Dal Poggetto: “Devaluar sin programa económico solo asegura inflación más alta”

Para Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go, Sergio Massa dilapidó la oportunidad de estabilizar la economía en 2022. Además, se refirió a la aceleración de la inflación, la falta de dólares y la herencia económica para el próximo Gobierno

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Buenos Aires — Entender e interpretar la situación económica que atraviesa Argentina no resulta nada sencillo. No solo por el hecho de que desde hace años convivan no menos de 12 cotizaciones diferentes para el dólar o porque la inflación lleve meses corriendo por encima del 100% anual a pesar de que la tasa de interés sea de las más altas del mundo. También por el sinnúmero de distorsiones y regulaciones que se han acumulado para sostener este delicado presente de escases de dólares y sobrante de pesos.

Pero aun con todas sus complejidades, la economía será uno de los ejes centrales del debate previo a las elecciones 2023. Ante ese panorama, Bloomberg Línea lanzó un nuevo ciclo llamado “Economía en Línea”, en el que algunos de los economistas más destacados del país analizarán el panorama económico actual y la herencia que dejará el Gobierno al presidente que asuma el próximo 10 de diciembre.

En esta primera edición, Marina Dal Poggeto, directora ejecutiva de Eco Go, explica por qué cree que Sergio Massa “dilapidó” la oportunidad de estabilizar la economía en agosto de 2022. También se refirió al actual contexto de escases de dólares y aceleración inflacionaria, a las claves de la negociación con el FMI y a por qué los acuerdos políticos serán clave para que el programa económico del próximo Gobierno funcione. “La consistencia fiscal sin gobernabilidad te lleva a niveles desconocidos”, alertó.

La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

Hace unos meses desde Eco Go plantearon que Massa había tenido que ir sacando “conejos de la galera” para sortear urgencias, aun a costa de generar otras distorsiones. ¿Esas vías alternativas empiezan a agotarse?

Creo que cuando Massa llega tenía una oportunidad para intentar empezar un programa de estabilización. Tenía acuerdo político dentro de la coalición de gobierno y no estaba fragmentada la elección. Había un oficialismo y una oposición. Massa dilapida su oportunidad por distintos motivos, decide no corregir los precios relativos de arranque y seguir de largo con este esquema de inflación alta, precios relativos muy distorsionados y brecha cambiaria alta.

¿Cómo es este esquema?

Su esquema de manejo de la política económica se basa fundamentalmente en administrar el acceso a este tipo de cambio oficial barato. Por un lado, les da a los exportadores un dólar diferencial, el dólar soja uno, que le liquidaron US$8.000 millones, de los cuales no quedó ninguno en el Banco Central. Y por el otro, negoció el acceso al mercado cambiario contra acuerdos de precios de las principales empresas de la Argentina, donde las empresas se comprometían a un sendero de precios más bajo contra la seguridad de que iban a conseguir dólares baratos.

Ese esquema funcionó parcialmente en noviembre-diciembre, la inflación cuando Massa llegó estaba en 7,4% mensual y fue al 5% mensual en noviembre-diciembre. Pero ese esquema derrapa cuando la visualización de que no había dólares y los números de la sequía se tornaron peores de los que se esperaban originalmente, y los precios internacionales para Argentina cayeron, en parte por la sobreoferta de Brasil de soja, y eso le generó una escasez (de dólares) que hizo que este intento de negociación, sector por sector, empresa por empresa, empezara a hacer agua. Básicamente no podía cumplir los acuerdos y se resquebrajaron.

Por estos días, la prioridad dentro del equipo económico pareciera ser conseguir dólares para las reservas, relegando un poco la batalla contra la inflación. ¿Lo ves así? ¿Una inflación arriba del 100% es más tolerable que una devaluación a ojos del Gobierno?

El problema es que está todo tan desanclado en Argentina que si hoy devaluás sin un programa económico, lo único que te asegura esa devaluación es que la tasa de inflación del mes siguiente es más alta y sigue todo igual. Una vez que dilapidaste la oportunidad en agosto, hoy tenés que tratar de seguir de largo.

La dinámica de la inflación desde enero hasta hoy viene subiendo a razón de un punto por mes: 6% en enero, 6,6% en febrero, 7,7% en marzo, 8,4% en abril, y a nosotros nos da 9-2 en mayo. Cuando analizás esas variables, el mes pasado estaba yendo al 163% analizado y este mes, si se confirma el 9%, vas a ir al 180% analizado. La inflación está entrando en niveles no manejables, y el principal problema es que los dólares que necesitas para financiar las importaciones, que son las que te anclan los acuerdos, son los mismos dólares que han estado usando para intervenir en la brecha. Y tus reservas hoy son negativas.

¿Qué pasa si el FMI no adelanta desembolsos antes del 21 de junio, fecha en la que Argentina tiene que pagar casi US$2.700 millones?

