Panamá: ¿aliado o competidor para el sueño bitcoin de El Salvador?

La Ley Cripto de Panamá recibió un veto parcial de su presidente, pero todavía tiene oportunidades para su aprobación. Estas son las implicaciones para El Salvador.

Vista de Ciudad de Panamá, Avenida Balboa.
12 de julio, 2022 | 08:16 AM

San Salvador — Hace un año, El Salvador anunció su incursión en el mundo bitcoin a lo grande, estableciéndolo como moneda de curso legal. La decisión lo situó en el foco del mundo y ha inspirado a otros países a considerar seriamente la regulación de las criptomonedas.

Uno de los países más interesados se encuentra muy cerca, a poco más de 1.000 kilómetros de distancia: Panamá. La Ley Cripto promete abrir su economía a los negocios de este nuevo mundo tecnológico.

El presidente Laurentino Cortizo vetó parcialmente la Ley Cripto, a mediados de junio. La Asamblea Nacional, que la aprobó casi unánimemente a finales de abril, tiene en sus manos readecuar la legislación para incorporar mayores controles sobre lavado de dinero y abordar otras inquietudes.

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¿Qué implica el interés cripto de Panamá para El Salvador? ¿Se ha retrasado la suma de un nuevo aliado para expandir la criptoeconomía, o el veto parcial le significa el respiro para frenar la entrada de un fuerte competidor?

Los mismos legisladores panameños admiten que la Ley Bitcoin de El Salvador inspiró a Panamá en diseñar su propia legislación, aunque el producto final ha sido completamente distinto.

La principal reside en el mismo corazón de la legislación. Mientras El Salvador se centra en volver a bitcoin como moneda de curso legal, Panamá se abre fehacientemente al blockchain, la tokenización y criptoactivos en general, un espectro mucho más amplio.

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La legislación panameña busca autorizar a las personas naturales y jurídicas al uso de criptoactivos más allá de bitcoin, y menciona a otros tales como Ethereum (XET), Ripple (XRP), Litecoin (LTC), XDC Network (XDC), Elrdon (EGLD), Stellar (XLM), IOTA y Algorand (ALGO).

Incluso más allá, la ley panameña contempla de entrada conceptos como smart contracts (contratos inteligentes) y organizaciones descentralizadas autónomas (DAO). De hecho, sobre estos términos, Cortizo pidió a la Asamblea Nacional definiciones más detalladas.

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La Ley Bitcoin de El Salvador y la Ley Cripto de Panamá, mano a mano

La Ley Cripto panameña es más ambiciosa en la interconexión del mercado cripto con su sistema financiero y de valores, por ejemplo, los bancos deben fomentar la inclusión de las empresas cripto, y le da al mercado bursátil luz verde a la tokenización de activos.

Panamá no pretende competir con El Salvador, resalta Felipe Echandi, experto en pagos digitales y quien aseguró que participó como asesor voluntario en la redacción de la ley panameña. Echandi destacó que existen otras referencias de otros países pero el énfasis de El Salvador se da por establecer el bitcoin como moneda de curso legal y la ventaja que tiene el país centroamericano es que le ha dado “claridad” a estos negocios.

Lo que el proyecto de ley buscaba ”no necesariamente es competir ni reemplazar al Salvador sino ofrecer una versión futurista de un centro financiero latinoamericano, tomando las mejores ideas de la jurisdicciones más competitivas y ambiciosas del mundo”. Es por ello que incluyeron ideas del Reino Unido, Hong Kong, Singapur y varios estados de los Estados Unidos, y a la vez consideraron estándares en materia de lavado dinero, explicó el panameño Echandi.

Un socio para el futuro

Mónica Taher, asesora de Asuntos Tecnológicos y Económicos Internacionales para la Secretaría de Comercio e Inversiones de El Salvador, valora el esfuerzo de Panamá para incorporarse a la nueva tendencia tecnológica.

“Entre más países adopten el bitcoin como moneda de curso legal, o en este caso que creen un marco regulatorio que es lo que está haciendo Panamá, es mucho mejor, enhorabuena”, expresa Taher a Bloomberg Línea.

Bitcoin atrajo inversiones para El Salvador desde el primer día del anuncio, relata. “El día siguiente que la ley fue aprobada, a las 5 de la mañana se vino un exchange de Guatemala y a las 9 de la mañana me estaba reuniendo con ellos. Ese fue el principio de la avalancha de compañías que se nos vino y no ha parado”.

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A pesar de que la legislación salvadoreña solo regula cripto, esta nación recibe inversiones de compañías de criptominería, casas de cambio de criptomonedas, tokens no fungibles y blockchain en general, asegura Taher.

Paulo de León, director de Inteligencia Económica y Financiera de Central American Business Data (CABI), cree que ambos países están tomando liderazgo para montarse a una tendencia que se cimentará en el largo plazo.

“Es un proceso de adopción como cuando empezó el internet, en 1992, 1993 y se popularizó diez años después. Hay que juzgarla como una apuesta de largo plazo, en el corto plazo es complicado”, plantea de León.

