padre tenía licencia para poseer seis armas “largas”, era miembro de un club de tiro y tenía permiso para portar armas de fuego desde hacía una década, dijo Lanyon. La policía se mostró satisfecha de haber recuperado seis armas de fuego del lugar de los hechos.
También se encontraron en el lugar tres artefactos explosivos improvisados activos que fueron incautados por la policía, que no está buscando a un tercer delincuente. El equipo conjunto antiterrorista de Nueva Gales del Sur ha iniciado una investigación sobre el suceso.
Un transeúnte que se precipitó y desarmó a uno de los atacantes se ha ganado los elogios de líderes de todo el mundo, entre ellos el presidente estadounidense Donald Trump y el multimillonario de fondos de cobertura Bill Ackman, que anunció un programa de recompensas para los héroes de la comunidad.
El gobierno de Nueva Gales del Sur también está estudiando una reforma de la ley de armas de fuego tras los ataques, según declaró el lunes por la tarde el primer ministro Chris Minns.
“Pueden esperar que se tomen medidas pronto”, dijo. “Si no eres un granjero, no te dedicas a la agricultura, ¿por qué necesitas estas armas masivas para poner en peligro al público y hacer la vida peligrosa y difícil a la policía de Nueva Gales del Sur?”.
Unas 27 personas permanecen hospitalizadas, según un comunicado de Sanidad de Nueva Gales del Sur a las 13:00 horas del lunes. Las víctimas del tiroteo tenían entre 10 y 87 años, dijo Minns anteriormente. La prensa local ha identificado a una de las víctimas como un rabino.
Acto antisemita
El tiroteo fue un “ataque selectivo” contra la comunidad judía, dijo Albanese en una conferencia de prensa el lunes. Anteriormente describió el incidente como un “acto de malvado antisemitismo, terrorismo que ha golpeado el corazón de nuestra nación”, y señaló la necesidad de tomar medidas enérgicas contra el antisemitismo.
“Es nuestra responsabilidad rodear con nuestros brazos a esa comunidad herida, y hacerles saber que los australianos de a pie, los australianos normales, estamos de su lado”, dijo el lunes.
El lunes por la mañana, en el extremo norte de la playa de Bondi, a menos de 100 metros del puente donde los atacantes escenificaron una última resistencia, la policía estableció un perímetro encintado. Cerca de allí, la gente lloraba y se abrazaba.
Ramos de flores se apilaban contra una valla y parejas de socorristas de salud mental se mezclaban entre la multitud, vestidos con petos verdes. Algunos espectadores estaban envueltos en la bandera israelí. Los equipos de noticias descendieron sobre la escena.
En el pabellón de Bondi, a mitad de la playa, más de 100 personas se reunieron a las puertas cerradas de la entrada. La mayoría permanecía de pie o sentada en silencio o conversando tranquilamente. Ya había flores amontonadas en las losas de hormigón entre el césped y el pabellón.
Noah Koncepolski dijo que era amigo íntimo del rabino muerto en el ataque del domingo y que había venido a Bondi para honrarle. “No es momento para sentimientos, solo para buenas acciones”, dijo.
Robert Goot, vicepresidente del Consejo Ejecutivo de los Judíos Australianos y presidente del grupo de trabajo sobre antisemitismo del Congreso Judío Mundial, dijo que conocía a muchos de los muertos y heridos en el atentado del domingo.
“Es hora de que el gobierno actúe con claridad moral y liderazgo para hacer frente a la lacra del antisemitismo”, dijo Goot fuera del Pabellón.
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Se calcula que la población judía de Australia era de 116.967 personas en 2021, una de las 10 mayores del mundo. Bondi, en los suburbios orientales de Sídney, es una de las principales comunidades judías del país.
Los pistoleros abrieron fuego poco después de las 18:45, hora local, mientras más de 1.000 personas asistían al evento de Janucá junto al mar en una cálida tarde de verano.
Albanese instó a los australianos a encender una vela en la ventana de su casa a las 6:47 p.m. del lunes “para demostrar que la luz sí vencerá a la oscuridad”.
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