Bloomberg Línea — La renta variable europea ha estado por años a la sombra de sus pares estadounidenses. Sin embargo, las principales casas de análisis de Wall Street coinciden en que 2026 podría marcar un punto de inflexión. Varios factores se alinean: estímulo fiscal, expectativas de recorte de tasas, mejora en el ciclo económico y una revalorización aún incompleta frente a otras regiones.
Ver más: ¿En qué invertir en América Latina en 2026? Bank of America revela sus acciones preferidas
Tras un desempeño desigual en 2025, marcado por la persistente debilidad de las utilidades y la incertidumbre política en países como Francia, el consenso en el mercado empieza a inclinarse por un panorama más constructivo. El crecimiento de las ganancias, las valoraciones aún contenidas y los flujos internacionales podrían dar respaldo a los activos europeos.
“Prevemos un mayor potencial alcista para la renta variable de la eurozona, respaldado por una mejora en las perspectivas cíclicas, un contexto estructural más favorable y valoraciones razonables”, sostuvieron Matthew Gilman, estratega, y Rolf Ganter, director de Renta Variable Europea de UBS Global Wealth Management. “Esperamos que los beneficios sean el principal impulsor de la rentabilidad de la renta variable y prevemos que estos se aceleren”.
UBS, JPMorgan (JPM) y Citi (C) proyectan escenarios con alzas potenciales de entre 10% y 15% en los principales índices bursátiles de la región. Aun así, la mirada sigue siendo matizada. No se trata de un rally indiscriminado, sino de una recuperación basada en fundamentos y rotaciones sectoriales específicas.
Mejora del ciclo
Para UBS, el punto de partida son las señales de mejora tras tres años de estancamiento en los beneficios corporativos. La firma proyecta un crecimiento de utilidades sustentado en una recuperación de la confianza tanto del consumidor como del sector empresarial, mayor claridad en el comercio internacional y políticas monetarias y fiscales globales que siguen siendo favorables.
Además, el análisis destaca que la perspectiva estructural de Europa es más sólida que en cualquier otro momento de los últimos 15 años. “Después de tres años de utilidades estancadas, creemos que la perspectiva cíclica está mejorando y esperamos que el crecimiento de beneficios se acelere a 7% en 2026 y 18% en 2027”, afirman Gilman y Ganter, de UBS.
En esa línea, Citi introdujo su proyección para el Stoxx 600 para el próximo año, con un alza desde los niveles actuales. “Presentamos nuestro objetivo para fines de 2026 del Stoxx 600 de 640, lo que implica un alza de aproximadamente 11% desde los niveles actuales”, señaló el equipo de investigación del banco estadounidense.
→ Suscríbete al newsletter Línea de Mercado, una selección de Bloomberg Línea con las noticias bursátiles más destacadas del día.
Citi destaca que los estimados de BPA para 2026 se están estabilizando, con revisiones al alza en sectores clave. “La mejor forma de aprovechar el punto de inflexión del BPA podría ser mediante nombres con exposición internacional. El grupo ha tenido un rendimiento inferior frente a los valores orientados al mercado interno en medio de tendencias divergentes de BPA”, explican los analistas.
JPMorgan, por su parte, proyecta un crecimiento de utilidades superior a 13%, a pesar del escepticismo de los inversionistas.
“Mientras que potencialmente no superaremos el consenso, creemos que las utilidades de la Eurozona crecerán bien el próximo año, por encima de 13%, impulsadas por un mayor apalancamiento operativo, menos vientos en contra de divisas y aranceles, comparables más fáciles y mejores condiciones de financiamiento”, aseguró el equipo dirigido por Mislav Matejka.
Revalorización y rotación sectorial
Las valoraciones siguen siendo un argumento clave. Según Citi, “la renta variable europea todavía cotiza cerca de un descuento récord frente a Estados Unidos”.
El banco calcula que el Stoxx 600 se encuentra en un múltiplo forward de 14,5 veces, apenas por encima de su mediana histórica de 14 veces, mientras que el FTSE 100 cotiza en 12,8 veces, en línea con su promedio.
UBS también ve espacio para que los múltiplos se ajusten al alza, especialmente en sectores beneficiados tanto por fuerzas estructurales como por el repunte cíclico. “Nos siguen gustando los sectores industriales, de TI y de servicios públicos europeos como beneficiarios de los cambios seculares globales. Esperamos que los bancos y Alemania se beneficien de la mejora de la perspectiva cíclica y del estímulo fiscal alemán”, indicaron Gilman y Ganter.
