Bloomberg Línea — En los mercados financieros, diciembre suele ser un mes de balances y proyecciones, pero también de sorpresas. Como en toda temporada navideña, algunos regalos llegan envueltos en papel brillante y otros en envoltorios más discretos. El año 2025 entregó a los inversionistas una serie de “presentes” inesperados que definieron la narrativa económica del año y que dejarán huella en los portafolios rumbo a 2026.
Ver más: ¿Es buena idea invertir en Nike? Wall Street ve un potencial de retorno que supera el 20%
Latinoamérica, en particular, vivió un repunte generalizado en sus mercados. “Empezamos 2025 con una visión cauta sobre América Latina, debido a riesgos clave como el panorama fiscal de Brasil, las reformas constitucionales en México, la debilidad en los precios de materias primas como el hierro, el petróleo y el litio, y la incertidumbre sobre la política estadounidense”, dijeron los analistas de Bank of America. Sin embargo, la región sorprendió.
Con un dólar debilitado, recortes de tasas por parte de la Reserva Federal y un entorno de relajación monetaria global, los activos emergentes vivieron una revalorización significativa. América Latina subió 53% en términos de retorno total en dólares, muy por encima del 29% de los emergentes en general y del 16% del S&P 500.
Uno de los casos más llamativos fue Colombia, cuyo índice Msci Colcap lideró la región con un avance de 82% en el año. A ello se sumaron desempeños positivos en monedas como el real brasileño, que se apreció 16%, y el peso mexicano, con un alza de 13%. El oro también brilló con una subida de 59%, mientras que el cobre ganó 27%.
Así, los mercados celebran la Navidad con regalos debajo del árbol representados en retornos que, en muchos casos, superaron las expectativas más optimistas.
El retorno de la renta fija y el equilibrio en los portafolios
Para los inversionistas globales, 2025 marcó un punto de inflexión en la forma como se estructuran los portafolios. Desde Vanguard, Daniel Derzavich destacó un cambio clave. “Uno de los grandes regalos que dejó el mercado en 2025 fue el regreso de la renta fija como un componente verdaderamente relevante dentro de los portafolios”, según el ejecutivo.
Durante años, los bonos ofrecieron rendimientos limitados, pero el entorno actual de tasas permitió construir exposiciones a renta fija global de alta calidad, incluyendo bonos gubernamentales y crédito con fundamentos sólidos.
→ Suscríbete al newsletter Línea de Mercado, una selección de Bloomberg Línea con las noticias bursátiles más destacadas del día.
De cara a 2026, ese reposicionamiento se considera un pilar estructural. “La renta fija de alta calidad parte hoy desde niveles de rendimientos iniciales que no veíamos desde hace muchos años. Esto implica que una mayor proporción del retorno esperado proviene del ingreso corriente”, explicó Derzavich, lo que reduce la dependencia de escenarios externos y permite mayor previsibilidad.
JPMorgan también resaltó el valor de la estabilidad externa que caracterizó a la región. “Uno de los regalos positivos que 2025 dejó a los inversionistas fueron las condiciones financieras globales ampliamente favorables y los precios de las materias primas”, afirmó Cassiana Fernandez, jefe de renta variable para América Latina.
Ese entorno permitió a varios países de la región mantener estabilidad externa, incluso frente a desafíos fiscales y políticos. “Esto significa que los activos de mercados emergentes, especialmente en América Latina, se mantuvieron atractivos y relativamente estables a pesar de los riesgos”, agregó la economista.
El re-rating accionario y los flujos hacia emergentes
Las acciones latinoamericanas no sólo subieron por efecto del dólar débil. En algunos casos, los movimientos reflejaron una revaloración más estructural. Nicole Inui, desde HSBC, destacó el caso chileno. “Chile fue el ejemplo principal, con la mayor parte de su rally accionario en 2025 impulsado por un re-rating de valuación, a diferencia del resto de América Latina”, afirmó.
Según Inui, las valoraciones en Chile cerraron la brecha histórica de descuento, pero aún hay espacio para más. “Con una administración pro-mercado, creemos que las valoraciones accionarias pueden volver a niveles previos al estallido social de 2019. En ese entonces, el mercado accionario se transaba a un P/E forward promedio cercano a 17 veces, comparado con 13 veces hoy, lo que implica un 25% de alza adicional sin crecimiento en utilidades”, según la estratega.
Esa dinámica podría replicarse en otros mercados de la región. “Lo que vimos en Chile en 2025 es un ejemplo de lo que podríamos ver en otros mercados de América Latina en 2026”, explicó Inui. La región enfrenta un calendario electoral activo y, si se combinan mayor visibilidad fiscal, menores tasas y estabilidad macroeconómica, más países podrían vivir un proceso de revaloración similar.
Ver más: ¿En qué invertir en América Latina en 2026? Bank of America revela sus acciones preferidas
En esa línea, Sebastián Rendón, de Cibest Capital, señaló que “uno de los regalos que el mercado dejó a los inversionistas en 2025 fue el desempeño excepcional de los activos de riesgo, especialmente en mercados emergentes y materias primas”, impulsado por un entorno monetario más flexible y la depreciación del dólar.
Colombia, en particular, capturó flujos relevantes, beneficiándose también de un mejor tono político de cara a las elecciones locales.
Un entorno más constructivo, pero selectivo
Para UBS, el verdadero regalo de 2025 fue el equilibrio que logró el crecimiento global. Pedro Quintanilla explicó que “uno de los grandes regalos que dejó el mercado en 2025 fue la resiliencia del crecimiento global en un entorno de condiciones financieras todavía restrictivas, particularmente en Estados Unidos”.
Ese escenario positivo fue posible gracias a dos factores clave: balances sólidos en empresas y hogares, y la aceleración de la inversión asociada a inteligencia artificial.
“La economía global, y en especial la estadounidense, logró desacelerarse sin caer en recesión, mientras que las utilidades corporativas sorprendieron al alza”, explicó Quintanilla. Eso favoreció no solo a la renta variable global, sino también a los mercados emergentes y a América Latina.
Desde su perspectiva, ese entorno genera un punto de partida más equilibrado para el próximo año. “La resiliencia del crecimiento permitió que la inflación siguiera moderándose sin provocar una recesión, lo que abre la puerta a una normalización gradual de la política monetaria en Estados Unidos”, afirmó.
Ver más: Fondos emergentes siguen invirtiendo en América Latina: estas son las acciones preferidas
De cara a 2026, la región sigue enfrentando desafíos: inflación persistente, bajo crecimiento potencial y alta incertidumbre política. Sin embargo, como subrayó Fernandez, “el regalo de la estabilidad externa en 2025 proporciona un valioso amortiguador y mayor flexibilidad para los responsables de política y para los inversionistas”, lo que podría ser determinante en un año electoralmente cargado como el que viene.
Para los mercados, el cierre de 2025 se parece a un árbol decorado con una combinación de luces tenues y destellos intensos. Algunos portafolios recibieron paquetes llenos de rentabilidad, mientras otros solo hallaron promesas aún sin abrir.
Con una Reserva Federal que podría seguir bajando tasas y una región menos vulnerable a shocks externos, el panorama de 2026 no se presenta como una repetición automática del año que termina, pero sí como uno en el que los regalos más valiosos pueden seguir llegando, siempre que se mantenga el equilibrio.