Buenos Aires — El ministro de Economía de la Argentina, Luis Caputo, abrió la puerta a una nueva colocación de bonos en dólares bajo ley argentina para cubrir parte los vencimientos de deuda de enero, según la lectura del economista Fernando Marull, socio fundador de la consultora FMyA.
“Posiblemente coloquen otro Bonar 29″, señaló el ex jefe de gabinete de la Subsecretaria de Programación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda (2017-2019) en La Estrategia del Día Argentina, el podcast de Bloomberg Línea.
Marull se refirió así a los tuits que publicó Caputo este martes 23 de diciembre, en los que el funcionario dijo que la idea es “ir bajando la dependencia de Wall Street”, en contraposición a la mirada de analistas que en los últimos días habían anticipado una colocación internacional en enero. Para Marull, el Gobierno también podría acudir a un nuevo repo como alternativa, pero esta no sería la vía principal para cubrir los vencimientos de corto plazo.
“Básicamente [Caputo] le está diciendo [al mercado]: hay que cubrir US$16.000 millones de vencimientos en dólares el año que viene: tenemos [fondos de] organismos internacionales ... y bonos [de jurisdicción argentina] ahora en el corto plazo”, interpretó el economista, apuntando a una importante cantidad de “dólares ociosos” en el mercado local.
El Tesoro enfrenta vencimientos por US$16.000 millones en 2026, incluyendo bonos y pagos a organismos internacionales como el FMI y el BID. “Lo concreto es que la parte de los [vencimientos de] bonos, los US$8.000 millones, los van a ir buscando en parte con repo, compra de dólares del Tesoro, Bonares o Globales: una combinación”, explicó Marull. “Uno conociendo cómo habla Caputo, nada lo dice al azar. Lo va tirando de a cuenta gotas”.
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Reservas, bandas y el futuro de lo que queda del cepo
El economista estima que el Banco Central (BCRA) podrá comprar alrededor de US$7.000 millones en reservas durante 2026, impulsado por una menor demanda de dolarización entre los argentinos. “Mis proyecciones me dicen que la dolarización va a bajar y el BCRA va a comprar reservas”, afirmó.
La demanda de pesos dependerá de dos variables, según Marull: una coyuntural —que la tasa de interés supere la expectativa de devaluación— y otra estructural —que no haya expectativa de crisis—. “Ahora ese [riesgo] bajó poselecciones, con el Presupuesto [encaminado], y las anclas política y de la calle” más sólidas, señaló. “Por eso uno proyecta que la demanda de dinero va a subir, que la dolarización va a bajar”.
Con respecto a la brecha entre el dólar contado con liquidación (CCL) y el MEP este 23 de diciembre, Marull la explicó en parte por la demanda de fin de año y en parte por expectativas vinculadas al blanqueo. A partir del 1 de enero se liberan las cuentas CERA —donde quedaron depositados los dólares del blanqueo del 2024— y las empresas que participaron podrán girar divisas al exterior a través del contado con liqui, lo que genera una mayor demanda de divisas mediante ese canal. Según Marull, el mercado ya está anticipando ese escenario.
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Sobre el cambio en el esquema cambiario, Marull lo calificó como positivo y gradualista, en línea con lo que esperaba el mercado. El mercado de futuros ya asumía una devaluación promedio del 2% mensual antes del anuncio, consistente con la nueva banda superior ajustada por la inflación de dos meses atrás. Con una inflación esperada del 20% para 2026, el economista proyecta que el dólar oficial cerrará el año en torno a $1.860.
Una semana después del cambio de bandas, el mercado ajustó levemente al alza sus expectativas de inflación y devaluación, pero sin movimientos bruscos. Respecto al cepo, Marull reconoció que esperaba algún tipo de liberación de restricciones cruzadas junto con el anuncio de las nuevas bandas, aunque no descarta que ocurra en el primer trimestre de 2026.
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Frente fiscal: menos margen para bajar impuestos
La no derogación de gastos adicionales en el Congreso representó una “sorpresa negativa” para el frente fiscal, según Marull. El economista estima que el costo fiscal combinado de la baja de retenciones (0,1% del PBI), las reformas en contribuciones y ganancias (0,3-0,4%) y los gastos en discapacidad, salud y universidades (0,4%) presiona las cuentas públicas. “Si esperabas que te bajen retenciones a cero, te baja las chances. Si esperabas que te bajen el impuesto a los débitos y créditos, esto te baja la probabilidad de que suceda en 2026”, advirtió.
Para compensar, el Gobierno deberá apostar a una mayor reactivación económica, menores transferencias a provincias o un ajuste de subsidios superior al previsto. Con tres bajas de impuestos ya en marcha —retenciones, contribuciones patronales y ganancias—, Marull considera que el margen para nuevas reducciones se achicó. “Eso tiene un costo fiscal que con crecimiento o mayor fiscalización podés compensar, pero te baja la probabilidad de nuevas bajas”, explicó.
A pesar de esos desafíos, Marull se ubica entre los más optimistas del mercado respecto al crecimiento de 2026, con una proyección superior al 4%, por encima del 3,4% del REM del BCRA. “No veo una crisis gestándose como lo que pasó en 2025”, afirmó. El economista fundamentó su optimismo en lo que llama “las tres anclas”: la calle (luna de miel con la sociedad), el mercado (confianza y expectativa de menor riesgo país) y la política (músculo político del Gobierno).
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Salarios y empleo: la cuenta pendiente
Respecto a los salarios, Marull proyecta que 2026 será mejor que el año que termina. “El salario privado le va a ganar a la inflación: el asalariado, el que tiene paritarias y el independiente”, afirmó. Sin embargo, advirtió que no hay que esperar un boom: el consumo mejorará respecto a 2025, pero sin despegar.
El economista se mostró crítico con la obsesión por el empleo asalariado privado tradicional, que no crece hace 15 años en Argentina. “Se están creando otros empleos: los freelancers, los streamers. Andá a decirle a un pibe de 23 años que su empleo es de mala calidad porque no trabaja de 8 a 16 en relación de dependencia”, planteó. “Cambió el mundo. Hoy los medios, las nuevas comunicaciones, es donde están todos los jóvenes. ¿Están ganando plata ahí? Esos están volando”.
Para Marull, lo clave es evitar una crisis macro que obligue a empezar de cero. La pobreza viene bajando mes a mes, impulsada por salarios que empatan a la inflación y empleos que se crean en nuevos formatos, aunque no sean los tradicionales.
“2025 fue un año duro, peor de lo que uno imaginaba. Creo que 2026 perfila mejor porque no hay elecciones, y las elecciones son bastante dañinas”, resumió Marull. “Argentina tiene que hacer un buen partido, tiene las condiciones. No está libre de riesgo, no es lineal Argentina, pero estoy bastante optimista, con cautela, como siempre”.













