Bloomberg — Es un mar rojo, aunque no el que usted conoce. Los residentes de la ciudad meridional japonesa de Nago, situada en la isla de Okinawa, se levantaron esta semana y se encontraron con que un área de aguas de un azul habitualmente transparente se había teñido de un horripilante tono rojo.
El cambio en el color de las aguas se debió a una fuga en una fábrica de cerveza perteneciente a Orion Breweries Ltd., y a que el refrigerante usado para controlar la temperatura de la maquinaria se filtró a un río próximo.
Los medios de comunicación locales difundieron imágenes que mostraban cómo las aguas de la costa de Nago, conocida por sus playas y aguas transparentes, estaban tintadas de rojo fuerte. La fábrica de cerveza responsabilizó a la sustancia química propilenglicol, empleada para el refrigerado, del problema.
La compañía expresó su pesar por “los inconvenientes y la inquietud que hemos ocasionado a los habitantes de las cercanías y a otras partes relacionadas” y aseguró que adoptaría las medidas necesarias para impedir que volviera a producirse una fuga, que fue subsanada.
El periódico Okinawa Times citó a un funcionario de salud local anónimo que dijo que “no se esperaba un impacto importante en el medio ambiente” por la fuga. El propilenglicol, que también se usa como aditivo alimentario y en las industrias farmacéutica y cosmética, entre otras, es “generalmente reconocido como seguro”, según la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades de EE. UU .
Un portavoz del gobierno local de la prefectura de Okinawa dijo que no ha confirmado más detalles de la fuga.
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