Brasil impulsa la identidad regional del vino portugués: del Alentejo al Duero y más

Tras décadas con poca diferenciación entre sus terruños, el país europeo avanza en su labor de explicar al mercado las características de las principales regiones, lo que ayuda a impulsar la bebida de gama más alta en mercados como el de Brasil.

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The Douro River runs between hills in the Douro Valley grape growing region in Douro, Portugal. Photographer: Daniel Rodrigues/Bloomberg
12 de diciembre, 2025 | 05:16 PM

Bloomberg Línea — El mercado mundial del vino se ha vuelto cada vez más segmentado y atento al papel del terruño (el lugar donde se produce la bebida).

La etiqueta “vino francés” ha perdido terreno desde hace años en favor de nombres más específicos, como Burdeos y Borgoña, al igual que en Italia hay quienes buscan más concretamente vinos toscanos o del Piamonte.

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Portugal, que durante mucho tiempo pareció quedarse atrás en este proceso, comienza a trabajar para consolidar un cambio en la forma en que el consumidor internacional ve sus vinos.

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“Históricamente, el consumidor de vino portugués en Brasil, por término medio, no sabe diferenciar el Dão del Alentejo”, afirmó Christian Burgos, CEO de Inner Group y editor de la Guia Adega de Vinhos de Portugal, en una entrevista con Bloomberg Línea.

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Esto se debe a que, durante décadas, el vino portugués llegó a Brasil como una categoría homogénea, sin tanta diferenciación regional.

Para Burgos, esto tiene un origen estructural: Portugal es complejo, diverso y está repleto de regiones, denominaciones y variedades con nombres distintos de norte a sur.

“Portugal presenta cierta dificultad para el consumidor principiante. Hay muchas regiones”, afirmó. Solo los entusiastas más dedicados reconocían las diferencias entre Douro, Dão o Alentejo.

Pero eso ha empezado a cambiar.

Burgos señaló un movimiento más claro en este sentido al tratar las etiquetas analizadas por la guía publicada este año.

Y Bloomberg Línea pudo ser testigo del esfuerzo del Alentejo por diferenciarse del resto del país durante un viaje a la región.

Según Burgos, Portugal está viviendo hoy una profunda transformación. El país se ha convertido en un conjunto de regiones con identidades tan fuertes como las de Francia, y el mercado brasileño ha sido uno de los principales motores del cambio.

La primera señal de que Portugal dejaría de ser un bloque monolítico surgió en las carteras de los importadores brasileños.

“Vemos una segmentación cada vez mayor. Los importadores comienzan a separar por región: un productor del Duero, uno del Dão, uno del Alentejo, de Lisboa y de Setúbal”, dijo Burgos.

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La curaduría asume un papel activo en la educación del mercado. Cuando el consumidor acude a una tienda especializada, participa en eventos o lee las guías y clasificaciones anuales, se encuentra no con “vino portugués”, sino con mapas regionales, estilos, climas y variedades que conforman el perfil de cada origen.

Esta reorganización ha allanado el camino para la regionalización de Portugal en la copa del brasileño.

Hoy en día es fácil percibir que el mercado diferencia los vinos del Duero por tener más estructura, los del Dão por su elegancia, los del Alentejo por la exuberancia de la fruta en la copa, los Vinhos Verdes por su frescura y los de las Azores por su mineralidad, explicó.

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Uno de los factores que acelera la regionalización es el “cambio de estilo” que está experimentando Portugal.

“Portugal camina en la dirección del mundo: menos madera y menos sobremaduro”, afirmó Burgos. Este cambio es especialmente visible en regiones tradicionalmente cálidas como el Duero y el Alentejo.

Los vinos más alcohólicos y pesados, que marcaron el cambio hacia los años 2000, están cediendo espacio a tintos y blancos más tensos, frescos y gastronómicos.

“Vemos la mayor transformación en Alentejo y en el Duero”, dijo. Es precisamente en estos territorios, antes asociados a la potencia y la opulencia, donde la nueva generación de enólogos encuentra espacio para redefinir estilos.

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Esta renovación estética refuerza las diferencias entre regiones y hace que Portugal sea más inteligible para el consumidor de vinos premium, que busca tipicidad, carácter y terruño.

“El consumidor de vinos más premium sabe exactamente lo que es Portugal”, dijo Burgos. Esta claridad abre el camino para que las regiones emergentes sean descubiertas y valoradas.

El avance de esta regionalización en Brasil no es casual.

Corresponde al peso económico que ejerce el mercado brasileño en la cadena del vino portugués. “Brasil es el primer destino portugués en el mundo cuando se habla de vinos tranquilos”, afirmó Burgos.

Este protagonismo, a su vez, hace que Portugal “dialogue” directamente con el consumidor brasileño. Los lanzamientos, las importaciones y las estrategias de comunicación se diseñan pensando en el comercio minorista y el comportamiento local.

El cambio es visible en las cartas de los restaurantes, en las estanterías de las tiendas, en las importadoras, en las guías, en las cotizaciones y en el comportamiento del consumidor premium.

Desde el Duero hasta Dão, desde Bairrada hasta Vinhos Verdes, desde Alentejo hasta Azores, Portugal se consolida como un país de regiones, y esta reconfiguración cambia profundamente la lógica del mercado brasileño, explicó el experto.

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