Ver más: Deutsche Bank alerta por un riesgo que los mercados pueden estar subestimando
En cuanto al estilo de inversión, JPMorgan refuerza su sesgo hacia acciones de valor, es decir, empresas que cotizan por debajo de lo que los analistas consideran su valor intrínseco, basándose en métricas. “Continuamos prefiriendo valor. Hemos estado largos en valor en Europa durante 2025 y combinamos nuestra sobreponderación en valor frente a calidad”, señalaron los estrategas. Destacan que el valor tiene beta menor a 1, es decir que tiende a moverse menos que el mercado en general, y que, en un contexto de aterrizaje suave, podría ofrecer tanto potencial de subida como cobertura defensiva.
“Creemos que una sobreponderación en acciones de valor frente a crecimiento y momentum tiene el beneficio de un potencial de alza en el escenario de ‘aterrizaje suave’, pero también puede actuar como cobertura en caso de un ‘aterrizaje forzoso’ o una caída del mercado”, argumentó el equipo de Matejka.
Citi también inclina su estrategia sectorial hacia los cíclicos, subiendo recomendación sobre bancos, viajes, ocio, recursos básicos e industriales, y rebajando tecnología a neutral. En su escenario central, el banco estadounidense estima que el gasto fiscal europeo, especialmente en defensa e infraestructura alemana, podría sumar entre 2 y 3 puntos porcentuales adicionales al crecimiento del BPA anual de la región.
Giro geográfico
La atención también se centra en el posible impacto de los bancos centrales. El proceso de relajación monetaria por parte de la Reserva Federal y su efecto sobre los mercados globales podría ser determinante.
Citi destaca que, en ciclos anteriores, donde la Fed recortó tasas sin que se produjera una recesión inmediata en Estados Unidos, las acciones europeas registraron un mejor comportamiento relativo. “Los resultados económicos también importan mucho, con un liderazgo más fuerte de economías fuera de Estados Unidos y sectores cíclicos en los ‘aterrizajes suaves’”, señaló el equipo del banco.
La exposición internacional de las compañías europeas adquiere protagonismo en esta etapa. Citi observa que los valores con mayor presencia global han quedado rezagados frente a aquellos más dependientes del mercado interno. El repunte del comercio, un eventual alto al fuego en Ucrania y la estabilización del crecimiento en China podrían favorecer esa rotación.
Ver más: Fondos emergentes siguen invirtiendo en América Latina: estas son las acciones preferidas
“Esto también debería favorecer un mayor ensanchamiento del mercado, caracterizado por el liderazgo de cíclicos fuera de Estados Unidos, acciones de valor y compañías de mediana capitalización”, indicó el equipo de análisis.
En términos de asignación geográfica, JPMorgan recomienda una rotación desde la periferia. “Favorecemos una rotación fuera de la periferia (Italia, España) y hacia los mercados centrales, especialmente Francia, que ha quedado muy rezagada y se beneficiaría de cualquier reducción del riesgo político”, señaló el informe liderado por Matejka.
En paralelo, UBS refuerza su tesis sobre Alemania como eje de impulso fiscal. La combinación de estímulo local y mejora en las condiciones financieras podría contribuir al repunte de la confianza en la región.
No todo es positivo
Bank of America (BAC) mantiene una postura cautelosa frente al optimismo generalizado del mercado respecto a las acciones europeas. Los analistas, entre los que estaba Thomas Pearce, advirtieron que hay que ser cautelosos cuando el resto es optimista y mantienen un sesgo negativo.
El banco proyecta una caída del 8% en el índice Stoxx 600 hacia los 530 puntos para el segundo trimestre del año, antes de una recuperación a 565 puntos hacia finales de 2026. Este enfoque conservador se fundamenta en que “las primas de riesgo financiero son extremadamente ajustadas”, con la prima de riesgo de la renta variable europea y los diferenciales de crédito de alto rendimiento en EE.UU. cerca de mínimos de dos décadas.
Entre los factores de riesgo identificados por Bank of America para el próximo año se incluyen señales de fragilidad en el mercado laboral estadounidense, una posible desaceleración del crecimiento global y dudas sobre la monetización de la inteligencia artificial. “Vemos una serie de catalizadores que podrían desafiar las primas de riesgo ajustadas el próximo año”, destacando también posibles presiones crediticias.
Ver más: Meta de Citi para el S&P 500 prevé alza de doble dígito y techo arriba de 8.000 en 2026
El banco estadounidense rebajó su recomendación sobre acciones de la UE frente a acciones globales, pasando de neutral a infraponderado. La entidad explica que esta decisión se debe, entre otros motivos, a que “no vemos ganancias en Europa”, en contraste con la expectativa de una mejor evolución en Wall Street.
Asimismo, mantiene su preferencia por acciones de pequeña capitalización frente a las de gran capitalización, ya que considera que “los precios de este activo cíclico nacional son excesivamente pesimistas”. Esta visión refleja una estrategia prudente ante un entorno macroeconómico global aún incierto.