Bloomberg — El presidente filipino, Rodrigo Duterte, presionó para abrir la economía a más inversiones extranjeras en su último discurso ante el Congreso, donde también prometió apoyos para ayudar a las empresas a recuperarse de la pandemia y defendió su criticada guerra contra las drogas.
Duterte pidió a los legisladores que modifiquen las leyes para aliviar las restricciones a los minoristas internacionales y abogó para permitir a los extranjeros disponer de una mayor propiedad en algunos servicios públicos. El presidente también impulsó nuevas reformas fiscales así como la culminación de proyectos de infraestructura fuera de Manila.
“Esta no es en absoluto mi última obra maestra”, dijo Duterte el lunes (26 de julio). “Nunca dejaré de implorar al Congreso que apruebe una legislación vital y crítica, así como de presionar a todo el gobierno para garantizar nada menos que la plena recuperación y revitalización de nuestro país”, apuntó.
El líder filipino dijo que su gobierno trabajará para restaurar puestos de trabajo y que está “comprometido a ayudar al sector privado a recuperar la vitalidad comercial que tenía antes de la pandemia”. Aseguró que si bien la nación no puede permitirse otro confinamiento, no dudará en volver a imponer restricciones de ser necesario.
Horas antes del discurso de Duterte, el presidente del Senado, Vicente Sotto, dijo en una sesión informativa que los senadores darán prioridad a los proyectos de ley sobre propiedad extranjera que respalda el presidente. Mientras tanto, la Cámara se centrará en el presupuesto del próximo año que ayudará al país en la lucha contra la pandemia, apuntó el presidente de la Cámara de Representantes, Lord Allan Velasco, en otro discurso.
Duterte utilizó la primera parte de su discurso para defender su guerra contra las drogas que ha cobrado la vida de miles de personas. También respaldó un proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones militares del país con el objetivo de “mantener la flexibilidad fiscal del gobierno”, así como la creación de un departamento para trabajadores migrantes.
El presidente reiteró su política exterior independiente y dijo que ha estado presionando el fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de 2016 a favor de Filipinas y frustrando las reivindicaciones expansivas de China en el Mar de China Meridional.
Apoyo mayoritario
Duterte ha mantenido el apoyo mayoritario en el Congreso en los últimos cinco años, solidificado durante las elecciones de 2019. Su popularidad, que llegó al 91% en la encuesta más reciente, le permite mantener de su lado a los legisladores, dijo Jean Franco, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Filipinas.
“Es muy inusual que un presidente sea tan popular al acercarse el fin de su mandato”, dijo Franco, quien se especializa en política legislativa. “Le da mucha influencia al presidente en términos de su relación con el Congreso”:
El continuo atractivo del líder filipino entre los votantes también será una ventaja para su candidato en las elecciones presidenciales del próximo año. Entre sus posibles sucesores se encuentran su hija Sara, su asistente el senador Christopher “Bong” Go y el exsenador Ferdinand Marcos.
Las empresas también han expresado esperanzas de que el presidente utilice su capital político para aprobar leyes que atraigan más inversiones, incluida una medida que simplifica los impuestos sobre servicios financieros.
“Si existe algún legado del presidente, serían estos cambios estructurales en nuestro panorama empresarial que lo harían más favorable”, dijo Francis Lim, presidente del Instituto de Ejecutivos Financieros de Filipinas.
Los problemas que al público le gustaría que Duterte abordara en su discurso anual incluyen formas para crear empleos, mejorar la economía y controlar la inflación, según los resultados de una encuesta publicada el lunes y realizada en junio por Pulse Asia Research Inc.
La pandemia de Covid-19 sumió a Filipinas en su peor recesión y deterioró la percepción de los inversionistas. Su principal índice bursátil estuvo entre los de peor desempeño del mundo este año, mientras que el peso a principios de este mes cayó a su nivel más bajo en más de un año, por encima de 50 frente al dólar.
“Antes de que terminemos nuestro mandato, la administración de Duterte se asegurará de que ayudemos al próximo presidente y a las próximas generaciones a hacer frente a los riesgos fiscales y económicos”, dijo la semana pasada el secretario de Finanzas, Carlos Domínguez.
Aún así, las próximas elecciones podrían representar un desafío en términos de aprobación para estas medidas económicas clave y se espera que los legisladores dediquen tiempo a sus campañas de reelección”, dijo Nicholas Antonio Mapa, economista sénior de ING Groep NV en Manila.
“Al completar el último año de esta presidencia, parece que los legisladores tienen la capacidad de sacar adelante una legislación importante”, agregó Mapa. “La pregunta ahora es si los acuerdos políticos retrasarán este proceso, ya que falta menos de un año para las elecciones”.