Crisis energética de la UE provocada por la guerra creará apagones en países pobres

Para sustituir el gas ruso, Europa está comprando el combustible que antes iba a los países en desarrollo

Para países como Pakistán, la fortaleza del dólar y la creciente competencia de Europa están haciendo casi imposible asegurar la energía.
Por Stephen Stapczynski, Anna Shiryaevskaya y Faseeh Mangi
09 de noviembre, 2022 | 04:28 AM

Bloomberg — El recibo será alto, pero Europa sobrevivirá al invierno: Compró suficiente petróleo y gas para pasar las temporadas de calefacción.

Sin embargo, los países más pobres del mundo, que se han quedado fuera del mercado del gas natural por la repentina y voraz demanda de Europa, tendrán que soportar costos mucho más elevados. Esta situación ha dejado a los países con mercados emergentes incapaces de satisfacer las necesidades de hoy o de mañana, y las consecuencias más probables, cierres de fábricas, escasez de energía más frecuente y duradera, fomento del malestar social, podrían prolongarse hasta la próxima década.

“La preocupación por la seguridad energética en Europa está impulsando la pobreza energética en el mundo emergente”, afirma Saul Kavonic, analista de energía de Credit Suisse Group AG (CS). “Europa está succionando gas de otros países a cualquier precio”.

Después de un verano de apagones continuos y agitación política, el clima más fresco y las fuertes lluvias han aliviado la crisis energética inmediata en Pakistán, India, Bangladesh y Filipinas. Pero cualquier alivio promete ser temporal. Se avecinan temperaturas más frías (partes del sur de Asia pueden ser más implacables que Londres) y las posibilidades de asegurar suministros a largo plazo son escasas. La fortaleza del dólar estadounidense solo ha complicado la situación, obligando a las naciones a elegir entre comprar combustible o pagar deuda. Dadas las circunstancias, los proveedores mundiales de combustible desconfían cada vez más de vender a países que podrían estar en vías de default.

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El centro del problema es la respuesta de Europa a la escasez de suministros de combustible y la guerra en Ucrania. Aislados del gas ruso, los países europeos han recurrido al mercado spot, donde la energía que no está comprometida con los compradores está disponible para entrega con poca antelación. Con los precios cada vez más altos, algunos proveedores del sur de Asia simplemente cancelaron las entregas programadas a largo plazo en favor de mejores rendimientos en otros lugares, dicen operadores.

“Los proveedores no necesitan enfocarse en asegurar su GNL a mercados de baja asequibilidad”, dijo Raghav Mathur, analista de Wood Mackenzie Ltd. Los precios más altos que pueden obtener en el mercado spot compensan con creces las sanciones que podrían pagar por eludir los envíos planificados. Y es probable que esa dinámica se mantenga durante años, dice Mathur.

Los daños causados por el calentamiento global, como las devastadoras inundaciones en Pakistán, también generan estragos económicos en las naciones emergentes, lo que llevó a los líderes en las conversaciones climáticas de la ONU en Egipto este mes a discutir cómo los países más ricos pueden ayudar a brindar más apoyo.

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Al mismo tiempo, Europa acelera la construcción de terminales flotantes de importación para traer más combustible en el futuro. Alemania, Italia y Finlandia han asegurado las plantas. Holanda comenzó a importar GNL de nuevas terminales flotantes en septiembre. Se espera que la demanda europea de gas natural aumente casi un 60% hasta 2026, según BloombergNEF.

Los exportadores de Catar y Estados Unidos ahora están considerando ofertas de importadores europeos que buscan comprar combustible para llenar la nueva capacidad. Por primera vez, las naciones emergentes como Pakistán, Bangladesh y Tailandia se ven obligadas a competir por precios con Alemania y otras economías que las superan en tamaño.

“Estamos tomando prestados los suministros de energía de otras personas”, dijo el CEO de Vitol Group, Russell Hardy. “No es una gran cosa”.

Sin el gas ruso fluyendo hacia Europa, los mercados globales de gas permanecerán ajustados. Los precios al contado continuarán elevados, y sin la capacidad de asegurar suministros a largo plazo, los países en desarrollo pueden buscar combustibles más sucios u otros socios.

El impulso detrás del crecimiento del gas natural en las economías en desarrollo se ha ralentizado, especialmente en el sur y el sudeste de Asia, lo que hace mella en las credenciales del gas como combustible de transición, dijo la Agencia Internacional de Energía en su World Energy Outlook 2022. El gas natural es el combustible fósil de combustión más limpia y emite menos CO2 que el carbón cuando se quema.

La escasez de energía ya ha acercado al mundo emergente y a Rusia. Rusia ha estado más que feliz de ofrecer combustible a Pakistán, India y otros países que han sido excluidos del mercado spot.

Si bien las importaciones de GNL de China han disminuido en general en parte debido a los altos precios spot, la nación ha aumentado las compras de GNL ruso con un gran descuento. Las entregas de Rusia a China aumentaron un 25% en lo que va del año, de acuerdo a datos de seguimiento de barcos recopilados por Bloomberg.

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El mercado tardará hasta cuatro años en equilibrarse, dijo Mathur de WoodMac. Hasta entonces, los precios volátiles serán la norma y, dijo, “el GNL pertenecerá primero a los ‘desarrollados’, y las sobras a los ‘en desarrollo’”.

Los países sudamericanos, como Brasil y Argentina, pueden estar un poco más protegidos, dadas las inversiones en energía hidroeléctrica. Aun así, la cuenta de importación de Brasil se duplicó con creces durante los primeros siete meses de este año a US$3.700 millones, como resultado del aumento de los precios en el extranjero y los retrasos en un proyecto de oleoducto nacional. Si la temporada de lluvias se retrasa este año, es posible que Brasil necesite ganar tiempo con aun más importaciones de GNL.

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