Así como a los omnipresentes métodos de pago como Visa les conviene tener a más personas en su red, lo mismo sucede con las criptomonedas. “Panamá le puede quitar protagonismo, pero no es mala noticia para El Salvador. Entre más países se metan a bitcoin, es buena noticia”, agrega.

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Más que un caso al estilo salvadoreño, Panamá está avanzando al estilo de Malta o Chipre, que han diseñado regulaciones no dejándose llevar por la moda, sino con más calma, considera Daniel Suchar, analista financiero y profesor universitario costarricense.

La ventaja de ser un centro financiero

El mercado cripto en Centroamérica y América Latina tiene un panorama alentador, dice a Bloomberg Línea Maximiliano Hinz, director General para Latinoamérica de Binance, uno de los exchanges más relevantes en el mundo cripto.

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“Sería interesante pensar en Latinoamérica como un hub cripto a nivel mundial. El Salvador sentó un precedente a nivel regulación, pero al mismo tiempo ya existía una gran adopción en toda LatAm de criptomonedas”, expresa Hinz.

¿Qué se necesita para convertirse un “hub” cripto en la región”. CABI lo resume en los siguientes factores: contar con una buena infraestructura de hardware, buena conectividad y promover un sistema Fintech, con aplicaciones tanto de pago como de servicios para las empresas locales y extranjeras.

Los niveles de bancarización panameños son más altos y favorecerían una adopción más rápida y orgánica de las criptomonedas si deciden aventurarse, coinciden los analistas.

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Recuperación económica impulsa la actividad bancaria en Panamá

“Panamá tiene una ventaja adicional al resto de los países de la región, ya es un hub financiero. Entonces, ser un hub financiero y al mismo tiempo tener un hub de cripto lo va a catapultar más fácil que al resto de países”, dice de León.

De hecho, el sector financiero mundial ya está apuntando hacia blockchain. “Todavía hay muchos incrédulos en nuestra región sobre el tema, pero ves a gente como Mastercard, Merrill Lynch, JP Morgan, Goldman Sachs, de ese calibre del mercado financiero, ya dirigiéndose hacia el tema bitcoin”, observa el analista de CABI.

Además, Bitcoin ya se transa en el Chicago Mercantil Exchange y hay un ETF regulado en el New York Stock Exchange. “Tenemos muchos brokers en Estados Unidos ya ofreciendo sistemas de trading, en este momento FTX (casa de cambio de criptos) está hablando con bolsas establecidas de muchos años sobre cómo intercambian información para que se unan las plataformas de trading”, añade el guatemalteco.

“No podemos tapar el sol con un dedo, Panamá tiene un centro de negocios financieros espectacular. Además, es la segunda economía más grande de la región, Guatemala es la primera, pero porque tiene una población que casi quintuplica a la panameña”, dice por su lado Suchar.

Además de su fortaleza financiera, también posee una extensa interconexión logística que le permitiría llegar a una amplia gama de potenciales socios tanto en América Latina como en el mundo.

Los riesgos del multicripto panameño

El blockchain es una forma segura de registrar transacciones, y eso no solo se limita a bitcoin como medio de pago, sino que tiene aplicaciones empresariales con el potencial de mejorar la eficiencia de las empresas y mejorar la comunicación con proveedores y clientes, analiza De León.

“Dentro de empresas grandes hay transacciones internas; por ejemplo, yo estoy en un departamento de Finanzas y requiero hacer un anuncio y le pido apoyo a Mercadeo para que venga a trabajar conmigo, eso es una transacción interna, con blockchain podrías llevar las transacciones internas entre los departamentos para ver cómo va la generación de valor agregado”, ilustra solo como una de sus múltiples aplicaciones.

La ramificación de la tecnología conlleva grandes potenciales, pero también amenaza con convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Aun implementando solo a bitcoin, El Salvador ha enfrentado cuestionamientos sobre las medidas de lavado de dinero y el impacto en su economía; en cambio, con la Ley Cripto Panamá se expone a un criptouniverso en donde existen miles de criptomonedas, cada una es un mundo diferente.

Basta con rememorar el caso de Terra/LUNA, que colapsó en gran parte por un diseño tecnológico y financiero logarítmico altamente complejo, sobre los cuales no tuvo un manejo del riesgo deficiente. ¿Tiene la capacidad Panamá de mitigar riesgos para sus usuarios de los potenciales proyectos que recibirá?

“Hay más de 11.000 criptos, van a caer muchas y quedarán pocas. Creo que bitcoin es una de las que se va a quedar”, vislumbra de León. De hecho, el criptomercado vive actualmente un proceso de “purga” de proyectos que, o han sido fraudes o disponen de códigos que no funcionan correctamente.

Delegaciones de 44 bancos centrales e instituciones de supervisión financiera se reunieron en El Salvador con motivo de la reunión de la Alianza Financiera Internacional (AFI). El Salvador aprovechó para darles a conocer su experiencia con bitcoin. Foto: @Nayibbukele

¿Qué puede aprender de El Salvador?

