Buenos Aires — La licuación que están sufriendo los pesos frente a un contexto de tasas de interés corriendo muy por detrás de la inflación aceleró la velocidad de circulación del dinero hacia niveles récord: los pesos pasan de plazos fijos a mecanismos transaccionales, algo que se puede ver al comparar el crecimiento del agregado monetario M2 privado (medios de pago) frente al M3 privado (agregado monetario amplio).
“Los agregados monetarios se vuelven más líquidos y así el terreno se vuelve propicio para una aceleración de la velocidad de circulación del dinero”, explicó un informe del bróker Portfolio Personal Inversiones (PPI).

El documento de PPI explica que en los 25 días de diciembre, el M3 privado amplio (incluye Pases de FCI con BCRA) se redujo 5,1% en términos reales, extendiendo la baja iniciada en agosto (-17,5%).
Esta situación se da en un contexto en que el BCRA bajó la tasa de política monetaria de 254,8% a 171,5% (TEA) al eliminar la Leliq y bajar 26 puntos los pases. En simultáneo, la autoridad monetaria recortó la tasa mínima de plazos fijos de 253,3% a 186,7%, con una aceleración inflacionaria que para algunas consultoras puede rondar el 30% mensual. La tasa de interés efectiva real resultante se hundió a -88% , mínimo histórico.
Asimismo, desde la consultora Outlier resaltaron que ese movimiento de tasas nominales, en el contexto de una aceleración de las tasas de inflación esperadas en el mediano plazo, fue “indudablemente expansivo” y alimentó “el proceso de desarme de posiciones especulativas en pesos hacia posiciones transaccionales”, y la aceleración de la velocidad de circulación de las últimas.
PPI considera que implementar una política monetaria laxa en un contexto de velocidad de circulación de dinero récord, y acelerando sin pausa desde octubre, conlleva riesgos de aceleración nominal. No obstante, aclara: “Lo positivo es que tras la devaluación los precios no se espiralizaron, lo que refleja el éxito inicial del ancla fiscal”.