Los desembolsos son trimestrales, en junio, septiembre y diciembre. La suma de esos desembolsos da unos US$10.800 millones y Argentina tiene que hacer pagos todos los meses. Se suponía que estaban calzados, con los pagos siendo un poco más altos. Desde que empezó el año y hasta hoy, le pagaron al FMI unos US$4.000 millones y en términos netos faltaría pagarle US$700 millones. No debería ser un número preocupante, pero lo es dada la dinámica argentina.

Ahora, en junio, dos días antes del cierre de listas, tenés que pagarle al Fondo US$2.600 millones, y el desembolso del FMI de casi US$4.000 millones lo tenés recién después del cierre de la revisión de marzo. Mi sensación es que el Fondo está intentando hacer equilibrio, no quiere ser el culpable de la caída argentina y no quiere que el país entre en atrasos. Por eso creo que, a esta revisión de marzo, en el marco de la sequía, el Fondo le va a encontrar la vuelta, como se la encontró con la revisión de diciembre y de septiembre. Entonces, mi sensación es que el desembolso de junio va a estar, y ya pasó en marzo que el pago se postergó para después del desembolso.

¿Y la posibilidad de que haya fondos de libre disponibilidad para intervenir en la brecha?

El fondo no te va a dar dólares para intervenir en la brecha. No se los dio a Macri, más allá que después lo autorizó a vender US$60 millones por día y terminaron generando un efecto boomerang, y no se los dio a Massa. Cuando Massa anuncia la recompra de deuda, que en alguna medida era un esquema de intervención, el Fondo le avisa ‘cuida los dólares’. Pero después de que usó US$500 millones Massa dejó de recomprar, y después se anunció que iba a usar bonos para intervenir, se anunció todo un mecanismo para que el Tesoro se haga de los bonos de los organismos, fundamentalmente de la ANSeS, empezó a intervenir con bonos, reventó las paridades y eso tuvo patas cortas, cuando se escapó la brecha después de la inflación de marzo. Ahí salió a intervenir de nuevo con reservas.

Mi sensación es que el Fondo mira de costado. No te va a dar dólares para intervenir, pero convengamos que los dólares son fungibles. Pero de nuevo, el problema que tenés es la propia escasez de dólares. El Fondo si te adelantara, te adelantaría para tratar de estabilizar, pero hay condiciones.

¿Cuáles serían?

Una es que frenes más el acceso al mercado cambiario de los importadores. Massa lo baja a la zona de US$4.400 millones de importaciones netas por mes, desde la zona de 6.200 millones de dólares por mes. En diciembre, enero, febrero, marzo y abril vuelve a pegar un salto. Ahora cuando vos proyectas la oferta de dólares y tratas de armar el mercado cambiario, para los meses que quedan y la escasez de dólares que tenés, deberías llevar las importaciones a US$3.500 millones por mes. Eso es muy recesivo y el gobierno va a intentar no hacerlo.

Pero además es inflacionario porque, ¿cuál es el costo de reposición donde fijas los precios? En base a ese juego, hay un tira y afloje. No va a haber dólares para intervenir, pero probablemente intervengan. Hoy estamos discutiendo cómo llegamos a junio, después cómo llegamos a agosto, y así. Hoy Massa es ancla, pero el mismo Massa como ancla está discutiendo su potencial candidatura o no.

¿Con qué herencia económica se encontrará quien llegue a la Casa Rosada el 10 de diciembre?

Los síntomas son la inflación, que hoy corre al 160% anualizado pero si se confirma el 9% de mayo estará corriendo al 180% anualizado y es probable que esté corriendo un ritmo más alto cuando llegues a fin de año. El segundo síntoma es la distorsión de precios relativos. Argentina tiene precios de los bienes que son ridículamente caros, como un auto, un neumático, la ropa, las zapatillas, y tiene precios de tarifas ridículamente baratos, como el boleto de colectivo que vale 10 centavos de dólar.

Esta distorsión de precios relativos es la misma que tenía Macri cuando llegó en 2015, pero en ese momento tenías el salario adelantado, hoy el salario perdió en los sectores formales más de un 20% y la pérdida es superior al 40% entre los informales. Algo parecido te pasa con la jubilación. Entonces, hoy tenés una pérdida muy fuerte en los ingresos con una distorsión de precios igual de violenta que la que tenés en 2015.

El tercer factor es la brecha cambiaria. Hoy está en la zona del 100%, pero en un contexto en el que la cascotean tratando de mantenerla con dólares que no tenés. La brecha es la principal distorsión que tiene la economía en términos de funcionamiento. Hoy un exportador recibe la mitad del precio y un importador paga la mitad de lo que vale. Así no funciona, así se sobrefacturan importaciones y se subfacturan exportaciones.

Otro de los temas que suelen preocupar al hablar de herencia económica es el balance del Banco Central.

Hoy tenés un Banco Central al que le faltan reservas y le sobran pesos. En 2015 te faltaba la misma cantidad de reservas que hoy, pero la diferencia es que en 2015 tenías un riesgo país en la zona de 1.000 puntos básicos -hoy es 2.600 puntos básicos- y tenías la capacidad de usar el crédito para recapitalizar el Banco Central. Hoy esa capacidad no está.

