Bloomberg Línea — El presidente Gustavo Petro expedirá vía decreto el aumento del salario mínimo para 2026. Tiene hasta el 30 de diciembre para hacer el trámite y debido a que en la mesa tripartida de negociación no se llegó a un acuerdo.
Será la tercera vez durante la administración actual que el porcentaje de incremento se fija vía normativa. El debate central está en si la cifra de aumento debe ser de un dígito, como quieren los empresarios, o de dos dígitos, como argumentan los sindicatos.
“Un aumento de dos dígitos en el salario mínimo generaría más pérdida de empleos, informalidad e inflación. El desconocimiento de la evidencia económica conduce inevitablemente a este resultado", dijo al respecto Jaime Cabal, presidente de Fenalco (Federación Nacional de Comerciantes).
Sin embargo, para Fabio Arias, presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), hay dos razones por las cuales el aumento del mínimo debería ser de 16%: “la primera está en los altísimos niveles de desigualdad que hay en Colombia. Colombia tiene el vergonzoso y deshonroso tercer lugar en el ranking mundial de la desigualdad".
Y la segunda obedece a la gran brecha que hay, según el estudio de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), entre el salario mínimo que hoy reciben los trabajadores colombianos y el salario mínimo vital, es decir, aquel que corresponde a la obtención de la canasta básica familiar de un trabajador.
“Este incremento pedido por los trabajadores de 16% es la mejor respuesta a esas propuestas chichipatas que siempre han hecho los empresarios”, enfatizó.
La discusión por el aumento del salario mínimo en Colombia arrancó con el pie izquierdo por cuenta del anuncio que hizo el ministro del Interior, Armando Benedetti, sobre que “este año el salario mínimo puede terminar en COP$1.800.000″. Lo que fue bien recibido por los sindicatos, pero una pésima señal para el sector privado, causando que dirigentes gremiales como Cabal se levantaran de la mesa tripartita de negociación.
Ver más: Expectativas de CEOs colombianos para 2026: rentabilidad, contrataciones y macroeconomía
“Con el anuncio unilateral del aumento desmedido del salario mínimo,desconociendo el efecto inflacionario de la medida, que fue evidente en la Argentina de Kirshner y en la Venezuela de Chávez y Maduro, el Gobierno también anunció su ánimo de imponer y no concertar”, aseguró el presidente de Fenalco.
A lo que añadió que no hay concertación cuando el gobierno toma decisiones unilaterales que luego pretende maquillar tras la aparente legitimidad de reuniones en las que solo se admite su voluntad.
Diferentes académicos, bancos y centros de pensamiento han advertido las consecuencias que tendría un aumento excesivo del salario mínimo. Fedesarrollo, por ejemplo, ha indicado que un aumento de entre 6% y 7% mantendría el poder adquisitivo y sería coherente con la situación económica de Colombia.









