Bloomberg Línea — La mina de cobre de Quellaveco, un proyecto desarrollado por Anglo American en sociedad con la Corporación Mitsubishi, está de nuevo en el ojo del huracán, y esta vez por falta de una decisión en firme del Gobierno peruano sobre las licencias de operación.
Recientemente, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) otorgó a la empresa la licencia para el funcionamiento de las instalaciones de Quellaveco y la licencia para su operación comercial de cobre en el Valle de Tambo, ubicado en Arequipa.
Sin embargo, tras protestas recientes en esta zona del país por oposición a que se autorice a la empresa a usar las aguas de los ríos Titire y Vizcachas, el gobierno de Pedro Castillo señaló en los últimos días que revisará si es oportuno mantener o suspender la licencia de uso del agua superficial en el proyecto que fue otorgada por la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
Ante la situación, la empresa señaló que había “preocupación” por esta revisión de la licencia, remarcando que esta fue obtenida de manera legal y que las posiciones del gobierno ponen en duda la “transparencia y rigurosidad técnica” con las que se lograron las autorizaciones, según dijo Anglo American en una declaración revelada por el diario Gestión.
La entrada en operación de la mina de Quellaveco, con una operación en capacidad máxima, llevaría la producción de este metal en el Perú de 2,4 millones de toneladas métricas este año a 2,8 millones de toneladas métricas el otro año, según informes oficiales.
Las diferencias dentro del Gobierno de Castillo
Fue el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) el que señaló que se debía revisar la licencia otorgada por la ANA, pues el uso de 22 millones de metros cúbicos de agua de los ríos Titire y Vizcachas, que son afluentes del río Tambo, es el mismo que irriga los cultivos productores agrícolas del Valle de Tambo en Arequipa.
Tras la determinación, el Midagri dijo en un comunicado que no estaba cediendo ”a la presión pública ni privada de ninguna de las posiciones frente a este proyecto”, sino que estaba cumpliendo como ente rector, en nombre del gobierno, siendo un articulador entre la inversión privada y el “respeto del medio ambiente” junto con la no contaminación de ningún recurso natural que perjudique las actividades agropecuarias en el país.
Este mismo ministerio pidió “tranquilidad a la inversión privada” en el texto oficial, tras los comentarios que se despertaron.
Junto a esta decisión, que sigue en curso, el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, precisó que el gobierno no ha hablado de suspender las licencias o el proyecto.
En su cuenta de Twitter señaló que “en el Perú, la inversión privada está plenamente garantizada, con tal de que cumpla con sus obligaciones contractuales, no afecte el medio ambiente, respete los derechos de los trabajadores y pague sus impuestos”.
El gobierno comunicó que el Tribunal de Resolución de Controversias Hídricas, un órgano autónomo, también evaluará la apelación que los productores agrícolas de El Tambo han presentado a la licencia de uso del agua, con el fin de tomar una decisión informada.
El impacto de la no entrada en operación en 2022
El pasado 7 de octubre, Adrián Armas, gerente central de estudios económicos del Banco Central de Reserva (BCR), dijo en una conferencia que se espera que en el cuarto trimestre de este año se presente un repunte de la producción primaria en el Perú, en especial de la producción minera, lo que convertiría a este período en el de mayor crecimiento del PIB en el año, llegando a un 3,1%, mientras que el tercer trimestre habría presentado un crecimiento de solo el 1,7%.
Al tiempo, señaló que la proyección de crecimiento de la economía este año se mantiene, desde el BCR, en 3%, pero advirtió que “de no darse el proyecto Quellaveco (entrada en operación en 2022) el PIB sería 0,3% menor este año”.
Las cifras de la mina de Quellaveco
La operación minera de más de US$5.000 millones de inversión proyecta cerrar este año con una producción entre 80 mil y 100 mil toneladas de concentrado de cobre; un poco menos que la proyección inicial de 100 mil a 150 mil toneladas, según dijo Diego Ortega, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Anglo American, recientemente a Bloomberg Línea.
De acuerdo al ejecutivo, el recorte de proyección se da por “diferentes retrasos” que estaban previstos por la operación. “Si el próximo año podemos tener una capacidad máxima y los precios nos acompañan, definitivamente creo que podemos tener alrededor de 1% del PIB de impacto en la economía peruana en nuestros primeros años”, añadió.