:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/6HXDB2HXARAQPML2YEVNYBZUSE.jpg "Lula y Alberto Fernandez el 23 de enero de 2023. Fotógrafo: Anita Pouchard Serra/Bloomberg")
Bloomberg — Paul Krugman, premio Nobel de Economía, afirmó que la propuesta de unión monetaria entre Argentina y Brasil es una “idea terrible” concebida por alguien con conocimientos limitados de economía, postura con la que se suma a las críticas públicas al plan que impulsan los líderes de ambos países.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/Z7J2CUI6IRF6ZJY7BMFXAFBUQQ.JPG "Moneda común entre Argentina y Brasil: ¿es factible en el corto plazo?")
“Una moneda compartida puede tener sentido entre economías que son los principales socios comerciales del otro y son lo suficientemente similares como para no enfrentarse a grandes choques asimétricos”, dijo Krugman en un hilo de Twitter el domingo.
A pesar de ser vecinos y socios comerciales, Brasil envía sólo el 4,2% de sus exportaciones a Argentina, mientras que las exportaciones de Argentina a Brasil son del 15%, dijo Krugman.
También señaló que las estructuras comerciales de los países difieren mucho, ya que las exportaciones argentinas son básicamente agrícolas y más de la mitad de las brasileñas son productos manufacturados o combustibles. “Por tanto, es probable que las perturbaciones de la economía mundial provoquen grandes cambios en el tipo de cambio real de equilibrio”, escribió Krugman.
El recién elegido presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo argentino, Alberto Fernández, anunciaron sus intenciones de debatir una “moneda común sudamericana” en una carta abierta publicada el pasado fin de semana en un periódico argentino.
La unidad se utilizaría “para el intercambio financiero y comercial, a fin de reducir los costos operativos y disminuir nuestra vulnerabilidad externa” frente al dólar, escribieron.
El anuncio se produjo en medio de una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Allí, los ministros de Finanzas de ambos países aclararon que están pensando en “medios de pago comunes” que no reemplazarían a sus propias monedas nacionales.
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