El reto de Panamá: mantener categoría de carbono negativo

Los suelos representan la segunda mayor reserva de carbono en la tierra y desempeñan un importante papel en el cambio climático mundial

La promesa de Panamá será permanecer carbono negativo al 2050 y conservar su 68% de cobertura boscosa, de la cual el 33% son áreas protegidas.
09 de marzo, 2023 | 08:21 AM

Ciudad de Panamá — Junto a Bután y Surinam, Panamá es uno de los tres países carbono negativo del mundo, lo que significa que una actividad, proyecto persona o país elimina más dióxido de carbono (Co2) del que emite.

Esto, de acuerdo al Ministerio de Ambiente, conlleva a que las emisiones liberadas no llegan a la atmósfera, pues son secuestradas por los árboles, rastrojos, pastos marinos y manglares.

Después de los océanos, los suelos representan la segunda mayor reserva de carbono en la tierra y desempeñan un importante papel en el cambio climático mundial, debido a la gran cantidad de carbono que actualmente almacenan en su materia orgánica, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

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En Panamá, las 4,925,789 hectáreas de bosques son grandes espacios forestales captadores de Co2, mientras que sus 165,000 hectáreas de manglar colocan al país como la nación con mayor variedad de especies de mangle entre todos los países del continente americano.

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“El compromiso de Panamá con la vida en el planeta es real, inequívoco y contundente, y lo demuestran las decisiones que hemos tomado como país. Estamos, junto a Bután y Surinam, en el grupo de los tres únicos países declarados carbono negativo en el mundo. Durante nuestra administración, hemos asumido los compromisos de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, dijo en su oportunidad el presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen.

Los suelos, de acuerdo con la FAO, pueden actuar como fuentes y como sumideros de carbono y muchos pastizales, que contienen aproximadamente el 20% del carbono del suelo del mundo, pero han sufrido pérdidas debido a actividades humanas como el pastoreo de ganado intensivo, actividades agrícolas y otras actividades del uso de la tierra.

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El organismo internacional señala que la mayoría de los pastizales del mundo tienen un balance de carbono positivo, lo que significa que se trata de tierras estables y con un mantenimiento adecuado. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un balance de carbono negativo en Asia oriental, América central y del Sur y África al sur del ecuador, “lo que significa que probablemente estas reservas disminuyan debido a tensiones antropogénicas unidas a las condiciones climáticas”.

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“Esta tendencia podría revertirse mediante la estimulación del crecimiento de las plantas, la captura de carbono en el suelo y la protección del carbono en suelos altamente orgánicos, tales como los pastizales seminaturales (no gestionados por el ser humano). En la gestión del ganado, esto podría también suponer la aplicación de medidas de pastoreo rotativas, planificadas o de adaptación para los animales”, sostiene.

En naciones como Panamá uno de los grandes retos para mantener el carbono negativo es la falta de incentivos para que los agricultores mejoren las prácticas de gestión y la dificultad actual que supone gestionar con precisión las reservas y cambios de carbono en el suelo.

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En este sentido, organizaciones ecologistas cuestionan que a pesar de que el país es carbono negativo, las políticas públicas promueven la minería metálica en áreas boscosas, se renovó el contrato minero en Colón en 12 mil hectáreas de bosque protegido y el país carece de presupuesto para una efectiva supervisión y manejo de sus áreas protegidas.

Recientemente la nación canalera fue sede de la VIII Conferencia Our Ocean 2023, evento reunió a representantes gubernamentales, sector privado, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, académicos y científicos, quienes consensuarán acciones encaminadas a garantizar una gestión responsable de los recursos mar y del ambiente.