Buenos Aires — La meta fiscal que había presupuestado el Gobierno argentino para 2023 quedó seriamente comprometida. Su cumplimiento ya había quedado en duda desde un primer momento por la sequía que azotó al país, pero la puesta en marcha del llamado ´Plan Platita´ pareciera haber terminado de sepultar toda chance de lograrla.
El Gobierno aspiraba a terminar 2023 con un déficit fiscal primario equivalente al 1,9% del Producto Bruto Interno, algo que el propio secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, se había comprometido a lograr a principios de este año. Esa meta incluso fue sobreviviendo cada una de las revisiones del FMI y quedó ratificada luego del último desembolso. Sin embargo, diversas consultoras privadas señalan que tal empresa parece imposible de lograr.
Una meta lejana
“Difícilmente el Gobierno cumpla con la meta fiscal para 2023″, sostuvo un informe de la consultora Ecolatina, que argumentó su veredicto de la siguiente forma: “Tanto la confirmación de que el candidato oficialista, Sergio Massa, ingresó al ballotage, y que la aprobación del segundo tramo del swap con China permite contar con los dólares necesarios para cancelar vencimientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) generan los incentivos suficientes como para que el oficialismo impulse una política fiscal más expansiva”.
Ecolatina estima que la magnitud del desvío dependerá no sólo de los incentivos político-electorales a expandir el gasto público, sino también del financiamiento neto obtenido en el mercado de deuda local. El Tesoro está captando un volumen de deuda superior al esperado inicialmente, justificado por las intervenciones del Banco Central (BCRA) en el mercado secundario, llevado a cabo a costa de emisión monetaria.
Algo similar consignó la consultora LCG en su último informe, que recordó que tanto la meta comprometida con el FMI como las proyecciones incluidas en la Ley de Presupuesto 2024 refieren a un déficit primario de 1,9% del PBI para este año. “Honrar el compromiso impone un aumento del déficit de apenas 0,6 puntos porcentuales en los últimos tres meses, algo que luce prácticamente imposible”, sentenció LCG.
Según esta consultora, más allá de la estacionalidad propia del gasto en la segunda mitad del año, octubre y noviembre seguirán reflejando todavía el impacto del abultado paquete de medidas que fue anunciando por Massa después de la derrota en las PASO. “Refieren a más gasto y menores ingresos, que en conjunto implican un costo fiscal de 1% del PBI”, detalla el estudio.
Además, LCG especula que sobre esto último podrían sumarse nuevas medidas de cara a consolidar una victoria oficialista en el balotaje, aunque será un equilibrio fino entre seguir complementando ingresos y no dejar una economía más debilitada para administrar después de diciembre.
De esta forma, LCG proyectó un déficit primario de 2,5% del PBI para 2023, nivel semejante al alcanzado en 2022.
La deuda flotante complicaría la meta
Aún más pesimistas fueron los cálculos del bróker Facimex Valores, que en un informe reciente señaló: “Aunque el resultado de los últimos meses pareció mejorar, los datos en base devengado vienen mostrando una dinámica más desfavorable apuntando a una acumulación de deuda flotante. Proyectamos un déficit primario de 3% del PBI para el año y recordamos que el paquete de estímulo fiscal desde las PASO tiene un costo fiscal de 1% del PBI para este año, a la vez que no se pueden descartar nuevas medidas de impulso fiscal durante las próximas semanas”.
Situación límite
La firma Econviews resaltó en un documento reciente que la Argentina está en una situación límite, “con una inflación que amenaza con llegar a 200% para fin de año, 12 años de estancamiento, 14 años seguidos de déficit fiscal primario y una situación externa sumamente delicada”.
“El ministro candidato quemó recientemente los puentes con el Fondo Monetario y tiene pocas credenciales para hacer el ajuste fiscal que necesita la economía”, apuntó Econviews.
Massa sostiene que buscará el superávit en 2024
Tras el buen resultado obtenido en las elecciones del domingo 22 de octubre, en las que cosechó 36,68% de los votos y se alzó con el primer puesto, Massa afirmó a medios internacionales: “Desgraciadamente, el presupuesto argentino tiene un paquete de beneficios tributarios y presupuestarios que están afectados centralmente a beneficios empresarios, a sectores económicamente muy concentrados. Eso representa 4,8 del PBI y he planteado la necesidad de que ese presupuesto que mandamos con 0,9 de déficit se sancione con 1% de superávit y que ese superávit surja del tratamiento de recortes de beneficios presupuestarios y tributarios que venía sancionando año tras año el Congreso”.
