Banco Mundial aumenta a 3% pronóstico de crecimiento del PIB de LatAm para 2022

El organismo revisó al alza su previsión, en contraste con el 2,5% de junio. Estas son algunas de las claves del informe

Imagen de Avenida de la Reforma
04 de octubre, 2022 | 02:10 PM

Bloomberg Línea — El Banco Mundial publicó este martes una revisión al alza de sus previsiones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe para 2022. En concreto, llevó la cifra al 3%, argumentando que la región recobró “cierta sensación de normalidad” y sus economías recuperaron sus niveles económicos previos a la pandemia del Covid-19.

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“En la mayoría de los países, el PIB y el empleo recuperaron los niveles de 2019, aunque las tasas de crecimiento previstas podrían describirse como ‘resilientemente mediocres’: si bien no se espera que el crecimiento supere el bajo nivel observado en la década de 2010, los sistemas bancarios parecen estar sanos y las cargas de deuda crecientes son manejables por el momento”, destaca el informe.

La nueva estimación es 0,5% más alta que la realizada en junio, cuando se estimaba un crecimiento de 2,5% para 2022, una proyección apalancada principalmente por los altos precios de las materias primas.

Sin embargo, el pronóstico para el futuro es menos alentador: para 2023 y 2024, las perspectivas de crecimiento son de 1,6% y 2,3%, respectivamente. Las cifras son más bajas que en la estimación de junio, de 1,9% para 2023 y 2,4% para 2024.

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El rendimiento de la economía en los próximos dos años se verá impactado por “la fuerte incertidumbre que recorre el mundo como resultado de la guerra en Ucrania, la subida de las tasas de interés en los países desarrollados y las persistentes presiones inflacionarias”, de acuerdo con el reporte del Banco Mundial, titulado ‘Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal’.

El foco estará ahora en el gasto público y los impuestos

“Además de poner en marcha las reformas e inversiones necesarias para acelerar el crecimiento, los gobiernos deben encarar los costos estructurales: los años de escolarización perdidos, las vacunas no suministradas y el impacto diferido de la inseguridad alimentaria que la recuperación del PIB disimula”, añadió en un comunicado oficial el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo.

En específico, se plantea que los países analicen el gasto público y la política tributaria para evitar efectos adversos en su economía. Para esto se sugiere mejorar la eficiencia del gasto público, pues en promedio el 4,4% del PIB “se malgasta en transferencias mal dirigidas, deficiencias en las contrataciones públicas y políticas de recursos humanos ineficientes”.

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El BM destaca que América Latina recauda el 23,7% de sus ingresos públicos a partir del IVA, 13,2% de los impuestos sobre las empresas, y 10,6% de los impuestos sobre la renta de las personas físicas (naturales). “Para los estándares mundiales, la carga del primero es elevada y regresiva y es intermedia para el segundo”, dice el informe. En esa línea, destaca que el bajo nivel de tributación sobre el ingreso de las personas naturales en comparación con los países avanzados y la opción de que los impuestos sean más progresivos “reavivó el interés en su potencial como generador de recursos tributarios adicionales”.

La pobreza extrema: una preocupación constante

El informe también hace énfasis en los niveles de pobreza extrema por los que atraviesa América Latina, pues aunque esta descendió de 30% a 28,5% entre 2021, y 2022, los costos a largo plazo de la crisis de la salud y la educación “deben ser subsanados de manera urgente, tanto para reactivar el crecimiento como para mitigar el aumento de la desigualdad”.

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William F. Maloney, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, precisó que el reto para los países de la región estará en manejar la carga creciente de la deuda pública, producto de la crisis de salud y económica, para generar un margen fiscal suficiente para realizar inversiones que promuevan el crecimiento.

“Racionalizar el gasto del sector público es un paso hacia la construcción de gobiernos más eficientes, receptivos y confiables”, agregó.