Buenos Aires — Elegir acciones argentinas con el fin de obtener dividendos no es sencillo, dado que ya que en el mercado local no existe un calendario preestablecido de dividendos de acciones, sino que se trata de anuncios que se van dando de manera puntual. Por citar algunos casos, en las últimas semanas algunas compañías como Transportadora de Gas del Norte (TGNO4) y Ecogas (ECOG) comunicaron distribuciones de dividendos, pero se trata de decisiones ad hoc y no de un esquema regular o calendarizado.
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En ese contexto, Bloomberg Línea le consultó a expertos de diversos brokers en qué sectores o empresas se puede llegar a observar repartos de dividendos en 2026, para quienes busquen inversiones que puedan tener ese aliciente.
Con la mira en utilities y mercados
El escenario actual para las acciones argentinas no solo abre la puerta a nuevas subas de precios, impulsadas por una mejora en las performances operativas y una eventual compresión del riesgo país, sino que también vuelve a poner en el radar a varios papeles con potencial de pago de dividendos, según explica José Ignacio Thome, analista senior de equity de Grupo SBS.
De acuerdo con el especialista, uno de los sectores que aparece mejor posicionado es el de utilities, que logró recomponer ingresos tras la normalización tarifaria y llega a esta etapa con balances financieramente sólidos. Esa combinación, señala, habilita un esquema de distribución de dividendos que podría mantenerse estable durante los próximos años.
Además, remarca que muchas de estas compañías todavía no cotizan a múltiplos exigentes frente a sus comparables regionales, lo que se traduce en dividend yields atractivos de cara a 2026, en varios casos de dos dígitos.
Dentro de ese universo, Thome destaca a Transportadora de Gas del Norte (TGN). La compañía distribuyó esta semana un dividendo cercano a los ARS$160 por acción como adelanto del ejercicio 2025, pero desde SBS estiman que el rendimiento total por dividendos podría superar el 12% una vez finalizado el proceso de pagos, previsto hacia el segundo trimestre de 2026.
En la misma línea, el analista ve con buenos ojos a las distribuidoras de gas, como Ecogas (ECOG), Camuzzi Gas Pampeana (CGPA) y Metrogas (GBAN), que en las últimas semanas adelantaron dividendos correspondientes al ejercicio 2025 y podrían cerrar con rendimientos en un rango de 11% a 14%.
Más allá de las utilities, Thome identifica otro segmento con potencial para una distribución sostenida de dividendos en el corto y mediano plazo: el de mercados financieros, donde ubica a BYMA y A3.
Según explica, ambas compañías se ven favorecidas por el proceso de desregulación y por un entorno más promercado, que facilita la expansión de sus negocios. En particular, destaca el caso de BYMA, que exhibe una generación de caja sostenida y en crecimiento hacia 2026. Ese perfil no solo la posiciona como una acción con potencial de crecimiento, sino también como un papel con un dividend yield estimado en torno al 8%–10%, de acuerdo con las proyecciones del bróker.
La excepción y no la regla
A diferencia de lo que ocurre en los mercados desarrollados, donde la distribución de ganancias forma parte de una cultura corporativa profundamente arraigada, el pago de dividendos en la Argentina sigue siendo una excepción más que la regla. Así lo señala el equipo de Criteria, que toma como referencia por oposición el caso de los llamados dividend aristocrats: compañías globales que han incrementado sus dividendos de manera ininterrumpida durante décadas, apoyadas en flujos de caja previsibles y en un marco macroeconómico estable que permite planificar a muy largo plazo.
Según explican desde el broker, ese modelo difícilmente pueda trasladarse de forma directa a mercados caracterizados por una volatilidad estructural, como el argentino. Mientras las empresas internacionales operan en un entorno de estabilidad, las locales suelen hacerlo bajo una lógica de supervivencia, en la que la falta de previsibilidad macroeconómica complica la planificación de flujos de fondos destinados a la distribución de utilidades. En ese sentido, remarcan que la estabilidad macro es la condición indispensable para que el mercado local pueda desarrollar, en el tiempo, una cultura de dividendos comparable a la de los países desarrollados.
A nivel local, si bien el mercado argentino no se caracteriza por políticas sostenidas de distribución, el equipo de Criteria identifica excepciones que exhiben una marcada resiliencia. Entre las más destacadas mencionan a ByMA y Banco de Valores (VALO), compañías que, por las particularidades de sus modelos de negocio, lograron mostrar altas tasas de distribución de manera recurrente.
Dentro del sector industrial, destacan a Ternium (TXAR) y Aluar (ALUA), que se benefician de su perfil exportador y de una generación de caja más estable.
Mirando hacia adelante, Criteria sostiene que, en la medida en que se consolide un escenario de mayor estabilidad macroeconómica, sectores como el de utilities —en particular las transportadoras y distribuidoras de gas y electricidad— tienden a normalizar sus pagos de dividendos, especialmente en contextos de estabilidad tarifaria.
Algo similar proyectan para el sector bancario, donde entidades como Galicia (GGAL) y Banco Macro (BMA) podrían afianzar un flujo más estable de dividendos para sus accionistas si el proceso de normalización económica se sostiene.
En síntesis, desde Criteria concluyen que, mientras los mercados desarrollados ofrecen la previsibilidad de los dividend aristocrats, el mercado argentino sigue premiando al inversor que logra identificar casos puntuales que, gracias a su solidez operativa y compromiso con el accionista, consiguen convertir la resiliencia en una renta tangible.
La importancia de los cuadros tarifarios
Según Ezequiel Fernández, director de research corporativo de Balanz Capital, dentro del universo de acciones con perfil de dividendos se destacan varias compañías reguladas, entre ellas Central Puerto, Transener y Transportadora de Gas del Norte (TGN).
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En ese segmento, según Fernández, los dividend yield podrían ubicarse por encima del 10%, especialmente en las empresas de redes de energía, siempre que se respeten los cuadros tarifarios vigentes y no haya grandes proyectos de inversión que requieran financiamiento adicional.













