Bloomberg — China anunció sanciones en gran medida simbólicas contra 20 empresas de defensa estadounidenses y 10 ejecutivos, señalando su enfado por las últimas ventas de armas de Washington a Taiwán, aunque sin llegar a una escalada más amplia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo este viernes que sancionaría a empresas como Northrop Grumman Systems Corp (NOC), L3Harris Maritime Services, las operaciones de Boeing (BA) en St. Louis, así como a Vantor, antes conocida como Maxar Intelligence. Las medidas incluyen la congelación de cualquier activo que las empresas posean en China y la prohibición de hacer negocios con entidades chinas.
China también tiene en el punto de mira a los ejecutivos de las empresas de defensa, entre ellos Palmer Luckey, fundador de Anduril Industries Inc, y el CEO de Vantor, Dan Smoot, a los que congela sus activos en China y prohíbe hacer negocios y entrar en la China continental, Hong Kong y Macao.
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Las sanciones siguen a lo que Pekín describió como ventas de armas estadounidenses “a gran escala” a Taiwán. El Departamento de Estado informó la semana pasada de que Washington había aprobado un paquete por valor de hasta US$11.000 millones -uno de los mayores de su historia para la isla- que incluye equipos como misiles, aviones no tripulados y sistemas de artillería.
“Cualquier acción provocadora que cruce la línea en la cuestión de Taiwán se encontrará con una respuesta contundente por parte de China”, dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en una declaración adjunta el viernes. “Cualquier empresa o individuo implicado en la venta de armas a Taiwán pagará el precio de sus acciones equivocadas”.
Impacto limitado
En realidad, es probable que el impacto de las medidas sea limitado. La mayoría de las empresas y ejecutivos a los que se dirigen tienen poca o ninguna presencia en China, y algunos ya figuraban en la lista de entidades no fiables del Ministerio de Comercio.
China considera a Taiwán como una provincia separatista que en última instancia debe quedar bajo su control, por la fuerza si es necesario, una postura que Taipei rechaza firmemente. Desde que el presidente Lai Ching-te asumió el cargo en mayo de 2024, Pekín ha intensificado la presión militar sobre la isla autónoma de 23 millones de habitantes.
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La cuestión sigue pesando en las relaciones entre China y Estados Unidos. En una llamada telefónica el mes pasado, el líder chino Xi Jinping dijo al presidente Donald Trump que la devolución de Taiwán a China era una “parte integral del orden internacional de posguerra”.
No obstante, Pekín y Washington han tratado de estabilizar sus lazos. Acordaron una tregua de un año en su disputa comercial, en virtud de la cual China garantiza a EE.UU. el acceso a tierras raras vitales para industrias que van desde los teléfonos inteligentes a los sistemas de misiles, mientras que EEUU rebaja los aranceles sobre los productos chinos.
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