El metal superó un nuevo máximo tras nuevos episodios de tensión geopolítica y señales de política monetaria más flexible. Wall Street cree que el metal precioso se va a acercar a los US$5.000.
El lingote subió hasta un 1,2% para cotizar justo por debajo de los US$4.500 la onza, ampliando las ganancias tras su mayor salto en un día en más de un mes.
El oro ha subido casi un 70% este año, respaldado por el aumento de las compras de los bancos centrales y las entradas en fondos cotizados en bolsa respaldados por lingotes.
Una inflación por debajo de lo previsto y el impulso del sector tecnológico devolvieron el apetito por riesgo en los mercados, con caídas en los rendimientos de los bonos del Tesoro.
La reconfiguración del sistema financiero global, el dominio fiscal y la consolidación del oro como activo estratégico explican el fuerte repunte del metal y su potencial para subir su precio.
Las acciones profundizaron los retrocesos, mientras los bonos del Tesoro recortaron pérdidas tras las declaraciones de Waller que apuntan a que hay espacios para recortar las tasas de interés.
Las lecturas económicas de EE.UU. de esta semana ayudarán en cierta medida a llenar el vacío de datos creado por un cierre del gobierno de seis semanas.
La empresa china es una de las mineras de más rápido crecimiento del mundo, superará a Glencore Plc como mayor productor de cobalto en 2023 y también tiene importantes operaciones de cobre.
El desarrollo del proyecto Conga, estimado en US$4.800 millones, se detuvo poco después de recibir los permisos medioambientales en 2010 a raíz de la oposición de los agricultores.
El Nasdaq se vio afectado por los gigantes tecnológicos y señales de que la Fed mantendría una política más estricta ante la persistencia de la inflación.