La inflación más alta en 25 años desafía el crecimiento de América Latina: FMI

La economía colombiana lideraría entre las más grandes de la región con un crecimiento de un 6,3% en 2022, más del doble del pronóstico regional

El Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, liderado por Ilan Goldfajn, cree que el debilitamiento de la actividad económica y la persistente inflación pondrán a prueba el crecimiento de América Latina.
27 de julio, 2022 | 10:00 AM

Bloomberg Línea — América Latina y el Caribe se desligó del pesimismo del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento económico mundial de este año, pero el horizonte está lleno de nubarrones para 2023, incluyendo una inflación persistentemente alta, según un análisis del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo que precedió a los pronósticos entregados ayer en Washington.

El FMI calcula que la región habrá crecido un 3,0% al cierre de 2022, lo que representa un incremento de 0,5 puntos porcentuales (pps.) respecto a la visión que tenía en abril pasado. Según el reporte, liderado por Ilan Goldfajn, director del Departamento, la revisión al alza estuvo impulsada por el buen desempeño que mostró la región al cierre del primer semestre.

El comportamiento de las economías más grandes impulsa el optimismo del FMI, con casos como los de Chile y Colombia que han tenido un repunte gracias al fuerte crecimiento del sector servicios, ayudado por el estímulo fiscal que se vio hasta finales de 2021.

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El desempeño positivo también se registra en Centroamérica, donde se volvió a los niveles de producción previos a la pandemia de Covid-19 debido a la recuperación en Estados Unidos, el crecimiento de los ingresos por exportaciones y un aumento de las remesas.

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Según los cálculos revelados hoy, la economía colombiana lideraría entre las más grandes de la región con un crecimiento de un 6,3% en 2022, más del doble del pronóstico regional, seguida de Argentina con un 4,0%. En el caso de Centroamérica, el crecimiento llegaría a un 4,7% este año.

“La reapertura de los sectores intensivos en contacto, especialmente la hostelería y los viajes, la relajación de la demanda reprimida por la pandemia y las condiciones financieras externas aún favorables respaldaron una sólida expansión en la primera mitad del año, lo que permitió que los servicios alcanzaran a la manufactura y el empleo”, dice el análisis.

Sin embargo, el optimismo llega hasta ahí y la radiografía regional está llena de contrastes y de desafíos. Por un lado, el FMI advierte que la economía mexicana, la segunda más grande de la región, todavía no ha recuperado su nivel previo al Covid-19 mientras que las naciones del Caribe aún presentan un rezago debido a que el turismo no ha vuelto al dinamismo que había antes del virus.

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Además, a pesar de que el crecimiento de los precios de las materias primas respalda los ingresos de los exportadores en algunas economías sudamericanas, también limita a los que dependen de sus importaciones, especialmente en América Central y en el Caribe, añade el informe.

El fantasma de la inflación

Pero donde más énfasis pone el FMI es en el riesgo que significa la alta inflación y el endurecimiento de la política monetaria que han adelantado los bancos centrales para controlarla. Sus cuentas indican que la inflación superara el límite superior de los rangos objetivo de los bancos centrales en alrededor de 400 puntos básicos en promedio, si se mira a las cinco economías más grandes de la región.

“Como en otros lugares, es probable que las presiones sobre los precios en la región se mantengan altas durante algún tiempo, como lo indican nuestros pronósticos de inflación de 12,1% y 8,7% para 2022 y 2023, respectivamente, las tasas más altas de los últimos 25 años”, advierte el Fondo.

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Junto con las presiones en los precios, la región también tendrá que enfrentar el menor crecimiento global y las mayores “tensiones sociales en medio de una creciente inseguridad alimentaria y energética”. Este panorama llevaría a que la región se desacelere a un 2,0% en 2023, un crecimiento 0,5 pps. inferior a lo que calculó en abril.

Para el organismo, las autoridades monetarias deben tener una comunicación clara para preservar la credibilidad de los bancos centrales, mientras se enfocan en controlar el aumento de los precios.

El incremento en las tasas de interés, que no solo se ha visto en la región, también afectará las condiciones financieras externas ante un mayor aumento en los costos de endeudamiento y las presiones cambiarias.

Además, el Fondo considera que ante los altos niveles de deuda pública, la política fiscal deberá centrarse en garantizar la sostenibilidad de la deuda, incluyendo medidas específicas a las personas más vulnerables que las protejan de la alta inflación y el crecimiento más lento.

Según el FMI, la economía mundial se enfrenta a un menor ritmo económico en Estados Unidos, China y Rusia por lo que espera que el crecimiento global se desacelere a un 3,2% en 2022, luego de crecer un 6,1% el año pasado, lo que representaría 0,4 pps. menos que lo que veía en el informe de abril. Para 2023 espera que el PIB mundial aumente un 2,9%.