El mayor fabricante de automóviles del mundo ha logrado un crecimiento global, a pesar de la volatilidad en China y las tensiones comerciales provocadas por los aranceles de Trump a los automóviles y piezas importados a EE.UU.
Los ingresos procedentes de los servicios financieros se dispararon un 18%, hasta los 1.600 millones de euros, lo que se sumó a las fuertes ventas de vehículos del tercer trimestre.
Los informes de los medios de comunicación chinos y los videos que circulaban por las plataformas de las redes sociales, entre ellas Weibo, mostraban el vehículo tras estrellarse y arder en llamas a primera hora del lunes.
Las entregas en Europa aumentaron solo un 0,9% el año pasado, hasta unos 13 millones de vehículos, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
La mayor atención prestada por la empresa a EE.UU. y una reciente oleada de cambios en la dirección están alarmando a los sindicatos en Europa, donde varias plantas dejaron de producir temporalmente este mes.
Los concesionarios chinos llevan años sufriendo presiones, ya que los elevados objetivos de ventas de los fabricantes de automóviles han provocado fuertes descuentos para sacar los vehículos a la venta.
Chery es la última empresa china en capitalizar la popularidad de Hong Kong como destino de cotización, donde las ganancias se han disparado a un máximo de cuatro años.