Bloomberg — Los ríos de todo el mundo están desapareciendo. Desde los Estados Unidos hasta Italia y China, las aguas se han reducido y no han dejado más que orillas estériles de lodo y arena. Los canales están vacíos y los embalses se han convertido en polvo.
El planeta se encuentra en pleno proceso de aceleración del cambio climático, lo que tiene un profundo impacto económico. La pérdida de vías fluviales supone un grave riesgo para las rutas marítimas, la agricultura, el suministro de energía e incluso el agua potable.
Los ríos que han sido fundamentales para el comercio durante siglos se están secando, amenazando el transporte global de productos químicos, combustibles, alimentos y otras mercancías.
El Rin, pilar de las economías alemana, holandesa y suiza, ha estado prácticamente intransitable en las últimas semanas. El Danubio, que serpentea 2.900 kilómetros a través de Europa central hasta el Mar Negro, también está atascado. El comercio a través de los ríos y canales europeos aporta unos US$80.000 millones a la economía de la región sólo como medio de transporte.
En China, un verano extremoso ha hecho mella en el río más largo de Asia, el Yangtze. La disminución de los niveles de agua ha dificultado la generación de electricidad en muchas centrales hidroeléctricas clave. Las grandes ciudades, como Shanghái, están apagando las luces para frenar el consumo de energía, y la firma automotriz Tesla Inc. (TSLA) ha advertido de interrupciones en la cadena de suministro de su planta local. Otra empresa del sector, Toyota Motor Corp. (TMN), y Contemporary Amperex Technology Co. (300750), el principal fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos, han cerrado fábricas.
La sequía que azota al río Colorado, una fuente de agua para 40 millones de personas entre las ciudades de Denver y Los Ángeles, se ha vuelto tan extrema que una segunda ronda de drásticos cortes de agua está afectando a los estados de Arizona, Nevada en EE.UU., y México. El río y sus afluentes riegan unos 4,5 millones de acres de tierra, generando unos US$1,4 billones al año en beneficios agrícolas y económicos.
El retroceso de las aguas del suroeste de EE.UU. está dejando al descubierto cadáveres y huellas de dinosaurios que llevaban sumergidos quizá millones de años.
¿Por qué están bajando los niveles de los ríos?
Las razones por las que los ríos de todo el mundo se están secando son complejas. Está el impacto de La Niña, que ha afectado al clima, la prolongada sequía en muchas regiones y también la simple mala suerte. Pero el principal factor es el cambio climático.
“Se trata de una combinación de muchos factores que han conducido a este acontecimiento especialmente extremo”, afirma Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California en Los Ángeles. “Pero está claro que el cambio climático juega un papel importante, ya que ha hecho que las olas de calor subyacentes, que han batido récords, sean mucho más probables”.
El aumento de las temperaturas de la Tierra ha hecho que las cadenas montañosas reciban menos nieve, lo que deja menos agua para bajar a los arroyos en verano durante el deshielo, dijo Isla Simpson, científica del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Boulder, Colorado.
La nieve de las montañas es el depósito de la naturaleza. Cuando las nevadas disminuyen, la fuente de muchos ríos (desde EE.UU. hasta China, pasando por Europa y Oriente Medio) desaparece, dijo Swain, de la UCLA.
“La pérdida de nieve y de glaciares de montaña en los Alpes ha sido extraordinaria también este verano, sorprendiendo incluso a climatólogos y glaciólogos experimentados”, dijo Swain.
Luego está La Niña, un enfriamiento del Océano Pacífico ecuatorial que altera los patrones climáticos globales, trayendo fuertes lluvias a algunas áreas y sequía a otras. El mundo enfrenta su segunda La Niña consecutiva, y las probabilidades de que en 2023 se produzca otra aumentan.
“El fuerte y continuo fenómeno de La Niña conecta las sequías y los bajos caudales de los ríos en América del Norte, Europa, Oriente Medio y el hemisferio sur”, dijo Richard Seager, profesor de investigación del Observatorio de la Tierra Lamont Doherty de la Universidad de Columbia.
El aumento de las temperaturas en el mundo también significa que las vías fluviales se están evaporando literalmente.
O como dice Seager, el calentamiento de la atmósfera “está absorbiendo más humedad de la superficie terrestre”.
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