Del otro lado, tenés un sobrante de pesos, no muy distinto al de 2015, aunque sí un poco mayor, tenés más deuda en pesos del Tesoro, pero menos contratos de futuros vendidos. Ahora, el problema que vos tenés es que en 2015, dos terceras partes de los pesos eran pesos gratis y hoy son pesos remunerados. Hoy tu principal factor de expansión de pesos en la economía no es ni el déficit fiscal, ni los desdoblamientos cambiarios, ni la compra de bonos por parte del Banco Central. Tu principal factor de expansión de pesos es el cuasi fiscal, con más de 14 billones de pesos de pasivos remunerando a una tasa de interés del 8% mensual, por lo que estás emitiendo 1,2 billones de pesos por mes.

¿Qué pilares no deberían faltar dentro de un plan de estabilización?

Tenemos que corregir en simultáneo la distorsión de precios relativos, el déficit fiscal, el déficit cuasi fiscal. Tenés que dar una certeza respecto abrir el mercado de crédito, porque si no abrís el mercado de crédito no hay forma de que puedas desarmar el cepo. Tenés que enmarcar todo en un acuerdo con el Fondo y obviamente hacer esto requiere un manejo de la política y de la gobernabilidad que implica algún grado de acuerdo con el Congreso, con la Corte y fundamentalmente con los sindicatos, movimientos sociales y empresas.

Es un problema que requiere siempre horizonte y gobernabilidad. Y el horizonte de los gobiernos en Argentina son cuatro años, con elecciones de medio término a los dos años. Y la gobernabilidad, para este esquema de discusión en el que siempre las culpas son del gobierno anterior que dejó una herencia inmanejable y no te dejó gobernar hasta el final… Bueno, la verdad es que venimos rompiendo contratos sistemáticamente.

¿En qué sentido?

Argentina es un país que pasa de la represión financiera a la libertad económica. Cada vez que pasas de un esquema al otro, rompes contratos. Si no alargas el horizonte de las decisiones es muy difícil que puedas tener un programa económico que funcione. Eso requiere caudal político que, en esta discusión que estamos viendo, donde la polarización de dos se rompe con un tercer jugador que viene con propuestas fantásticas en términos de un ajuste indoloro que te lo va a pagar la casta o una dolarización mágica que te va a permitir cobrar sin ningún costo, o que te propone un plan motosierra, que te dice ´voy a bajar 12 puntos el gasto a PIB, 4 puntos de obra pública, 4 puntos de transferencias a provincias, 4 puntos de subsidios´ y cuando vos mirás en el presupuesto la obra pública es 1,2%, las transferencias a provincias discrecionales son 1,6% y los subsidios son 2,7%. Si sumas todos, te das menos de 6 puntos.

Entonces lo que digo es, estás metido en un berenjenal de discusión política donde lo que se discute no son las plataformas de campaña, sino las estrategias de campaña. Y cada vez que pasa el tiempo, los costos de salida son cada vez más altos, y así venimos de 2018 hasta hoy.

¿Ese programa de estabilización que se implemente deberá ser de tipo shock o gradual?

Una vez que la inflación corre al 8% o al 9% mensual, o al ritmo que termine corriendo a fin de año, margen para cambiar los precios relativos en forma gradual no tenés. Si querés corregir las tarifas o al dólar en forma gradual eso te condena una tasa de inflación cada vez más alta.

Pero ese programa de estabilización tenés que enmarcarlo en un acuerdo con el Fondo, y tenés que sobrevivir políticamente a esto, con lo cual debe tener consistencia fiscal pero también gobernabilidad. La consistencia fiscal sin gobernabilidad, te lleva a niveles desconocidos, son dos agendas contrapuestas. Y el que venga va a necesitar caudal político, que a su vez requiere acuerdos.

¿Se puede lograr ese acuerdo?

Argentina tuvo dos momentos de acuerdos políticos, en dos crisis terminales, en el 89 y en el 2001. En el 89, después de la hiperinflación Alfonsín había adelantado la elección a mayo, Menem había ganado y asumía recién en diciembre, hubo un acuerdo político de transición, Menem no quería asumir antes y era inmanejable que Alfonsín se mantenga en el gobierno en medio de una híper, porque no tenía el Congreso. Entonces, hubo un acuerdo político para pasar por el Congreso dos leyes, la de reforma del Estado y la de emergencia económica, que fueron las bases de lo que después fue la convertibilidad.

En 2001 también tuviste un acuerdo político después de la salida abrupta de la convertibilidad. Y el acuerdo político ahí estuvo entre Alfonsín y Duhalde, no para las reformas estructurales sino para la estabilidad económica. Pero ahora la pregunta es, ¿cómo armar los acuerdos políticos en la situación actual? ¿Quiénes son los interlocutores de los acuerdos políticos? Y esas respuestas no las tenemos hoy en mitad de una campaña con el nivel de discusión que estás teniendo.