Bloomberg — La líder opositora venezolana María Corina Machado finalmente apareció en Oslo en la madrugada del jueves, horas después de que su hija aceptara el Premio Nobel de la Paz en su nombre.
El Instituto Nobel afirmó que Machado había realizado “un viaje en una situación de extremo peligro” para llegar a la capital noruega desde su lugar de escondite en Venezuela.
Rompiendo un silencio que había alentado días de especulaciones sobre sus movimientos, Machado había grabado un mensaje de voz mientras abordaba un avión camino a Noruega expresando gratitud “por este inmenso reconocimiento a la lucha de nuestro pueblo por la democracia y la libertad”.
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“Tuvimos que pasar por muchas cosas y mucha gente arriesgó su vida para que yo pudiera llegar a Oslo”, dijo en la grabación publicada el miércoles en el sitio web del Nobel.
Machado lidera la resistencia al régimen autocrático del presidente Nicolás Maduro. Salir del país conlleva el riesgo de que no se le permita regresar, lo que podría dejarla atrapada en el exilio. Su hija, Ana Corina Sosa Machado, recibió una ovación de pie el miércoles al aceptar el premio en nombre de su madre.
Tras la incautación de un petrolero por parte de fuerzas estadounidenses frente a las costas de Venezuela el miércoles, el presidente Donald Trump advirtió que “no estaría contento” si el régimen de Maduro arrestara a Machado a su regreso.
Además de sus familiares, Machado estuvo representado por los mandatarios de Argentina, Ecuador, Paraguay y Panamá.
La presencia de Machado estuvo rodeada de especulaciones desde el momento en que se anunció su participación como ganadora de este año en octubre. El Comité Nobel había anunciado su asistencia, pero la conferencia de prensa prevista con la galardonada en Oslo el martes se pospuso y posteriormente se canceló. Está prevista una conferencia de prensa para el jueves.
Su acción no logró calmar las especulaciones, quizás con la intención de confundir a las autoridades venezolanas. El presidente panameño, José Raúl Mulino, publicó un comentario en redes sociales desde Oslo el martes, afirmando que tenía el vestido de Machado para la ocasión en su habitación de hotel.
Machado recibió el Premio de la Paz por su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos” y “su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
La decisión del Comité Nobel de reconocer a Machado ha sido polémica desde que ella expresó su apoyo al aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe y a las amenazas del presidente Donald Trump de usar la fuerza para derrocar a Maduro.
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Una pequeña manifestación tuvo lugar el martes por la noche, lo que llevó a Maduro a agradecer a quienes “salieron a las calles por miles” para apoyar la paz. Los organizadores de una tradicional procesión por la paz, coincidiendo con la entrega del Premio Nobel, se retiraron este año, alegando que la elección de Machado no se ajustaba a sus valores.
El miércoles, la vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó la ceremonia del Premio Nobel de la Paz como un “fracaso”, diciendo que Machado no asistió al evento de Oslo “por miedo” debido a las protestas reportadas en su contra.
En un discurso inusualmente político, Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, defendió la victoria de la oposición en las elecciones del año pasado y criticó a quienes critican sus medios.
“Si solo apoyas a gente que comparte tus ideas políticas, no has entendido ni la libertad ni la democracia”, afirmó, y luego pidió a Maduro que “acepte los resultados y deje el poder”.
El coordinador de asuntos internacionales de Machado, Pedro Urruchurtu, reconoció la controversia al decir el martes en un evento de la Fundación de Derechos Humanos en Oslo que valía la pena aliarse con Trump para lograr el objetivo de una transición hacia las fuerzas de la democracia después de los largos años de lucha desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999.
“Estoy seguro de que esta es la mejor oportunidad que hemos tenido en 26 años para desmantelar este régimen”, dijo Urruchurtu.
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