Según el más reciente ranking de la IFC, Colombia está entre los países que más ha avanzado en materia de finanzas sostenibles entre más de 40 economías emergentes que analiza el estudio.
Son tres categorías en total: (i) preparación, (ii) implementación y (iii) maduración. En estas hay 6 etapas: compromiso y formulación en la primera, desarrollo y avanzando en la segunda y consolidando e incorporación de cambios de comportamiento en la tercera.
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Con base en el contexto anterior, vale mencionar que Colombia avanzó desde la última publicación del informe y ahora se ubica en la categoría de maduración en la etapa de consolidación donde solo están China e Indonesia.
Vale decir que en la etapa de consolidación están los países que tienen un conjunto de iniciativas financieras sostenibles y un marco nacional que abarca todas las partes del sistema financiero. Además, dichos marcos están alineados con las buenas prácticas internacionales de las finanzas sostenibles. Así mismo, en dichas naciones se recolecta información consistente y comparable por parte del regulador para ver si las instituciones si están aplicando dichos principios, expone el informe.
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Como se mencionaba previamente, Colombia es el único país de América Latina que aparece en la categoría de maduración. México y Brasil se encuentran en una categoría atrás, específicamente en implementación en la etapa avanzando.
En la segunda categoría (implementación), pero en la etapa desarrollo, aparecen: Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú.
Chile es la última nación latinoamericana que aparece en la categoría primera de preparación, pero en la etapa de formulación.
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Volviendo a Colombia, entre los puntos que se resaltan está el papel que ha jugado la Superfinanciera, el Banco de la República y el gremio de bancos (Asobancaria).
Sobre el primero, se resalta en el informe que la Superfinanciera hace escenarios de análisis y test de estrés de los portafolios de los fondos de pensiones y está llevando a cabo un análisis de la vulnerabilidad del sector bancario en relación con el clima y los riesgos de transición para fundamentar las orientaciones normativas previstas sobre la gestión y la divulgación de los riesgos climáticos.
Por su parte destaca que Asobancaria, en preparación para la evolución de la agenda regulatoria del riesgo climático, está incluyendo elementos de gestión del riesgo climático como parte de la actualización de 2021 del Protocolo Verde. Su objetivo es aumentar de la industria sobre las normas y prácticas para llevar a cabo la formación y el desarrollo de capacidades para instituciones del sector financiero.