Bogotá — El golpe del Covid-19 en las economías de América Latina y el Caribe también llegó a través de la inversión extranjera directa (IED), al punto que tuvo su peor comportamiento en una década. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que el año pasado el monto llegó a US$105.480 millones, US$56.000 millones menos que en 2019, una caída de 34,7%.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización, explicó que los sectores más golpeados fueron los de recursos naturales y manufacturas. “El descenso en recursos naturales fue generalizado en toda la región y los países con más incidencia fueron Brasil y Colombia, con menos inversión en hidrocarburos”, explicó. Además, resaltó la caída en el sector de servicios colombiano, afectado por el comportamiento de los comercios, restaurantes y hoteles.
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De los 30 países que analiza la Cepal, solo cinco vieron un aumento en la inversión extranjera recibida: Bahamas, Barbados, Ecuador, Paraguay y México, el segundo receptor de IED después de Brasil. Los otros 25 países mostraron una tendencia a la baja en 2020 y, además, el valor de los proyectos se redujo a la mitad, con valores similares a los que se vieron en 2007 con sectores como el de minería metálica y hoteles y turismo como los más afectados.
A nivel mundial la tendencia es la misma, al retroceder la IED a su nivel más bajo desde 2005. Europa y Estados Unidos son las principales economías que traen dinero a la región, habiendo invertido US$75 de cada US$100 que se recibieron.
De cara al futuro, la Cepal calcula que en la región la IED puede tener una caída o un alza entre un rango de -5% y 5% este año. Uno de los peligros es que el 66% de los dineros extranjeros llegaron el año pasado a economías en desarrollo, lo que pone en riesgo el comportamiento de la región.
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“Es muy difícil que la IED contribuya a un motor de la recuperación, si no hacemos cosas pronto. Se profundiza una tendencia de los inversionistas a irse a países desarrollados, porque han mandado señales muy claras de inversiones públicas que van a sectores estratégicos como infraestructura”, alertó Bárcena.
El informe también mostró que la pandemia también golpeó la inversión que sale de América Latina, pues tuvo una caída de 73% en 2020 al pasar de US$45.754 millones a US$12.343 millones. Mientras en Chile y México crecieron los flujos de inversión, en Argentina, Brasil, Colombia y Panamá registraron retrocesos.
Bárcena aseguró que la estructura de la IED no se ha diversificado y tampoco ha ayudar a transformar el modelo de desarrollo de la región, por lo que los países deben identificar cuáles son los sectores que les permitirán obtener mayores beneficios y que estén asociados con la sostenibilidad. “Hoy el desafío es mayor por las características y la magnitud de la crisis. Necesitamos canalizar la IED hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología”, dijo.
De no hacerlo, agregó, los flujos de la IED buscarán activos en sectores estratégicos de Europa, América del Norte y Asia que ya han anunciado apoyos estatales.