Bloomberg — La carne barata pronto podría volverse aún más difícil de conseguir. Brasil, una de las pocas fuentes restantes de ganado abundante en el mundo, se encamina a un período de reducción de la oferta que podría impulsar los precios globales al alza.
Durante los últimos dos años, el aumento de la producción de carne bovina en Brasil contribuyó a impulsar las exportaciones. Esto se debió a que la abundancia de ganado hizo bajar los precios en comparación con otras regiones, lo que animó a los ganaderos a enviar más animales al matadero.
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Al mismo tiempo, países como Estados Unidos se enfrentaban a unos altos costos alimentarios y buscaban fuentes de carne bovina más barata.
Ese ciclo está cambiando, con efectos que se extenderán por los mercados globales y dificultarán los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por reducir los precios de la carne.
El aumento de los precios de los terneros en Brasil está señalizando el inicio de una nueva fase, en la que los ganaderos comienzan a retener hembras para reconstruir los rebaños. Esta práctica, conocida como retención de novillas, reduce la cantidad de animales enviados al sacrificio y marca el comienzo de un ciclo de restricción de la oferta.
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“Estamos saliendo de la fase de exceso, y la fase de escasez ni siquiera ha comenzado”, dijo César de Castro Alves, gerente de consultoría agronómica del banco Itau BBA. La escasez, añadió, probablemente durará algunos años.
Se trata de un giro importante para los mercados globales de carne y de malas noticias para los consumidores, en un contexto en el que la demanda de proteínas sigue siendo elevada.
Trump ha convertido la reducción de los precios de la carne en una prioridad, ya que la asequibilidad se ha transformado en un tema central entre los votantes de Estados Unidos. El presidente ha dicho que aumentará las importaciones y ha flexibilizado algunos aranceles sobre la carne.
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Los consumidores estadounidenses enfrentan precios de la carne extremadamente altos, mientras las existencias ganaderas del país se encuentran en su nivel más bajo en décadas tras años de sequía y altos costos de alimentación.
En comparación, la abundante oferta de Brasil ha otorgado a los frigoríficos locales una ventaja de costos frente a competidores de Estados Unidos, Australia y otros países. Eso ayudó al país a acelerar exportaciones no solo a Estados Unidos, sino también a grandes compradores como China.
Ahora se espera que las tasas de sacrificio se desaceleren, reduciendo la oferta disponible de carne.
Una mejora en la eficiencia reproductiva podría suavizar la caída frente a ciclos de ajuste anteriores, dijo João Otávio de Assis Figueiredo, analista de commodities de la consultora Datagro. Aun así, la firma prevé que el sacrificio de ganado en Brasil caerá un 5,3% el próximo año, tras dos años consecutivos de crecimiento.
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El problema se ve agravado además por una caída en otros países productores de carne. Se espera que la oferta de ganado en Estados Unidos siga siendo limitada durante al menos otro año, ya que la retención de novillas aún no comienza de lleno, mientras que también se prevé cierta retención en Australia, el segundo mayor exportador.
Esto está afectando los precios para todos, incluso cuando los países tienen distintos hábitos de consumo y algunos cortes pueden ser más baratos que otros.
“El próximo año será crucial porque todos los principales países del mercado ganadero estarán en un escenario de recuperación de los rebaños”, dijo Raphael Galo, jefe de agronegocios de A7 Capital y consultor independiente para corrales de engorda en Brasil.
Analistas de Rabobank esperan que la producción total de carne bovina de Brasil caiga entre 5% y 6% el próximo año. Aun así, Brasil debería continuar como el mayor exportador mundial, con ventas externas récord estimadas en 4,4 millones de toneladas. Brasil incluso podría enviar más carne a Estados Unidos en los primeros meses de 2026, tras la exención de aranceles del 50% que estuvo vigente entre agosto y noviembre.
Sin embargo, esos envíos probablemente se realizarán a precios más altos, especialmente considerando el persistente apetito global por las proteínas.
“La oferta restringida el próximo año puede hacer que el mercado esté realmente firme, porque la demanda internacional sigue siendo fuerte”, dijo Paulo Mustefaga, director ejecutivo de la asociación de frigoríficos Abrafrigo.
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