El 2021 fue un año récord para las OPI a través de SPACs (Compañías de Adquisiciones de Propósito Especial, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos, tanto en términos de volumen como de ingresos brutos. Las SPACs han representado un modelo de crecimiento interesante para las startups a lo largo de los últimos años en el país norteamericano, pero en México solamente hay dos.
Durante 2021, según cifras de Nasdaq, se listaron 613 SPACs en la bolsa de valores estadounidense y se recaudaron un total de US$145.000 millones de dólares, lo que significó un crecimiento del 91% con respecto a lo registrado durante 2020. Los datos de SPAC Data son más optimistas, pues calculan que el monto recaudado por este vehículo de inversión es de US$161.234 millones.
Estos datos reflejan que el uso de este tipo de vehículos para llegar al mercado público en Estados Unidos es una tendencia a la alza, ya que presentar una oferta pública inicial con una SPAC es mucho más rápido para las empresas privadas que seguir la ruta tradicional de la OPI (oferta pública inicial), lo que lo hace muy atractivo para los inversores que desean obtener un rápido retorno de su inversión.
Las SPACs lo hacen posible a través de compras y fusiones. En otras palabras, mediante este vehículo de inversión un agente promotor realiza una oferta pública inicial para levantar capital y con esos recursos va a comprar empresas.
Las SPACs son como una especie de fondo que atrae dinero de inversionistas institucionales, con ellos levantas cierta cantidad de dinero y con ella listas tu fondo en la bolsa, una vez que tu fondo está listado en la bolsa entra el dinero y ese fondo se usa para invertir en una sola compañía”, profundizó en entrevista con Bloomberg Línea, Guillermo Cruz, managing partner de Maquia Capital, grupo financiero especializado en activos alternativos y fondos de inversión que busca la bursatilización de empresas mexicanas y latinoamericanas.
Maquia Capital comenzó hace dos años a trabajar con estos vehículos de inversión y lo hace con fondos de Estados Unidos como BlackRock, Polar y Glazer. Del venture capital pasó a un tema más alternativo.
El proceso que siguen las SPAC para listarse en bolsa a veces se conoce como una OPI de puerta trasera, porque la empresa privada sale a bolsa sin pasar por el proceso normal de presentación de una OPI, lo que requeriría una mayor transparencia con respecto a las operaciones comerciales y la rentabilidad.
Por qué apostar por las SPACs
Cruz vislumbró una oportunidad de incursionar en las SPACs junto con su socio Jerónimo Peralta cuando la industria del venture capital comenzó con inversiones récord hace ya tres años. “Nos adelantamos a pensar que la mejor salida de estas startups era una oferta pública, pero desafortunadamente no hay mucha liquidez en nuestros mercados locales”, recordó.
Fue entonces cuando buscaron un instrumento con el cual pudieran listar empresas en Estados Unidos y empezaron a crear su primer SPAC. En enero de 2021 salió público su primer SPAC, Benessere Capital Acquisition, el cual estuvieron estudiando durante siete meses, compartió Cruz. En esta SPAC levantaron US$115 millones de dólares en Estados Unidos y se unió con la empresa de energía eCombustible.
En mayo de 2021, hizo su segundo SPAC con el nombre de Maquia Capital SPAC, con el que levantó US$175 millones de dólares y su más reciente SPAC está enfocado en agro, en el cual levantaron US$150 millones de dólares.
Enlistarse en los mercados públicos permite que una startup tenga mayor acceso a capital para expandir sus operaciones, aumentar su valor, incrementar su liquidez a corto y largo plazo, mejorar su proyección internacional, por mencionar algunas ventajas.
¿Por qué no hay tantas SPACs en México?
Mientras que en Estados Unidos hay un boom de SPACs, en México hasta ahora sólo ha habido dos ocasiones en las que ha debutado un SPAC en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV): Vista Oil & Gas en 2017 y Promecap en 2018.
Hay que recordar que los inversionistas institucionales fondean a un administrador y este va a buscar el negocio. En Estados Unidos ha sido interesante este vehículo, explicó Cruz, porque hay una gran cantidad de inversiones institucionales.
No obstante, “en México la base institucional es mucho más pequeña, la mayoría de los inversionistas institucionales son las Afores y estas tienen un perfil mucho más conservador que un inversionista institucional en Estados Unidos”, detalló.
A esto se le suma que en el mercado mexicano no hay suficiente liquidez porque no es común que la gente tenga acciones en la Bolsa o en cualquiera de los bancos.
Así que Cruz explicó que “si tuviéramos las SPACs en México tendríamos que hacer el pitch a las Afores, que son 16 inversionistas, mientras que en Estados Unidos fichamos a 140 inversionistas y de esos 140, 25 nos dicen que sí y con eso llenamos nuestro cap table (tabla de capitalización)”.
Según el inversionista las SPACs puede ser un negocio relativamente agresivo para ese tipo de perfiles de inversionistas, porque son inversiones a muy a corto plazo, a 18 meses.
Jerónimo Peralta, managing partner de Maquia Capital México agregó que lo que también dificulta la adopción de las SPACs en México es que las empresas mexicanas no están tan preparadas para estar cotizando en bolsa, aunado al tema de perfil de riesgo que tienen los inversionistas institucionales.
Además, añadió que en Estados Unidos un cambio en la regulación fue lo que derivó en el boom de SPACs. Cabe señalar que, a diferencia de otras jurisdicciones, México no tiene una regulación específica para todos los aspectos concernientes al listado público o a la administración de estos vehículos de inversión.
En pro de adoptar este vehículo de inversión para la bursatilización de una compañía de manera más eficiente, Cruz aconsejó: “Cambiemos un poquito esa mentalidad de que las empresarias y empresarios mexicanos no podemos salir a bolsa en Estados Unidos o que no podemos captar dinero de allá. Estamos perfectamente a la altura”.
Pero México y la región de América Latina no son los únicos lugares en el mundo donde las SPACs no han pegado con fuerza. En Europa esta tendencia aún no se ha afianzado tampoco, ya que solo tres de estas OPI tuvieron lugar en 2020.