QUITO — Tras el derrame de diésel ocurrido en las Islas Galápagos el pasado sábado 23 de abril, el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos informó que hasta ahora “no se ha evidenciado especies afectadas” y también anunció que ya no existe presencia de material contaminante, por lo que se oficializó la reapertura de las actividades turísticas.
“En estos días, y como acciones prioritarias, el equipo de guardaparques monitorea la zona intermareal para evaluar el estado de la fauna marina. Hasta el momento no se ha evidenciado especies afectadas, sin embargo, la autoridad ambiental mantendrá la vigilancia de la zona para descartar eventuales riesgos”, señala un comunicado oficial.
Allí se indica, además, que junto a los trabajos de remediación ambiental, el Parque Nacional Galápagos realiza varias inspecciones con su equipo de buzos para coordinar acciones de limpieza con la empresa operadora de la embarcación hundida, “la cual deberá retirar los restos dispersos en el área marina”.
Asimismo, junto a la Armada del Ecuador se instalaron boyas de advertencia para seguridad de la navegación en la bahía.
Las autoridades ambientales competentes, una vez que cuenten con los informes técnicos y evaluación del siniestro, “determinarán las acciones administrativas que correspondan ante este hecho de conformidad con la Ley Orgánica de Régimen Especial de la Provincia de Galápagos (LOREG) y Código Orgánico del Ambiente (COA)”, apunta el texto.
El sábado último, una embarcación turística que contenía alrededor de 2.000 galones de diésel se hundió en el archipiélago de Galápagos (oeste de Ecuador), en la zona de bahía Academia, en la isla Santa Cruz a las 04:30.