Bloomberg — Los conductores argentinos se enfrentan a largas colas en los surtidores y a gasolineras completamente cerradas mientras la escasez de dólares del Gobierno deja varados en el mar a los buques que esperan para importar combustible.
Escenas que recuerdan a las vividas en Venezuela en los últimos años han aparecido recientemente en Argentina, con coches que dan la vuelta a la manzana intentando repostar en las gasolineras. Jorge Ferro, un consultor de 42 años de Buenos Aires, intentó llenar su tanque el miércoles en una gasolinera Axion en el rico barrio de Recoleta, pero los empleados le dijeron que no tenían “súper” y que sólo podían ofrecerle 4.000 pesos (11 dólares) de gasolina premium.
“Cuando les dije que iba a ir a otra estación, me dijo que todas las gasolineras cercanas estaban cerradas”, dijo Ferro en una entrevista telefónica.
Las colas crecientes en los surtidores y las gasolineras oscurecidas por la noche son signos tangibles de una crisis fiscal fuera de control. El Banco Central de Argentina se está quedando sin dólares para pagar a los importadores, con una inflación cercana al 140% y una recesión en ciernes. El gigante energético estatal YPF tiene tres buques cisterna esperando con gas y diesel para importar, pero no puede descargar el combustible hasta que se pague a los proveedores extranjeros BP Plc y Gunvor, según dos personas con conocimiento directo del asunto.
YPF y Gunvor declinaron hacer comentarios. BP Plc no respondió a una solicitud de comentarios. Dos de los tres buques, llamados Pacific Blue y NCC Nasma, están anclados en el Río de Plata, más cerca de la costa uruguaya, según datos recopilados por Bloomberg. YPF importó el 6% de su gas para automóviles en el segundo trimestre de este año, según su última convocatoria de resultados.
La incertidumbre electoral es otro de los grandes motivos del dolor de cabeza de los automovilistas. Antes de las elecciones generales del 22 de octubre, algunas gasolineras suspendieron las ventas mientras los clientes trataban de abastecerse de gasolina, temiendo una fuerte devaluación de la moneda que, por ahora, parece aplazada. El ministro de Economía, Sergio Massa, se enfrenta al candidato de fuera de la oposición, Javier Milei, en la segunda vuelta definitiva del 19 de noviembre. Incluso después de la votación, algunas gasolineras dicen estar totalmente desabastecidas.
La escasez de dólares en Argentina hace que YPF no pueda pagar por ahora las importaciones de gas. El cargamento retenido tiene un volumen de 120.000 metros cúbicos, lo que representa el 7% de las ventas mensuales de gasolina en el país, o unos 150 millones de dólares, dijo una persona. Argentina no tiene acceso a capital internacional y está luchando por cumplir un acuerdo de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, su única fuente importante de financiación.
El suministro de combustible también se ve presionado por la regulación: los precios de la gasolina son fijos hasta el 31 de octubre, mientras que el litro de combustible en el surtidor ronda los 40 céntimos en Argentina, el nivel más bajo de Latinoamérica por detrás de Venezuela y Ecuador, dijo una persona. Argentina importa el 32% de su combustible: el 20% del gasóleo y el 12% de la gasolina súper. El problema se agrava desde hace una semana y especialmente en las provincias más alejadas de la capital del país.
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