La nueva geopolítica mundial, una oportunidad para el comercio de LatAm

La economía global se sigue ajustando a las presiones económicas y geopolíticas, y lo mismo hace el comercio mundial. Las perspectivas, aunque poco alentadoras, podrían traerle beneficios a América Latina

Grúas mueven contenedores en el Puerto de Buenaventura en Buenaventura, Colombia.
13 de febrero, 2024 | 01:00 AM

Bloomberg Línea — El comercio mundial crecería a una tasa anual del 2,8% hasta 2032, de acuerdo con un informe de Boston Consulting Group (BCG), lo que significa un crecimiento menor a la tasa estimada del 3,1% para el Producto Interno Bruto mundial en el mismo período.

Sin embargo, para 2024, la Organización Mundial del Comercio (OMC) proyectó una expansión del 3,3% en el comercio mundial, pese a que la proyección de crecimiento de 2023 se fijó en un tímido 0,8%.

“El comercio internacional está cambiando y el mapa que alguna vez fue conocido con las rutas tradicionales se está redibujando. A medida que se reequilibran las cadenas de suministro y los países vecinos solidifican sus relaciones comerciales regionales, esperamos ver cambios duraderos en los flujos de bienes en todo el mundo”, dijo Nikolaus Lang, managing director y socio sénior de BCG, y coautor del informe.

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Con una recuperación en el ritmo del comercio mundial en 2024, la OMC señala que este escenario debería darle un nuevo impulso a las exportaciones de América Latina y el Caribe, aunque se mantiene pendiente el desafío de diversificar y agregar conocimiento a las exportaciones regionales de bienes y servicios.

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En su último reporte, el Banco Mundial estimó el crecimiento económico de Latinoamérica en 2,3% para 2024 y 2,5% para 2025, con una recuperación lenta y gradual, que podría estar impulsada por un mejor dinamismo en el comercio mundial e intrarregional.

La geopolítica y su peso en el comercio de LatAm

Eventos como los conflictos entre Rusia y Ucrania, y el de Israel y Hamás, han impactado en la cadena de suministros global, impregnando los mercados de volatilidad, evidenciado la alta interdependencia a nivel mundial de materias primas y también del sector de manufactura.

“La economía unitaria es uno de los principales contribuyentes a estos cambios, pero la geopolítica también es un claro catalizador. En un año en el que se avecinan muchas elecciones mundiales cruciales, esperamos ver un enfoque continuo de la política industrial en la seguridad económica nacional, la creación de empleo y la energía verde. Una de las consecuencias será el fortalecimiento de las agrupaciones comerciales regionales, especialmente en América del Norte, la Unión Europea y la ASEAN”, precisó Marc Gilbert, managing director y socio senior de BCG.

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Es allí donde América Latina tiene campo de acción, pues esa fragmentación geopolítica puede ser una oportunidad para nuevos jugadores que logren incorporarse en esa dinámica de mercado aprovechando sus ventajas competitivas, de acuerdo con el Informe de perspectivas 2024 de Suramericana.

Foto: Jonne Roriz/Bloombergdfd

Bloques comerciales regionales

Un ejemplo es la dinámica comercial entre Estados Unidos y México. Por primera vez en dos décadas, México fue la principal fuente de importaciones de Estados Unidos, por encima de China el año pasado. Las cifras del Departamento de Comercio reflejaron que las mercancías importadas desde el gigante norteamericano crecieron un 5% de 2022 a 2023, llegando a los US$475.000 millones, mientras que desde China estas operaciones cayeron 20%, hasta los US$427.000 millones.

Como resultado del fenómeno de nearshoring, los bloques comerciales regionales como el que propició el Acuerdo T-MEC (tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá) serán la clave para limitar la fricción geopolítica mediante el comercio con entidades consideradas socios “amigos”, explicó BCG.

El comercio entre Estados Unidos y México crecerá en US$300.000 millones de dólares durante la próxima década, dice el informe.

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LatAm no puede dejar de mirar hacia China

China es el principal exportador mundial de productos manufacturados, por lo que el comercio que dejará de fluir hacia Occidente, “simplemente se trasladará a otra parte”, de acuerdo con BCG.

Pero América Latina no puede perder de vista a China como jugador clave en el comercio mundial, en especial por su demanda de materias primas. Su peso en las importaciones mundiales de bienes pasó del 3,4% en 2000 al 10,6% en 2022, según la OMC.

El intercambio bilateral entre China y América Latina es notable. En 2000, este comercio apenas superaba los US$14.000 millones, mientras que en 2022 se acercó a los US$500.000 millones, multiplicando 35 veces su valor. Incluso, China desplazó a la Unión Europea como segundo socio comercial de la región.

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“Cabe destacar que desde 2018, el peso de América Latina y el Caribe en las importaciones totales de China supera al de los Estados Unidos. En 2022, sus participaciones fueron del 8,5% y el 6,6%, respectivamente”, indicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en el informe Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe.

El comercio entre América Latina y el Caribe y China tiene una estructura claramente interindustrial: mientras que en 2022 el 95% de las exportaciones de la región correspondió a materias primas y manufacturas basadas en recursos naturales, los envíos de China correspondieron en un 88% a manufacturas de tecnología baja, media y alta, añadió el organismo.

Así mismo, dijo el organismo internacional, que el complejo contexto geopolítico mundial también ofrece oportunidades a la región en el marco de sus relaciones económicas con China.

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Allí se destacan oportunidades en la captación de inversiones en procesos de nearshoring por parte de empresas que quieren exportar a Estados Unidos, así como la dotación de recursos críticos para la transición verde.

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El potencial de China, pese a la desaceleración económica que está presentando, tendrá un impacto positivo también en otras regiones. Los principales beneficiarios de la reducción de la concentración en China serán los países de la ASEAN (Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam) y la India, ya que muchas empresas trasladarán la fabricación a estas economías, tanto para reducir los riesgos de la cadena de suministro mundial como para acceder a nuevos mercados, dijo BCG. El comercio entre China y estos países podría crecer a los US$616.000 millones en la próxima década.

¿Qué pasará a nivel mundial?

Por último, la investigación de BCG, que cubre más de 150 países exportadores en 14 regiones clave y más de 5.000 productos físicos o materias primas en 22 sectores industriales, precisó las dinámicas emergentes del comercio global que caracterizarán al mundo en la próxima década:

  • Crecimiento del Comercio de la ASEAN: las naciones del sudeste asiático se encuentran entre los mayores ganadores del nuevo orden mundial del comercio, con un pronóstico de crecimiento acumulativo del comercio de la ASEAN de US$1,2 billones en los próximos diez años debido a su papel como un destino clave para empresas que buscan disminuir su dependencia de China.
  • Despegue de la India: India se está beneficiando de una estructura de costos baja, una fuerza laboral cada vez más capacitada y la mejora de la logística para convertirse en un importante mercado interno y destino “China + 1″ para la fabricación global. Se prevé que India logre un crecimiento promedio anual del comercio del 6,3%, más del doble de la media mundial.
  • Divergencia en el comercio ruso: gran parte del comercio de Rusia se ha desplazado hacia otros países BRICS (Brasil, China, India y Sudáfrica). Mientras que el comercio de Rusia con China e India crecerá en US$134.000 millones y US$26.000 millones, respectivamente, para 2032, mientras que con la UE caerá en US$222.000 millones.