Ciudad de México — La compañía energética Iberdrola saldrá de México. Cox Energy anunció este jueves la compra del 100% de sus activos en el país por US$4.200 millones, después de un sexenio de tensión y disputas legales entre la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán con el Gobierno de México.
La filial Hidrola I SL ha suscrito un contrato de compraventa de la totalidad del capital social de la empresa Iberdrola México SA de CV que ostenta la titularidad, directa o indirecta de los negocios y activos energéticos del Grupo Iberdrola en México, según un comunicado para inversionistas de Enrique Riquelme, presidente del Consejo de Administración de Cox Energy.
El acuerdo incluye 15 activos de generación eléctrica con una capacidad operativa de 2.600 MW capacidad que incluyen centrales de cogeneración, ciclo combinados, plantas solares fotovoltaicas y eólicas. En total los activos suman una capacidad instalada por 11,8 GW.
Esta operación está sometida a las condiciones precedentes habituales en este tipo de transacciones y el valor, según el documento.
El plan de fondeo de Cox contempla una combinación de 25% de equity (acciones) y 75% a través de deuda.
La compañía prevé cerrar la compraventa entre el cuarto trimestre de este año y el primero de 2026.
Conflicto con el Gobierno mexicano
Cuestionada sobre la posible salida de Iberdrola, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo hace unos días que las reglas son claras y no veía una razón para que la compañía española saliera del país.
La principal razón de la salida de Iberdrola del país es su enfoque en el negocio de redes de transmisión y distribución de electricidad en otros mercados, según el presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, Gerardo Pérez.
Pero el negocio de redes eléctricas es una función exclusiva del Gobierno mexicano a través de la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), un negocio que también escaló a los tribunales por actualizaciones tarifarias.
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Tas una disputa judicial por la supuesta venta ilegal de energía, bajo el modelo de sociedades de autoabasto, que derivó en una multa de US$500 millones, Iberdrola acordó la venta de 55% de sus activos de generación eléctrica por US$6.200 millones al Gobierno mexicano en abril de 2023.
El mecanismo de venta implicó un complejo vehículo financiero entre un fondo federal, banca de desarrollo gubernamental y bancos privados.
Luego de la venta al Gobierno, Iberdrola dijo que su enfoque en México se concentraría en proyectos de energía renovable con inversiones por US$6.000 millones.
Katya Somohano, CEO de Iberdrola México, incluso dijo en exclusiva a Bloomberg Línea que la empresa invertiría US$1.000 millones en los primeros dos años del Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
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El Gobierno de México, desde el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, persigue que CFE tenga el 54% del mercado de generación eléctrica y el resto quede en manos del sector privado, luego de una reforma energética en 2013 que amplió la participación de capital privado en el negocio de producción eléctrica.
Sheinbaum buscó revertir la reforma con un profundo cambio a la Constitución mexicana para modificar el sentido de CFE como empresa productiva, basada en la competencia, y convertirla en una compañía de servicio público.