Para mitigar los riesgos, a Panamá le conviene observar el camino que ya tomó su vecino El Salvador. La primera lección es notoria: regular a las criptomonedas es muy diferente a volverla de circulación nacional, indica Suchar.

“En El Salvador riesgo de la volatilidad en El Salvador lo tiene el gobierno cuando el bitcoin cae o sube; otra cosa es si solo permites la trazabilidad, lo que le estás dando a la gente es una nueva alternativa para poder canjear bienes y servicios”.

Panamá debe tomar nota también del papel de los organismos internacionales, que han dirigido sus baterías contra bitcoin en El Salvador, el impacto en su economía, en el sistema financiero y en las cuentas fiscales. Tan pronto como Panamá adopte a las criptos, se expondrá a un escrutinio similar.

Bitcoin es un factor que adquiere más peso en el análisis de las agencias calificadoras de riesgo, que este año han degradado a la deuda salvadoreña hacia niveles, si no inminentes de impago, altamente deteriorados. Valga mencionar que el endeudamiento del gobierno salvadoreño y su estrecha liquidez juegan también cumplen un papel preponderante en los recortes.

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A diferencia de El Salvador, los panameños tienen una reputación que proteger como emisor con grado de inversión. “Panamá ya tiene una credibilidad a nivel financiero, a nivel de calificación de riesgo, y además ha tratado de ir saliendo de ese listado de paraísos fiscales. La gente empieza a creer un poco más en Panamá, tratando de desligarse de los Panama Papers”, reflexiona Suchar.

De El Salvador “hay muchísimas cosas buenas que aprender como el tema de inclusión financiera, obviamente están por verse los efectos duraderos del Chivo Wallet” (una billetera electrónica creada por el gobierno salvadoreño para pagar en dólares o bitcoin) añadió Echandi quien dijo que el 70% de la población adulta no tenía cuentas bancarias y ahora más del 80% de la población salvadoreña está bancarizada.

“El hecho de que tengan una aplicación de pago digital es revolucionario para una población que estaba excluida del mundo moderno” y destacó que el hecho de que el 14 % de los negocios acepten bitcoin como método de pago es “absurdamente alto”.

Para el experto en pagos digitales todo se traduce en negocios: ahora tienen un sistema de pagos adicionales, además de las tarjetas de crédito, las transferencias bancarias, el efectivo para vender incluso transfronterizamente internacionalmente. “No hay que ver al Salvador como un rival. Yo creo que hay que verlo como como un caso de estudio interesante en nuestra región que tiene realidades parecidas en algunas cosas diferentes en otras y donde podemos sacar lo mejor y tal vez ignorar lo peor” acotó Echandi.

Un cambio financiero histórico

Las legislaciones por sí mismas no significan que automáticamente la población los adoptará. Incluso en El Salvador –cuyo gobierno bonificó a los ciudadanos con US$30 para descargar su billetera bitcoin– hay un decaimiento en el furor por usar la criptomoneda.

La aceptación del mercado representa un papel importante y en América Latina el proceso está ocurriendo, plantea Hinz, de Binance.

“En países como Argentina, la comunidad cripto está muy extendida, y en países como Colombia, el regulador mismo es quien incentiva a crear una conexión directa entre los bancos y los exchanges, que se encuentra en período de prueba aún”, ejemplifica el representante de Binance.

En el resto de Centroamérica, la discusión sobre bitcoin y los criptoactivos no termina de despegar, pero los beneficios de largo plazo podrían ser mayores a los riesgos, dice Suchar. Las criptos son un cambio de paradigma, que tampoco tiene por qué cambiar las costumbres de todos.

“Por ejemplo, mis papás superan los 65 años y siguen visitando las oficinas de los bancos y siguen entrando con billetes, poco a poco vamos a ir viendo este tipo de integración –no migración– de los criptoactivos con las monedas digitales o virtuales de los bancos, pero no de la noche a la mañana”, contextualiza Suchar.

De León, de CABI, identifica al menos tres beneficios de un sueño cripto en Centroamérica: uno, la atracción de un sistema de emprendedurismo tecnológico; dos, la minería puede generar ingresos a los países de la región, como Guatemala, que genera un exceso de electricidad; y tres, ingresar a una revolución financiera histórica.

En retrospectiva, el mundo sigue utilizando un sistema monetario diseñado hace 300 años, cuando las economías del mundo pasaron del dinero metálico al dinero en papel. Ahora, “estamos en el arranque del cambio del papel moneda hacia la moneda digital”, perfila.

“Cuando hablamos de purga no es sólo de criptos, es algo más grande que incluye al dinero fiat. Estamos pasando al dinero digital y por eso los bancos centrales también van a emitir su dólar digital. ¿Cuál va a ser el resultado final del dinero digital? No lo sé, lo vamos a conocer de aquí a 20 años. Como economista soy privilegiado de estar viendo esta batalla campal”, prospecta de León.