¿Qué es la economía del comportamiento y cómo aplicarla a políticas públicas?

Instrumentos basados en la economía del comportamiento buscan adaptar las políticas de los gobiernos a la manera de pensar y tomar decisiones por parte de los ciudadanos

La economía conductual puede asistir a los gobiernos en políticas públicas que, sin obligar a tomar decisiones individuales, contribuyan con ‘un empujoncito’ a facilitar el proceso de toma de decisiones y comportamientos en las personas para mejorar su salud, bienestar y felicidad.
26 de mayo, 2023 | 09:10 AM

Bloomberg Línea — La economía del comportamiento o ‘behavioral economics’ se ha convertido en un área económica clave para los gobiernos y las empresas, en cuanto busca comprender cómo los ciudadanos o los consumidores toman decisiones y actúan con diferentes “sesgos”.

“La economía del comportamiento es una subdisciplina que aprovecha los hallazgos de la psicología para describir comportamientos que se desvían de teorías prescriptivas de la economía como la teoría de la elección racional del consumidor, la teoría de la utilidad esperada y la hipótesis del mercado eficiente”, según la define Guillermo Enrique Yáber Oltra, director del Centro de investigación, innovación y desarrollo académico de la Universidad Católica Andrés Bello, en un artículo para The Conversation.

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Es así como se ha encontrado que la economía del comportamiento tiene aplicaciones importantes en las políticas públicas, pues diferentes economistas y psicólogos que han investigado esta área, como los premios nobel Richard Thaler y Daniel Kahneman, coinciden en que existen riesgos que determinan las decisiones de consumidores y ciudadanos.

¿Por qué la economía del comportamiento en las políticas públicas?

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puso en marcha e los últimos años diferentes experimentos e intervenciones para probar la economía del comportamiento en diferentes sectores, como en la mejora en los servicios de agua y saneamiento en Haití o la manera en que pagar impuestos puede ser un fenómeno ‘contagioso’ entre los ciudadanos.

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“La gente tiende a pagar más impuestos si cree que los demás ciudadanos cumplen y que el gobierno hace un buen uso del dinero público”, dice el BID, analizando el caso de la Municipalidad en Argentina, sobre cómo la información que brindan los gobiernos impacta sobre las decisiones de los ciudadanos y cómo se pueden cambiar las creencias que intervienen en la decisión de cumplir o no con las obligaciones tributarias.

Esta rama de la psicología aplicada a la economía puede influir, incluso, en el pago de los impuestos por parte de los ciudadanos, según el BID.dfd

La Municipalidad ofreció ‘premios’ a quienes estuvieran al día con el impuesto a la propiedad antes del vencimiento del mes siguiente, que consistían en la mejora de la acera frente a su casa. Una vez se consolidaron los contribuyentes beneficiados, se encontró que hubo un aumento del 5% en el cumplimiento del impuesto y también hubo un 7% más de probabilidad de que quienes se vieron beneficiados por la ejecución del dinero recaudado pagaran a tiempo su impuesto durante los tres años siguientes.

“Ofrecer un bien público visible y duradero hizo posible que la iniciativa tuviera efectos positivos y persistentes, incluso sobre personas que no recibieron el premio. Estos programas, si además se focalizan adecuadamente pueden tener aún mayores efectos”, explicó el BID.

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¿Cómo funciona la economía del comportamiento en un consumidor?

El académico Yáber Oltra, de la Universidad Católica Andrés Bello, también señala en su artículo un ejemplo de cómo funciona la economía del comportamiento en la toma de decisiones de los consumidores al momento de comprar productos básicos o simples como una carne para hamburguesas.

En este, argumenta que “en el envoltorio de la marca A la información señala ‘20% de grasa’. En la presentación de la segunda alternativa, la marca B, se puede leer ‘80% libre de grasa’”, y explica que la mayoría optará por la opción B, y habrá solo una pequeña cantidad de personas que dirá que da igual por ser la misma cantidad de grasa.

Este fenómeno se explica por el sesgo cognitivo del ‘efecto de encuadre’. “En esta situación de elección entre alternativas, en la que las dos opciones son exactamente iguales en el contenido de grasa, la teoría predice que usted optará por la opción “B”, a menos que tenga una preferencia particular por la grasa”, señala el académico.

De esta manera, Yáber Oltra, concluye que “la economía conductual puede asistir a los gobiernos en políticas públicas que, sin obligar a tomar decisiones individuales, contribuyan con ‘un empujoncito’ a facilitar el proceso de toma de decisiones y comportamientos en las personas para mejorar su salud, bienestar y felicidad. Algunos países han comenzado a aplicar este enfoque en sus políticas públicas para el bienestar de la sociedad”.