Bloomberg Línea — La deuda uruguaya fue ratificada con una calificación BBB estable por parte de la calificadora de riesgo Fitch Ratings.
No obstante, Fitch advirtió en el reporte que “la calificación está limitada por las débiles perspectivas de crecimiento económico en el mediano plazo" y una carga de deuda pública por encima de la mediana de “BBB”.
Además, es sensible a los movimientos del tipo de cambio, un largo historial de alta inflación (aunque en mejora) y una flexibilidad de política restringida por la dolarización, la indexación y la baja profundidad financiera.
Las calificaciones ‘BBB’ implican grado de inversión e indican que, en la actualidad, las expectativas de riesgo de incumplimiento son bajas.
Asimismo, la capacidad de pago de los compromisos financieros se considera adecuada, aunque hay probabilidades que condiciones adversas de negocios o económicas deterioren dicha capacidad.
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Crecimiento moderado
Fitch Ratings señaló que la economía uruguaya mostró un repunte de 3,1% en 2024, luego de la fuerte sequía de 2023, pero anticipa que el crecimiento se moderará a 2,4% en 2025.
El organismo destacó que el impulso del primer trimestre, con un alza de 3,4%, estuvo influido por la reapertura de la refinería de petróleo, un efecto que tendería a diluirse hacia fin de año.
De acuerdo con la agencia, la agenda de reformas del gobierno apunta a mejorar la productividad y destrabar regulaciones, aunque la inversión continúa rezagada frente a otros países de igual calificación, al representar 15,6% del PIB frente al 22,4% del promedio “BBB”.
A esto se suma el desafío de una demografía poco favorable en el mediano plazo.
Inflación en baja

La calificadora también subrayó que Uruguay está logrando mejoras en la reducción estructural de la inflación y en la credibilidad de la política monetaria.
El índice de precios al consumidor marcó 4,2% en agosto, dentro del rango de tolerancia oficial, y las expectativas a 24 meses bajaron a 4,9%, su mínimo histórico.
Fitch remarcó que el Banco Central del Uruguay ha mantenido la estrategia de desinflación y, tras un ciclo de alzas a comienzos de 2025, retomó la baja de tasas en julio y agosto, aunque los niveles reales siguen por encima de la neutralidad.
Según la agencia, sostener la inflación en niveles bajos permitirá contener la indexación salarial, reducir la dolarización y fortalecer la transmisión de la política monetaria.
Déficit
En materia fiscal, Fitch observó que el déficit del Gobierno central y la seguridad social se mantuvo en 3,3% del PIB en 2024, aunque trepa a casi 4% si se excluyen ingresos extraordinarios como dividendos y adelantos tributarios.
El nuevo gobierno ajustó al alza la meta de déficit para 2025 a 4,1% del PIB desde 3,0%, en línea con un deterioro estructural de las cuentas públicas.
Pese a que los ingresos han crecido por encima del PIB nominal, los gastos aumentaron de manera considerable, presionados por factores estructurales y por pagos diferidos.
Evolución de la deuda
En cuanto a la deuda pública, la calificadora advirtió que alcanzó 67% del PIB en 2024, superando el nivel máximo registrado durante la pandemia y por encima del 63,1% de 2023, con una proyección de llegar al 69% en 2027.
Este incremento responde tanto a mayores déficits como a la indexación de buena parte de los pasivos en moneda local.
Fitch destacó que el gobierno introdujo un nuevo ancla de deuda neta de 65% y mantiene un límite legal al financiamiento, aunque eliminó el tope de gasto.
También subrayó que la proporción de deuda en moneda extranjera se redujo a 44% en 2024 desde 51% en 2020, gracias a la emisión de instrumentos en pesos y al uso de líneas con organismos multilaterales.









