El último domingo el Ministerio de Energía y Minas (Minem) otorgó a Anglo American la licencia para el funcionamiento de las instalaciones de Quellaveco, así como su operación comercial de cobre. En paralelo, semanas atrás surgieron protestas contra la operación minera en el Valle de Tambo, ubicado en Arequipa, por oposición a que se autorice a la empresa a usar aguas de los ríos Titire y Vizcachas.
Aunque la autoridad administrativa del Agua Caplina en Ocoña ha precisado que el agua para uso agrícola y de la población está asegurada, algunos ciudadanos de la zona han mantenido la desconfianza. Diego Ortega, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Anglo American, precisó a Bloomberg Línea que esperan seguir proveyendo de información a la población de la zona, y aseguró que serán respetuosos de los sistemas y sobre el uso del recurso hídrico.
“Vamos a seguir poniéndonos a disposición del diálogo y los espacios en los que nos convoquen para poder seguir explicando cómo se ha desarrollado este proceso”, explicó Ortega en la convención minera Perumin 35. Recordó que el desarrollo de Quellaveco ha tomado 30 años, y resaltó que los procesos de Anglo American han sido transparentes.
”Estamos seguros que los estudios que hemos hecho han ido más allá de lo que habíamos pedido. Esperamos que haya mucha transparencia e información no solo de nuestra parte sino también de parte de las autoridades competentes. Que podamos tener mucha claridad en el proceso”, detalló Ortega.
Asimismo, remarcó que desde que surgieron las dudas sobre la autorización para el acceso al agua de los ríos Titire y Vizcachas, Quellaveco se puso a disposición de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Ministerio de Energía y Minas (Minem), entre otras autoridades, para informar sobre un proceso que consideran “transparente y correcto”.
PRODUCCIÓN CON QUELLAVECO Y PROYECTOS DE EXPLORACIÓN
De otro lado, la operación minera de más de US$5.000 millones de inversión proyecta cerrar este año con una producción entre 80 mil y 100 mil toneladas de concentrado de cobre; un poco menos que la proyección inicial de 100 mil a 150 mil toneladas, según explicó Ortega.
De acuerdo al ejecutivo, el recorte de proyección se da por “diferentes retrasos” que estaban previstos por la operación. Aún así, apuntó que la producción podría llegar hacia fines de este año a su capacidad máxima de procesamiento (más de 127 mil toneladas por día), o de lo contrario hacia inicios del primer trimestre del 2023.
“Si el próximo año podemos tener una capacidad máxima y los precios nos acompañan, definitivamente creo que podemos tener alrededor de 1% del PBI de impacto en la economía peruana en nuestros primeros años”, dijo el ejecutivo. Agregó que las metas de producción para el próximo año todavía están siendo evaludas.
Además, comentó que próximamente retomarán el foco en las oportunidades de exploración que Anglo American tenía en la mira hacia el norte y sur de Perú, pero indicó que aún están en una etapa temprana.
“El foco ha sido sacar adelante Quellaveco. Han sido 30 años con mucha ilusión. Cuando esto esté estabilizado y el próximo año podamos estar en full producción, (podemos) darle mucha más fuerza a seguir apostando por el Perú con exploraciones”, puntualizó Ortega.
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