Bloomberg — El primer ministro Keir Starmer despejó el camino para la transferencia de 2.500 millones de libras (US$3.300 millones) de los ingresos de la venta del Chelsea Football Club a Ucrania, acercándose a poner fin al punto muerto de tres años sobre el destino de los fondos congelados.
El dinero ha estado bloqueado en una cuenta bancaria del Reino Unido desde que el oligarca ruso Roman Abramovich vendió el club en 2022, cuando fue sancionado por sus vínculos con el presidente Vladimir Putin tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Un funcionario británico dijo que Abramovich tiene 90 días para hacer la donación voluntariamente o el gobierno procederá a una acción judicial para liberar el dinero.
La medida pretende poner punto final a tres años de disputas con el multimillonario para que destine el dinero a ayudar a Ucrania. Antes de vender el equipo londinense a un consorcio dirigido por el inversor estadounidense Todd Boehly en mayo de 2022, Abramovich dijo que pretendía que los beneficios de la venta se destinaran a “todas las víctimas de la guerra en Ucrania”.
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“Mi mensaje a Abramovich es el siguiente: el tiempo corre, cumpla el compromiso que adquirió y pague ahora”, dijo este miércoles el primer ministro británico, Keir Starmer, en la Cámara de los Comunes. “Si no lo hace, estamos dispuestos a ir a los tribunales para que cada céntimo llegue a aquellos cuyas vidas han sido destrozadas por la guerra ilegal de Putin”.
A pesar de las palabras del oligarca, los ingresos de la venta del Chelsea han permanecido congelados desde entonces, y no han podido ser movidos o utilizados sin una licencia de la Oficina Británica de Aplicación de Sanciones Financieras, un brazo del Tesoro. El Tesoro dijo este miércoles en un comunicado enviado por correo electrónico que ahora estaba emitiendo la licencia requerida. Dijo que consideraría cualquier oferta de Abramovich de donar voluntariamente el dinero a causas humanitarias en Ucrania, y describió esto como su última oportunidad de honrar su compromiso anterior.
El funcionario británico dijo que Abramovich cuestiona la idea de destinar los fondos únicamente a fines humanitarios en Ucrania.
“Este gobierno está preparado para hacerlo cumplir a través de los tribunales para que cada penique llegue a aquellos cuyas vidas han sido destrozadas por la guerra ilegal de Putin”, dijo Starmer en la declaración del Tesoro, que fue emitida después de su anuncio en los Comunes.
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El Reino Unido ha trabajado con la Comisión Europea y el gobierno portugués -donde Abramovich tiene la ciudadanía- para garantizar el cumplimiento de las sanciones y determinar el destino de los beneficios, pero el proceso ha resultado complicado.
La utilización de los activos sancionados es una cuestión jurídicamente compleja, y tanto el Reino Unido como la UE siguen estudiando formas de incautar los activos rusos congelados y utilizarlos para contribuir a la reconstrucción de Ucrania. Los líderes de la UE mantienen conversaciones para prestar a Ucrania 90.000 millones de euros (US$106.000 millones) procedentes de los activos congelados en suelo comunitario. Hasta ahora, Bélgica, donde reside la mayor parte de los fondos inmovilizados, se ha opuesto a esa iniciativa por temor a tener que devolver el préstamo si Rusia recupera los activos en los tribunales.
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