Los pro y los contra de la intervención cambiaria en Chile

Economistas consultados por Bloomberg Línea esbozan cómo el programa de intervención cambiaria del Banco Central puede incidir positiva o negativamente

Los peatones pasan frente al Banco Central de Chile en el centro de Santiago, Chile, el jueves 28 de junio de 2018.  Fotógrafo: Cristobal Olivares/Bloomberg
24 de julio, 2022 | 04:00 AM

Santiago — Días después de que el Banco Central de Chile (BCCh) anunciara una sorpresiva intervención cambiaria por hasta US$ 25.000 millones, el peso chileno ganó terreno y se ubica como la moneda andina con mejor desempeño desde el 15 de junio hasta ahora, según datos de Bloomberg.

El peso chileno (CLP:CUR) se fortaleció desde que se conoció la decisión del emisor hace 10 días, dejando atrás los mínimos históricos vistos en jornadas anteriores. Felipe Hernández, analista de Bloomberg Economics, cree que en el corto plazo el efecto de la intervención cambiaria debería traer alivio sobre la presión inflacionaria y, en ese sentido, dar algo de margen a la autoridad monetaria para menores aumentos de la tasa de interés.

Pero el contexto sigue siendo tan desafiante como hasta antes de la intervención. Los precios del cobre, mayor exportación de Chile, continúan cayendo, mientras persisten los temores ante una posible recesión global y la alta incertidumbre por el proceso constitucional en el país. El viernes, el dólar se fortaleció hasta 24,5 pesos respecto a la jornada anterior y pese a un leve repunte del metal rojo.

Cobre pierde casi tercio de valor versus máximo de marzo/Bloombergdfd

El Banco Central enfocó su preocupación en los efectos de la depreciación del peso (y la alta volatilidad que experimentó en ese momento) en la formación de precios en el mercado cambiario, y sus posibles consecuencias en el funcionamiento del mercado financiero”, dice Javier Salinas, economista jefe de LarrainVial Research, quien infiere que la intervención no solo fue “necesaria”, sino también “efectiva”.

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Para Joseph Ramos, economista y académico de la Universidad de Chile, se logrará aliviar la presión inflacionaria solo si se mantiene bajo el precio del dólar. Cerca de un 30% de lo comprado en el país es importado, destacando los combustibles, autos, productos electrónicos y algunos alimentos. Así, un peso debilitado incide más sobre los precios al consumidor que llegaron a un 12,5% interanual en junio, uno de los mayores de Sudamérica.

¿Cómo afecta a las reservas?

Pocos días antes de la intervención cambiaria, la autoridad monetaria había descartado esta medida por considerar que los mercados habían sido capaces de “absorber los shocks de manera adecuada y que la volatilidad en el mercado cambiario” no se trasladó a otros segmentos del sistema financiero, aunque dejando abierta la posibilidad de la intervención. Pero el dólar se instaló encima de los $1.000, llegando incluso a un máximo histórico de $1.061 el 14 de junio y el Banco Central aceleró su respuesta.

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El pasado lunes, el Banco Central comenzó el programa de intervención cambiaria y provisión preventiva de liquidez en dólares, el cual concluirá el 30 de septiembre. Las operaciones contemplan la venta de dólares spot por hasta US$ 10.000 millones, la venta de instrumentos de cobertura cambiaria por hasta US$ 10.000 millones y, de modo preventivo, se ofrece un programa swap de divisas por hasta US$ 5.000 millones. Esto último se complementa con un programa de liquidez en peso mediante operaciones REPO por ventanilla. “Es bastante grande, más si consideramos que semanas antes el Ministerio de Hacienda anunció que también estaría vendiendo hasta US$ 5.000 millones. Todo junto suma casi US$ 30.000 millones de intervención, en un plazo de entre 2 y 3 meses”, comenta Hernández.

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El punto desfavorable de la medida es el uso de una porción de las reservas internacionales del instituto emisor, las cuales superaban los US$ 45.800 (cerca de un 15% sobre el PIB) hasta junio. “Si en un mediano plazo no se recuperan, podrían dejar al Banco Central sin muchas herramientas para actuar frente a eventuales escenarios de incertidumbre local o externa”, indica Salinas.

A principios de julio, Credit Suisse Group AG indicó que Chile cuenta con suficientes reservas de divisas para cubrir 5,2 meses de importaciones, lo que sería su nivel más bajo desde hace 12 años. Un menor nivel de la herramienta podría generar una percepción de riesgo.

Sin embargo, el impacto será determinado por la cantidad que se consiga vender hasta septiembre. “No creo que sea preocupante pensar que las reservas caigan US$ 10 mil millones, el nivel actual sigue siendo adecuado”, dice Hernández.

Ante una eventual crisis, el país también cuenta con líneas de créditos preaprobadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros recursos.

Una intervención “más fuerte”

En Chile, a diferencia de otros países de la región, se deja flotar la moneda desde 1999, lo que es fundamental para mantener una política monetaria independiente, y excepcionalmente se ha intervenido en seis oportunidades en los últimos 23 años.

Las dos últimas intervenciones, una iniciada en noviembre de 2019 y la otra en ejecución, han estado destinadas a la venta de divisas. La aplicación de estas herramientas no significa que se liquida la totalidad de lo ofertado, así durante cinco semanas se vendieron más de US$ 2.550 millones spot y US$ 4.565 NDF de los hasta US$ 20.000 millones que se dispuso en la intervención que fue anunciada el 28 de noviembre de 2019, en el contexto de la revuelta social.

Hernández considera que la actual intervención podría ser suficiente para mantener estable al tipo de cambio, incluso apuesta a que se pudiera ver una correlación más baja con respecto a los movimientos en los precios del cobre. “Hay oferta de dólares que es bastante importante. Nosotros creemos que en el corto plazo la intervención puede seguir siendo bastante efectiva. Pero, nuevamente, una vez que concluya, el tipo de cambio empezará a operar en línea con sus fundamentales”, explica el analista de Bloomberg Economics.