Bloomberg Línea — El aumento del salario mínimo en Colombia para 2026, decretado por el gobierno de Gustavo Petro, generó un ajuste en las proyecciones de política monetaria. El incremento de más del 23%, considerado el más alto en la historia reciente del país, llevó Credicorp Capital a prever una reacción por parte del Banco de la República, que se vería obligado a subir la tasa de interés de referencia.
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Antes de este anuncio, la expectativa del mercado era que el banco central mantuviera la tasa en 9,25% durante buena parte del próximo año. Sin embargo, las nuevas condiciones macroeconómicas plantean un escenario distinto. Credicorp advierte que ahora estima un incremento gradual hasta un nivel cercano al 11% y que esta tasa se mantendría estable hasta finales de 2026.
“Estimamos que la inflación a diciembre de 2026 se ubicará cerca del 6% frente a 4,6% antes”, escribieron los analistas Daniel Velandia y Diego Camacho.
Riesgos fiscales y de inflación
Velandia y Camacho recordaron que la minuta de política monetaria, publicada el 19 de diciembre, ya indicaba una postura más restrictiva de parte del Banco de la República. En ella, se reveló que incluso antes de conocerse la magnitud del aumento salarial, la mayoría de los miembros de la Junta consideraba necesario un ajuste en la senda de tasas para lograr la convergencia inflacionaria hacia la meta en 2027.

El informe de Credicorp subraya que, en la última reunión del año, dos de los codirectores votaron por iniciar la subida de tasas en ese mismo encuentro. Finalmente, optaron por alinearse con la decisión mayoritaria de mantener la tasa, pero dejaron explícita su preocupación por la dinámica inflacionaria al considerar que “se requiere una senda de tasa de interés de política superior a su nivel actual para que la inflación converja hacia la meta en 2027”.
El análisis de Credicorp también señala que el alza del salario mínimo podría tener impactos relevantes sobre la inflación, las finanzas públicas y el empleo formal. Desde la perspectiva de la entidad financiera, el efecto neto del aumento implicaría un deterioro de la tasa de inflación esperada y mayores presiones fiscales.
“El aumento decretado del salario mínimo podría implicar un gasto fiscal adicional por cerca de 0,4% del PIB en 2026 frente a lo consignado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo”, según Velandia y Camacho.
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En cuanto a la trayectoria inflacionaria, el informe indica que el alza salarial decretada supera ampliamente el ajuste considerado en los modelos del propio Banco de la República. Mientras que el equipo técnico del Emisor proyectaba un aumento cercano al 6%, basado en la inflación esperada y la productividad, el decreto del Gobierno se situó casi cuatro veces por encima.
Expectativas de mercado
El consenso del mercado esperaba un incremento cercano al 12%. Esta diferencia en las proyecciones explica parte de la discrepancia entre las estimaciones inflacionarias del banco y las de los analistas privados, que ya contemplaban un panorama más presionado. En ese contexto, Credicorp considera inevitable una postura más contractiva por parte del banco central.
“El principal propósito del aumento de tasas sería anclar las expectativas de inflación”, según el equipo de análisis económico.

El informe también sugiere que el entorno económico no ofrece anclas claras desde el frente fiscal, lo que obliga a la política monetaria a asumir un papel más activo para controlar las expectativas y estabilizar el entorno macroeconómico. La combinación de alta demanda interna, brechas de producto positivas, deterioro de la cuenta corriente y alta prima por riesgo eleva el nivel de alerta sobre las presiones inflacionarias.
Velandia y Camacho recordaron que, en la pasada reunión y “en ausencia de un ancla fiscal clara, la mayoría de miembros de la Junta siguieron mostrando preocupación por el incremento de las expectativas de inflación”.
La expectativa de Credicorp es que la tasa alcance el 11% a través de uno o dos movimientos de 50 puntos básicos en las próximas reuniones. Una vez alcanzado ese nivel, el banco central mantendría la tasa sin cambios hasta finales de 2026, ajustando así su estrategia para responder a los efectos directos e indirectos del alza salarial.
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Impacto laboral y presión sobre la deuda
Además de sus implicaciones macroeconómicas, Credicorp advierte sobre posibles efectos en el mercado laboral. La trayectoria de aumentos del salario mínimo real en los últimos cinco años, que acumula un incremento de 33%, podría afectar negativamente el empleo formal, incentivando la informalidad o la sustitución de trabajo por capital.
“El fuerte incremento acumulado del salario mínimo real en los últimos cinco años seguramente conducirá a un incremento de la informalidad laboral y posiblemente la destrucción de puestos de trabajo ante el abaratamiento relativo del capital”, según los analistas.

Para 2027, Credicorp estima que los efectos fiscales podrían duplicarse respecto a 2026, profundizando el riesgo sobre la sostenibilidad de la deuda. El informe también destaca que la adopción del concepto de “salario vital” por parte del gobierno como criterio para definir el aumento representa una ruptura con los mecanismos tradicionales de ajuste. El uso de este parámetro se da por primera vez en Colombia y se enmarca en el contexto electoral del actual gobierno.
Con una política fiscal expansiva, riesgos inflacionarios persistentes y señales de alerta desde la Junta del Banco de la República, el escenario proyectado por Credicorp contempla una reconfiguración del ciclo monetario colombiano durante los próximos dos años.













